¿Qué es el wahhabismo y cuál es su relación con Arabia Saudí?

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El sacerdote y teólogo D. Manuel Guerra explica los fundamentos y el desarrollo de este movimiento islámico en su última bitácora Modernizar el islam o islamizar la modernidad.

El wahhabismo es un movimiento islámico reformador, fundado en el siglo XVIII por Muhhammad Abd-ul Wahhab: Su lema: «Matar y estrangular a todos los infieles que asocien compañeros a Alah», o sea, a todos los idólatras, también a los cristianos porque creía que la Trinidad divina es triteísmo (tres dioses, no tres personas divinas y un solo Dios) y, por ello, incompaginable con el monoteísmo.

Estudió con maestros de la escuela Hanbalí constituida en el siglo X, la tradicional en Arabia y -hasta el wahhabismo- la más intransigente de las cuatro escuelas jurídicas del islam. Los wahhabíes consideran «infieles» a los chiíes. Llevado de un rigorismo extremo, redujo las fiestas, suprimió el uso de esa especie de rosario de noventa y nueve cuentas (tan divulgado entre los musulmanes) para recitar los nombres o atributos (Clemente, Misericordioso, etc.,) de Alah, concluyendo el número cien: «El sin nombre», expresivo de la infinitud e incognoscibilidad de Dios.

Este movimiento logró el apoyo del jeque Muhammad Ibn-Saud, origen de la dinastía actual de Arabia, llamada por eso «Saudí». Ibn-Saud fue patrocinado por Gran Bretaña. Al patrocinio británico sucedió el de Estados Unidos, al cual -por medio de la Standard Oil- concedió el monopolio de la explotación petrolífera ya en 1993 y, en 1934, a otra compañía estadounidense el monopolio de la extracción del oro. Ibn Saud dominó toda la península arábiga. Destruyó lugares santos de los chiíes, los minaretes de las mezquitas, los sepulcros. Su nieto, Saud, saqueó los santuarios de La Meca también el sepulcro de Mahoma.

Actualmente Arabia Saudí sigue siendo la representante de la máxima intolerancia religiosa. Su gobierno ha prohibido los símbolos religiosos no islámicos (también la cruz de la «Cruz Roja» y en la bandera de algunos países; las compañías aéreas suizas que vuelan a sus ciudades tienen prohibido mostrar en el exterior de sus aviones la cruz blanca sobre fondo rojo de la bandera nacional suiza), enviar felicitaciones navideñas y contestar a las que se reciban, llevar la Biblia visible por la calle, celebrar la Santa Misa o actos cultuales e incluso festejos cristianos y asistir a ellos, aunque sea en casas privadas (por eso recientemente -septiembre 2016- han sido deportados 27 cristianos maronitas), construir iglesias/templos, aunque Arabia Saudí ha edificado numerosas mezquitas en y fuera de su territorio. «Patrocina directamente, especialmente en Europa, más de mil quinientas, al frente de las cuales coloca a un imán wahhabita».

Como está prohibido el alcohol, en la República islámica de Irán tres cristianos han sido castigados con la flagelación pública por «el delito» de haber bebido «el vino» consagrado en la comunión bajo las dos especies -septiembre 2016-. La conversión de un musulmán al cristianismo o a otra religión se castiga con la pena de muerte en Arabia Saudí, Irán, etc. (cf. Luis Buceta Facorro, Antecedentes necesarios: terrorismo islamista e invasión islámica, «Altar Mayor»,165, 2015, 309). Entre estas mezquitas se halla la principal de Madrid. Se calcula que, desde la década de 1980 hasta 2002, Arabia Saudí ha contribuido con 45.000 millones de dólares a la construcción de 1500 mezquitas y de 2.000 centros islámicos (escolares, etc.,) en países extranjeros, especialmente en los de minoría musulmana.

Lea la bitácora completa en el blog de D. Manuel Guerra

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