Así titula El Periódico un artículo que desvela que la imagen que se atribuía a un sacerdote antes de ser fusilado corresponde a otra persona, probablemente un miliciano comunista.
En el año 1987, la Agencia EFE compró al fotógrafo alemán Hans Guttmann -que trabajaba con el seudónimo de Juan Guzmán- su archivo fotográfico con imágenes tomadas durante la Guerra Civil Española.
Entre estas imágenes se encontraba la de un hombre joven que miraba a la cámara con expresión tranquila, casi sonriente. Según el pie de foto de la fototeca de EFE, el protagonista de la imagen era un sacerdote a punto de ser fusilado.
«13 de septiembre de 1936, Siétamo (Huesca): fotografía, supuestamente, de un sacerdote minutos antes de ser fusilado». Esta frase en el pie de foto hizo que se atribuyera la imagen al sacerdote católico Martín Martínez Pascual, asesinado durante la persecución religiosa en Teruel.
El sacerdote Martín Martínez Pascual fue asesinado por milicianos republicanos en la localidad de Valdealgorfa, en Teruel, el 18 de agosto de 1936 y beatificado el 1 de octubre de 1995. A pesar de que la fotografía de Juan Guzmán estaba datada en Huesca, se difundió que el hombre retratado era Martínez Pascual.
Sin embargo, según informa El Periódico, el reciente descubrimiento de fotografías inéditas de la Guerra Civil parece indicar que el hombre fotografiado por Juan Guzmán no era el mártir Martínez Pascual. Ni siquiera era un sacerdote católico, como señalaba el pie de foto de la Agencia EFE, y tampoco se encontraba en los últimos instantes de su vida.
Si bien es cierto que el sacerdote Martínez Pascual fue asesinado durante la persecución religiosa, el protagonista de la imagen que ha alentado la devoción de muchos católicos, según apuntan los últimos indicios, no era el mártir católico, sino un miliciano comunista que no murió instantes después de tomarse la fotografía.
Así parece confirmarlo el libro ‘Live Souls’ (Comanegra) con imágenes tomadas por el voluntario inglés Alec Wainman en la Guerra Civil Española. Entre las fotografías de Wainman se encuentra una imagen del mismo hombre retratado por Juan Guzmán, pero en esta ocasión está en primera línea del sitio de Huesca, en un sector ocupado por milicianos de la UGT y el PSUC y luce un mono de miliciano con cartuchera al cinto, según informa El Periódico.
Además, la datación de la fotografía de Wainman -23 de septiembre de 1936- muestra que la imagen está tomada en una fecha posterior al martirio de Martínez Pascual y nueve días después de que Juan Guzmán retratara al supuesto sacerdote antes de ser fusilado. El protagonista de la imagen de Guzmán, por tanto, no habría muerto instantes después de ser fotografiado según señalan estos nuevos hallazgos.
Desde la Agencia EFE han informado a El Periódico que es muy posible que la confusión se encuentre en que la descripción de una fotografía se adjudicase a otra, o en que su autor confundió la situación o le falló la memoria al datarla años más tarde. Se descarta, sin embargo, que se trate de una falsificación voluntaria.
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El caso de la imagen de este miliciano –ante el cual hay fieles que han rezado, seminaristas que lo ponen en su mesa de estudio y escritores que lo eligen de portada para libros sobre mártires– simboliza a mi juicio la inconsistente ligereza y el seguidismo mediático del más reciente catolicismo español, capaz de exaltar como icono de beata modernidad a un obispo por ser joven y neocón, hasta que despierta llevando la capa de un separatista irredento, que sale de diablillo en las fiestas cuando se quita el pontifical.
Teniendo en cuenta las innumerables mentiras de los corresponsales extranjeros en la guerra civil, y conociendo también a El Periódico, todo puede ser.
Lo de la imagen del miliciano no es ningún caso, ni simboliza nada, ni sirve para hacer mala literatura. ¡Qué ganas de decir pretendidas ingeniosidades a propósito de lo que sea, sobre todo para pontificar sobre el más reciente catolicismo español, que a saber en qué consiste eso!
Bueno no importa! Tantas oraciones ante ese rostro seguro que le han llegado. Solo Dios sabe dónde anda ese miliciano y si necesitaba oraciones….los caminos de Dios son sorprendentes ¿o es que no tenemos fe?
Estimado Fábula: no le falta a vd cierta razón pero ese defecto de ligereza y seguidismo no es que sea propio del católico actual sino de la sociedad actual. Internet, las redes sociales, la sobreabundancia de información-desinformación, etc hacen que no tengamos la pausa y el criterio o prudencia adecuados. Gente como Novell, al que ud alude tiene ese contraste de docto y piadoso obispo, pero manipuladoramente totalitario.
La Iglesia no es superficial, lo es el mundo actual y los católicos debemos e intentamos no serlo.
Saludos.
…porque con su afición fetichista a escarbar y rescatar nuevos retratos inéditos de milicianos en misión de masacre, ha cortado de raíz la loca trayectoria de esta foto, que –gracias a la perseverancia de sus «devotos»– llevaba de camino de convertirse en el gran icono de la persecución religiosa 1931-1939, por encima incluso de la mítica y apocalíptica imagen, pero verdadera al cien por cien, de esos mismos milicianos fusilando en el Cerro de los Ángeles al Corazón de Jesús.
No se están riendo en el cielo ni nada. Y no se ríen por que seamos tontos, sino porque Dios escribe recto con renglones torcidos. La imagen es irrelevante en tanto en cuanto rezamos por la intercesión de un mártir comprobado, al que creemos prácticamente con certeza que ha sido acogido en el Cielo, al haber muerto por la Fe.
La foto es una máscara. Las oraciones nunca son desaprovechadas. Y eso es lo que cuenta.
Yo diría que el mártir-miliciano ha sobrevivido varias décadas después de la guerra civil y ahora se dedica a la Fórmula 1. A mi el miliciano me recuerda a Jenson Button, jeje (en la foto de miliciano el pelo lo tiene un poco más claro, como el británico piloto de fórmula 1). En fin…., que sí parece la misma persona… Bueno…, por lo menos, las oraciones que se han rezado por el «sacerdote», terminarán llegando a Jenson Button (jeje) para que no tenga accidentes en los grandes premios en los que participa.