Este martes, el prelado español comparecerá ante la justicia vaticana por la filtración de documentos. La Santa Sede ha vetado al letrado que le defendía y exige que sea representado por un abogado aprobado por el Vaticano. El Vaticano celebrará hoy la primera audiencia del juicio por la revelación y publicación de documentos clasificados, en el que están imputadas cinco personas, entre ellas el sacerdote español Lucio Vallejo Balda. La primera vista de este proceso ha sido fijada a las 10.30 hora local (9.30 GMT) y se celebrará en la única sede judicial del Estado de la Ciudad del Vaticano, a pocos metros del ábside de la basílica de San Pedro. A lo largo de este proceso se tratará de esclarecer la sustracción, divulgación y publicación de material clasificado de la Santa Sede, sobre todo en materia económica, un caso que ya se conoce como «Vatileaks 2», en alusión al escándalo por la difusión de correspondencia de Benedicto XVI en 2012. Uno de los cinco acusados es el español Vallejo Balda, el único que permanece preso como medida preventiva y que fue secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), de la que proviene la mayor parte de los documentos difundidos. También está imputada la ex relaciones públicas italiana Francesca Chaouqui, que fue arrestada con el español y puesta posteriormente en libertad, el ex colaborador de la COSEA Nicola Maio y los periodistas que han publicado los documentos: Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi. La Justicia vaticana establece que solo pueden participar en estos procesos los miembros de una lista de casi noventa letrados reconocidos por las autoridades de la Santa Sede, a pesar de que el Tribunal de Justicia Europeo ha avalado que los abogados puedan ejercer en cualquier país aunque su título sea de otro. Por esta razón, la defensa del español ha conocido recientemente que no podrá asistirle y le ha sido asignado un abogado de oficio que, sin embargo, ha renunciado 24 horas antes de que comience el proceso. Se desconoce quién será ahora el encargado de defender a Vallejo Balda. Del mismo modo Chaouqui anunció hoy en un mensaje en Facebook que se presentará en el juicio a pesar de que el Vaticano tampoco ha admitido a su abogada, Giulia Bongiorno, una de las más prestigiosas de Italia. El proceso goza de un enorme interés mediático porque será además la primera ocasión en la que en el banquillo de los acusados del Vaticano se sienten dos periodistas, que ya han criticado que su situación supone un ataque a la libertad de prensa. Y es que se da la paradoja de que, mientras que Italia recoge este principio en el artículo 21 de su Constitución, las leyes vaticanas no estipulan el derecho a la información. «Nunca me habría imaginado que después de la publicación de «Avarizia» habría acabado investigado, mandado al banquillo y procesado ante los jueces pontificios, escribió este lunes Fittipaldi en el diario «La Repubblica». Por su parte Nuzzi, en su blog, lamenta que será procesado por «haber publicado ‘Via Crucis’, un libro en el que reveló muchas cosas incómodas en relación con la gestión del Vaticano«. También criticó la falta de apoyo por parte de políticos y del Colegio de Periodistas y alertó del regreso de «una peligrosa ‘Nueva Inquisición'». Este caso trascendió a la opinión pública el pasado 2 de noviembre, después de que la Santa Sede informara de que había detenido a dos personas por supuestamente haber sustraído material clasificado. Finalmente el número de imputados ha ido en aumento y están acusados de violar el artículo 116 bis, en el que se tipifica el delito de «procurarse ilegítimamente o revelar noticias o documentos de los que está prohibida la divulgación». La ley penal del Estado de la Ciudad del Vaticano pena este delito con entre seis meses y dos años de prisión o la multa de 1.000 a 5.000 euros. En el caso de que estas noticias o documentos fueran de «interés fundamental o de relaciones diplomáticas de la Santa Sede o del Estado se aplicará la pena de cuatro a ocho años de reclusión».
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de Irak para los americanos.
El laicismo antireligesioso mediatico
tiene carnada donde morder
y no sabe de buenismo inclusivista
ni de todos juntitos como hermanos…
Ahora el Vaticano se enfrenta
al veredicto de los medios de comunicacion hostiles…
El tiro les va a salir por la culata
y la «justicia rapida ejemplar»
va a terminar en gresca tabernera…
A mi me parece inconcevible que se le niegue a un acusado a que elija libremente a su abogado, ahi las autoridades o jueces vaticanos demuestran mala fe y por lo tanto va a ser un juicio viciado como lo fue el del Mayordomo de benedicto XVI, asi mismo es inconcebible que precisamente el vaticano se salte el secreto y la confiabilidad de la prensa
El Vaticano debería suscribir los diversos pactos internacionales de Derechos Humanos y cumplir con los estándares internacionales de los países de su entorno en materia de protección de derechos del reo, como ha hecho -o intenta hacer- en materia bancaria, fiscal y de transparencia de la gestión.
Yo no sé, pero a mí esto me huele raro. Lo lógico es que hubieran realizado una acreditación de su abogado -al menos temporal- y ya está. Si quieren hacer un juicio justo y equilibrado, ¿qué les importa a ellos el abogado de la defensa? La mitad serán canonistas, que no es lo mismo. ¿Cuantos abogados penalistas puede haber acreditados en la Santa Sede? Me temo que a este buen hombre le van a colgar el delito sí o sí, y luego se harán los supermisericordiosos concediéndole el perdón en el año de la misericordia. Pero yo que él haría como San Pablo: les diría nones. Claro, que a mí me consideran una radical, poco diplomática y cargada de mala leche que nunca se aviene a razones. Y no me va bien en este mundo en el que vivimos de blanditos habituales. Así que supongo que este pobre dirá que sí, por su anciana madre y por cortar el escándalo. Pero a mí no me parece justo. Lo siento, pero haya cometido el delito que haya cometido, tiene derecho a su abogado de confianza. No se lo niegan ni a los peores narcos o terroristas del mundo en ningún país civilizado, aunque el abogado sea un sinvergüenza.
Pronto se despejarán las dudas. Si es un paripé va a dar igual estén o no asistidos de abogados de su confianza. Puede que Vallejo se declare culpable a cambio de la misericordia ( ya se sabe que para la Inquisición la confesión , incluso arrancada a la fuerza, es la prueba ) o porque intereses superiores se lo impongan. O puede Vallejo negarse a confesar, en cuyo caso el tema se complica y ahí sí que puede ser relevante la actuación de los abogados y ya veremos como lo hacen. O puede confesando alegar que lo hizo interpretando las intenciones del propio Papa o para ayudarlo. Lo único bueno de la «justicia vaticana» es que resuelve rápido las incognitas. Si fuera España serían tres años de instrucción y uno más hasta sentencia.
Por favor, corrijan el titular: debe ser «a punto», no «apunto», a no ser que Vallejo Balda se dedique a apuntar en una libreta…