
Arzobispo de Bruselas-Malinas y Primado de Bélgica
Nació el 6 de mayo de 1940 en Jambes, cerca de Namur, en Bélgica. Su padre murió poco después de que André naciera, mientras se producía la invasión de la Alemania de Hitler sobre Bélgica. André tenía otros tres hermanos y todos acabaron siendo sacerdotes. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Notre- Dame de la Paix, en Namur.
Tras los estudios, Monseñor André -Marie Charue, obispo de Namur, le envió al Seminario León XIII de Lovaina, donde obtuvo su Licenciatura en Filosofía. Continuó sus estudios en Roma, en el Colegio Pontificio Belga, donde se graduó en teología. Fue ordenado sacerdote el 19 de julio de 1964 por el obispo Charue. Tras su ordenación volvió a Roma, donde obtuvo la licenciatura en teología en la Universidad Pontificia Gregoriana.
En 1974 se doctoró en filosofía por la Universidad Católica de Lovaina, con una tesis titulada “Comentario literal en la lógica de Hegel”. Enseñó en el departamento de filosofía de Lovaina hasta 1991. A finales de 1980 se convirtió en miembro de la Comisión Teológica Internacional, órgano consultivo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Fue nombrado obispo de Namur el 7 de febrero de 1991 por el Papa Juan Pablo II. Su consagración tuvo lugar el 14 de abril de ese mismo año por el cardenal Godfried Danneels. Cuando fue nombrado obispo, añadió a su primer nombre, “André”, el de “Mutien” en honor a San Muciano María Wiaux, un santo belga del siglo XIX canonizado por Juan Pablo II.
Como Obispo de Namur, Leonard se centró en particular en la pastoral juvenil y la promoción de las vocaciones al sacerdocio. El seminario de su diócesis, que también incluye un seminario Redemptoris Mater -del Camino Neocatecumenal- fue el más concurrido de toda Bélgica (donde en 2010, 35 del total de 71 seminaristas belgas estudiaba). El conocido vaticanista italiano, Andrea Tornielli, dice que a Léonard se le considera “el más tradicional de los obispos belgas”.
En 1999 fue el encargado de predicar los ejercicios espirituales de cuaresma de Juan Pablo II y la Curia Romana. En una entrevista en abril de 2007 para Télé Moustique, a Léonard se le preguntó qué pensaba sobre la homosexualidad y respondió “Lo mismo que Freud: es una etapa imperfectamente desarrollada de la sexualidad humana que contradice su lógica interna. Los homosexuales se han encontrado con un bloqueo en su desarrollo psicológico normal, haciéndolo anormal. Sé que dentro de unos años me juego la cárcel por estar diciendo esto, pero eso podría ofrecerme vacaciones”.
Es conocida su afinidad a la Misa denominada “tridentina”, es decir, celebrada con el rito antiguo anterior a la reforma litúrgica. De hecho, fue en 2008 de los primero obispos en celebrar, al menos públicamente, una Misa según este rito, tras el motu proprio del Papa Benedicto XVI sobre esta cuestión. Aquí pueden ver unas fotografías de aquella celebración litúrgica.
El 18 de enero de 2010, fue nombrado por el Papa Benedicto XVI, arzobispo de Malinas-Bruselas, sustituyendo, por motivos de edad, al cardenal Danneels, considerado unos de los prelados más “progresistas” de Europa. Leonard anunció que tendría tres prioridades en su nueva misión: las vocaciones, la liturgia y una genuina preocupación por las cuestiones sociales.
Leonard como hemos dicho sucedía al cardenal Danneels, quien al parecer se oponía a ciertas advertencias de la Iglesia sobre cuestiones morales tales como los “preservativos” en la prevención del SIDA. Durante su mandato, Bélgica legalizó la eutanasia y el “matrimonio” homosexual y se dice que Danneels no hizo mucho “ruido” para intentar frenar estas propuestas. El nombramiento de Leonard se vio como un movimiento de Benedicto XVI para dar un impulso al catolicismo belga.
