Algunas diócesis sólo tienen una dependencia del 10% de esta financiación estatal y en otras el 50% de su presupuesto procede de la asignación tributaria, a pesar del compromiso adquirido en los acuerdos.
La Iglesia católica declara su propósito de lograr por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades. Cuando fuera conseguido este propósito, ambas partes se pondrán de acuerdo para sustituir los sistemas de colaboración financiera expresada en los párrafos anteriores de este artículo, por otros campos y formas de colaboración económica entre la Iglesia católica y el Estado.
Así reza el artículo 2.5 del cuarto de los acuerdos suscritos entre la Iglesia católica y el estado español en enero de 1979, el relativo a asuntos económicos.
En 2007, en cumplimiento de lo acordado en 1979, se modificó la disposición adicional 18ª de la Ley 42/2006 de 28 de diciembre, de los Presupuestos Generales del Estado para 2007, y se estableció la obligación del Estado de destinar al sostenimiento de la Iglesia Católica el 0,7 % de la cuota íntegra del IRPF correspondiente a los contribuyentes que así lo solicitaran.
Desde 2007 la Iglesia ya no recibe ingresos de los Presupuestos Generales del Estado para su sostenimiento, sino que ha quedado establecido un sistema de Asignación Tributaria del que la Iglesia recibe cada año alrededor de 250 millones de euros.
Sin embargo, en enero de 1979 la Iglesia católica se comprometió a lograr por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades.
En conjunto, la recaudación de la Renta supone para la Iglesia (es decir, para cada diócesis, es decir, para cada parroquia o entidad eclesial), el 25 % de sus ingresos.
Según la cuenta de resultados de 2014 de la Archidiócesis de Madrid, de los 85.722.594,39 de euros de ingresos, 15.491.716,84 de euros proceden de la Asignación Tributaria, lo que supone el 18% de los ingresos de la diócesis madrileña.
En el caso de la Archidiócesis de Barcelona, el porcentaje procedente de la Asignación Tributaria es mayor. Esta diócesis recibió del IRPF de los contribuyentes el 34, 1% de sus ingresos, un total de 5.301.868 de euros.
Otras diócesis como Córdoba han recibido en el ejercicio de 2014 de la Asignación Tributaria 4.498.327,58 de euros que se corresponden con el 14,58% de sus ingresos.
Casi cuarenta años después de haberse firmado los Acuerdos entre la Iglesia católica y el Estado, aún no se ha llegado a la autofinanciación a la que la Iglesia se comprometió en 1979. Sólo del sistema de Asignación Tributaria recibe alrededor de 250 millones de euros anuales.
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La dignidad, hace tiempo la perdieron.