Un sacerdote literalmente flagelado por el demonio

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El demonio buscaba impedir que publicara un librito que movería a la conversión de miles. Pero como siempre, el Señor confirmaría su victoria. Portaluz Dionisio Ferraro ha cumplido 71 años y el año pasado los superiores del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) lo enviaron de regreso a su natal Italia. Consideraron que este sacerdote debía hacerlo después de librar durante años una buena batalla por Cristo, como misionero en Guinea Bisseau. Nacido en Mussolente, provincia de Vicenza (Italia) en 1944, el padre Dionisio fue ordenado sacerdote en 1970. En Guinea Bissau, como miembro del PIME, pasó varios períodos de misión… 1972-1986, luego desde 1988 hasta 2006 y luego desde 2009 a 2014, después de lo cual regresó a Italia. Desde el 3 diciembre de 2011 hasta el 23 febrero de 2014 fue párroco de Bambadinca, un poblado totalmente pagano, de 30.000 habitantes, en la diócesis de Bafatá (Guinea Bisseau). Allí viviría una experiencia extraordinaria, aunque dramática, que lo confirmaría en su fe. Para registro de la historia del PIME y beneficio de muchos, el misionero narró a su colega, el padre Piero Gheddo, los acontecimientos que iniciaron cuando visitó el año 2011 Italia… “Me impactó -cuenta Dionisio- la falta de fe en tantas personas y la esperanza generosa del Papa Benedicto XVI al convocar un Año de la Fe”. Con la certeza que también él debía aportar lo suyo, nada más regresar a Guinea Bisseau comenzó a escribir un pequeño librito en ‘criolita’, la lengua nacional, que tituló: «Señor, fortalécenos en la fe». Eran cincuenta páginas de textos cortos, que pensó como una herramienta para preparar adultos al bautismo, pero también serviría a quienes ya se habían iniciado en la fe. Estaba feliz cuando puso el punto final al último capítulo dedicado a la Santísima Virgen María, Madre de la fe… “Luego, me propuse llevarlo a una imprenta en Bissau, pero no encontraba un día libre, pues son 120 kilómetros de ida por caminos difíciles que toman alrededor de 3 horas o más (y otros tantos para volver)”. Pasaron los días hasta aquél 23 de marzo de 2011 en que recibiría una inesperada visita. Como cada día, padre Dionisio se fue a la cama temprano. En Bambadinca no tenían electricidad y al aire libre los mosquitos no son amigables. Así es que él ya tenía su rutina acostándose a las 21 horas. “Me duermo rápido y descanso bien”. Pero esa noche sería distinta. «A la una en punto de la noche del 23 de marzo de 2011 me levanté, leí el librito…, me gustaba y decidí que al día siguiente sin falta iría a Bissau para dejarlo en una imprenta. Me fui a la cama y como es habitual, para dormirme, me recosté sobre mi lado izquierdo y cuando sentí que el sueño ya venía me giré hacia la derecha. Aquí en Guinea, por el calor dormimos en habitaciones totalmente cerradas, sin luz y sin ropa. Estaba cayendo dormido cuando sentí el chasquido y de inmediato el impacto de unos terribles latigazos en mi hombro izquierdo, brazo, en el lado izquierdo del cuerpo y la pierna. Grité de dolor y asombro, mientras podía sentir que había allí alguien en la oscuridad… y siguió con el látigo. Yo traté de protegerme la cabeza con mis manos y en segundos pensé… ¡pero si duermo en una habitación cerrada, una casa de ladrillo, la puerta está firmemente cerrada y las dos ventanas tienen rejas de protección! ¡Nadie puede entrar en la habitación! Entonces comprendí, supe que era el diablo y de inmediato, sin dudar un instante, le ordené: «¡Quítate de delante de mí, Satanás! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». De inmediato los azotes cesaron. Recorro la casa, sólo para comprobar que está bien cerrada, allí no hay nadie y entonces lloro, veo que tengo sangre y herido el hombro izquierdo y la rodilla. Me asusto, pero le pido a Jesús y María su protección, clamo a viva voz al Señor. «El diablo no quiere que publique este librito». Me arrodillo y rezo de nuevo, luego me subí a la cama porque el Señor me mandó a dormir de nuevo”. El padre Dionisio se levantó temprano y decidió ir a Bafatá para narrar lo sucedido y mostrarle sus heridas al obispo, Mons. Pedro Zilli, un italo-brasileño, también miembro del PIME. “Al ver las heridas y escuchar mi historia, me dice que ore antes de ir a la cama y bendiga la casa”. Lo mismo le dirán luego, en Bissau, el superior regional del PIME padre Davide Sciocco y el entonces vicario general de la diócesis de Bafatá Don Luca Pedretti. Pero este último le dice que además debe mantener agua bendita en la habitación para persignarse antes de dormir. «Después de estos acontecimientos pensé: «Mi libro está incompleto»”, cuenta el padre Dionisio. Así es que a continuación del último capítulo sobre la Santísima Virgen María nuestra Madre en la fe, añadió otro sobre Satanás y los demonios, con referencias bíblicas, doctrinales y también la experiencia que vivió la noche del 23 de marzo de 2011. «Desde que mi libro salió, muchos han podido conocer que Jesucristo es el único que puede liberarlos del diablo, el enemigo de Dios y del hombre”.

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Comentarios
0 comentarios en “Un sacerdote literalmente flagelado por el demonio
  1. Uy qué hermoso librito. Me encantaría tenerlo en mis manos para leerlo y recomendar a todo cuanto se me pongan en el camino.
    ¿Cómo se llama el librito? Desde ya tiene que ser un bet seller.
    Son estas cosas las que se tienen que saber con mayor presición y claridad.
    Yo creo firmemente lo que le sucedió al padre Dionisio Ferraro
    ¡¡¡¡Bendiciones padre Dionisio!!!!
    ¡¡¡Y éxitos con su apostolado!!!

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