El Arzobispo de Cracovia presentará hoy su renuncia al Papa por motivos de edad, de conformidad con el canon 401.1 del Código de Derecho Canónico.
El Papa Wojtyla decidió permanecer en el Trono de Pedro hasta el final de su vida, porque consideraba que “de la cruz no se baja”. Lo dijo el cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II durante casi 40 años hasta su muerte. Estas declaraciones levantaron una gran polémica debido a que ocurrieron cuando Benedicto XVI renunciaba al Papado. No estuvo muy oportuno el cardenal polaco en esta ocasión.
Nacido en Raba Wyzna, una aldea polaca, el 27 de Abril de 1939, Dziwisz estudió en seminarios locales y, tras completar los estudios teológicos, fue ordenado sacerdote en 1963 por el obispo auxiliar de Cracovia que no era otro que Karol Wojtyla.
De octubre 1966 a octubre 1978 se desempeñó como capellán y secretario del arzobispo que llegaría a Papa. Al mismo tiempo fue profesor de liturgia en el Instituto Catequético en Cracovia, editor de la revista oficial de la Curia Diocesana Metropolitana, miembro y secretario de la Comisión Litúrgica Arquidiocesana y miembro del Consejo Presbiteral.
Cuando el cardenal Wojtyla fue elegido Papa, nombró a monseñor Dziwisz como su secretario personal, ocupando este cargo hasta la muerte del Papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005.
El 7 de febrero de 1998 el Santo Padre le nombró obispo titular de San Leone y Prefecto de la Casa Pontificia. Fue ordenado obispo por el Papa Juan Pablo II ese mismo año siendo su lema episcopal “Sursum corda!” (Levantemos el corazón!) El 29 de septiembre de 2003 fue elevado a la dignidad de arzobispo.
Dziwisz fue quien acompañó a Juan Pablo II en su agonía. Le administró la Extremaunción, le leyó el Evangelio según San Juan en aquellas últimas horas de vida, le cubrió el rostro con un velo blanco una vez muerto, y pensó “Así mueren los hombres santos”.
El Papa Benedicto XVI le nombró nuevo arzobispo de Cracovia el 3 de junio de 2005 y cardenal en el consistorio del 24 de marzo 2006, con el título de Santa María del Popolo.
El Arzobispo de Cracovia aseguraba en el libro-entrevista “He vivido con un santo”, escrito por el periodista Gian Franco Svidercoschi, que salió a la luz en noviembre de 2013, que el Papa polaco nunca supo la verdad sobre uno de los mayores escándalos de la Iglesia católica, el caso del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
“Lo sé yo también, pero razonando a posteriori, que el Santo Padre nunca debió haber recibido a ese individuo. Pero Juan Pablo II cuando lo encontró ¡no sabía nada, absolutamente nada!”, dijo el Cardenal.
Según explicó para Juan Pablo II Maciel “¡era todavía el fundador de una gran orden religiosa y basta, ninguno le había dicho nada! ¡Ni siquiera de los rumores que corrían!”. Explicó que la lenta reacción ante las denuncias de abusos se debió a la burocracia en el Vaticano “Son, por desgracia, las consecuencias de una estructura aún extremadamente burocrática”, lamentó.
También confesó que Juan Pablo II meditó la idea de renunciar al Pontificado, como haría su predecesor años después “Sobre la renuncia el Papa examinó los textos dejados por el Papa Montini (Pablo VI), consultó los más estrechos colaboradores, entre ellos el Cardenal Ratzinger. Estableció también un especial procedimiento para la dimisión, en el caso no estuviese más en capacidad de desarrollar su ministerio”, dijo.
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Está claro que no se le aceptará la renuncia antes de la JMJ de Cracovia en 2016, por lo que cuanto menos llegará a los 78 años