Gran Bretaña pretende reducir los abortos de bebés enfermos para aprovechar sus órganos

El sistema sanitario británico plantea apoyar a las embarazadas con hijos con enfermedades mortales para que los niños puedan convertirse en donantes de órganos.  El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) propone fomentar el alumbramiento de niños con enfermedades mortales para poder aprovechar sus órganos vitales. Un sector de los trabajadores de la sanidad pública británica se ha mostrado partidario en los últimos días de convencer a las embarazadas a cuyos hijos les ha sido diagnosticada una enfermedad terminal, de que no aborten a los bebés para poder donar sus órganos.  La propuesta del NHS consiste en apoyar económicamente a las madres durante el embarazo para que den a luz a sus bebés. Si a estos niños se les ha diagnosticado una enfermedad mortal, se informa a la madre de la posibilidad de donar sus órganos cuando el bebé muera, informa el diario británico Daily Mail. El objetivo de la propuesta no es defender la vida ni encontrar una solución al drama de los niños con graves enfermedades diagnosticadas durante el embarazo que son abortados, sino remediar la escasez de órganos de donantes tempranos. En los últimos dos años, tan sólo 11 bebés de menos de dos meses se han convertido en donantes de órganos. Una de estas graves enfermedades sobre las que discute en estos momentos la opinión pública británica es la anencefalia, un defecto congénito del tubo neural que impide el desarrollo de gran parte del cerebro. Los bebés con esta enfermedad no suelen vivir más que unas horas después del parto, pero se han dado casos en los que el niño ha llegado a cumplir el año de edad. La mayor parte de las madres que reciben la noticia durante el embarazo de que su hijo sufre anencefalia deciden terminar con su vida antes de que nazca, razón por la que el NHS se ha planteado fomentar que estos abortos no se produzcan. Cada año, 230 niños son abortados en Gran Bretaña después de que se les haya diagnosticado anencefalia y solo a una docena se les permite vivir. La posibilidad de apoyar los embarazos de niños enfermos con el único fin de obtener sus órganos ha generado controversia y muchas voces se han alzado desde el sector sanitario para mostrar preocupación por las implicaciones éticas de la medida, que convierte a los bebés en mera mercancía. 

El Doctor Trevor Stammers, director de bioética de la Universidad St. Mary’s, ha calificado la propuesta de «aberrante» y ha manifestado su perplejidad por la posibilidad de que un cirujano acuda a una madre que acaba de recibir la terrible noticia de la enfermedad de su hijo para plantearle que le deje vivir sólo para poder aprovechar sus órganos. 

Stammers ha asegurado que se trata de «una sugerencia horrible» que reduce al bebé a «un medio para alcanzar un fin utilitario: una colección de piezas de repuesto«. Esta propuesta no pretende respetar la vida por sí misma, sino por su utilidad en un futuro.

La sanidad británica, por el momento, no se ha pronunciado sobre su decisión al respecto, aunque sí ha formado un comité para analizar la cuestión.  Algunos críticos de la propuesta han asegurado que recuerda al escándalo producido en Estados Unidos en las clínicas de Planned Parenthood. Una serie de vídeos grabados con cámara oculta ha puesto al descubierto en los últimos meses que en las clínicas del gigante del aborto se trafica con los órganos de los bebés abortados y los niños son vendidos por partes a empresas de investigación científica y universidades.