Cuando fue nombrado Arzobispo de Malinas-Bruselas decidió quitarse el nombre de “Mutien” y cambiarlo por el de “Joseph” en honor a San José, Patrono de Bélgica. El 5 de enero de 2011 fue nombrado entre los primeros miembros del nuevo Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. El Consejo tiene la tarea de una renovación de la evangelización de aquellas zonas del mundo, especialmente en Occidente, que han sido más afectados por el secularismo.
Como reacción a su nombramiento, la viceprimer ministra belga, Laurette Onkelinx, quien también es ministra de Salud del país, dijo: “La Iglesia y el Estado están separados en Bélgica, pero cuando hay problemas en nuestra sociedad, todos los interlocutores sociales se sientan alrededor de la mesa, incluidos los representantes del secularismo y de la religión. El cardenal Danneels fue un hombre de apertura, de tolerancia y era capaz de encajar aquí. El arzobispo Léonard ya ha desafiado decisiones tomadas por nuestro parlamento”.
Y agregó: “Respecto del SIDA, él está en contra del uso de preservativos, incluso mientras la gente muere por esta enfermedad cada día. Él está en contra del aborto y la eutanasia… La elección del Papa podría minar el compromiso que nos permite vivir juntos con respeto hacia todos”. El Partido Socialista “insiste en que el arzobispo Leonard respete las decisiones democráticas tomadas por las instituciones de nuestro país. Para el Partido Socialista, los derechos y deberes que las personas asumen democráticamente tienen prioridad sobre cualquier mandamiento o tradición religiosa, sin ninguna excepción”.
Una encuesta de opinión realizada en 2010 supuestamente entre los sacerdotes en Bélgica, reveló algunas tendencias heterodoxas entre el clero de este país y un escaso apoyo al arzobispo Leonard.
En abril de 2010, el por entonces obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, se retiró y admitió que durante años había abusado de un sobrino suyo. En junio de 2010, la policía entró tanto en el palacio del arzobispo como en el hogar del ya jubilado cardenal Danneels en busca de posibles pruebas. También irrumpieron en las oficinas de la Comisión independiente creada por el nuevo arzobispo Leonard a principios de 2010 para investigar los casos de abuso sexual.
En ese momento, el arzobispo Leonard dijo que el movimiento mostró que la Iglesia quería “pasar decididamente página en tan dolorosa” cuestión. No se insinuó en ningún momento que Leonard estuviera involucrado en un encubrimiento -ya que llevaba tan sólo medio año en el cargo- pero fue criticado por decir en una ocasión en la televisión, que la persecución de sacerdotes ancianos que en su día cometieron abusos era innecesaria, dada su edad y el efecto que la acción penal pública tendrían sobre las víctimas.
El Papa Benedicto XVI, en una carta dirigida al arzobispo Leonard, expresó a los obispos de Bélgica su “proximidad” y “solidaridad en este momento de tristeza, en el que, con maneras sorprendentes y deplorables, se realizaron las investigaciones incluso en la catedral de Malinas y en los locales donde el episcopado belga estaba reunido en sesión plenaria”. En su mensaje, el Pontífice recordó que durante esa reunión interrumpida por las autoridades “debían tratarse, entre otros, aspectos relacionados con el abuso a menores por parte de miembros del clero”.
También pidió respeto a la autonomía del orden canónico, destacando: “Yo mismo he repetido en numerosas ocasiones que estos graves hechos deben ser tratados por el orden civil y por el orden canónico en el respeto recíproco de la especificidad y de la autonomía de cada uno”. “En este sentido -señaló-, deseo que la justicia siga su curso garantizando el derecho de personas e instituciones, en el respeto a las víctimas, en el reconocimiento sin prejuicios de los que se comprometen a colaborar con ella y en el rechazo de todo lo que pudiera oscurecer los nobles deberes que le son asignados”.
Hubo una polémica enorme con el libro “Monseñor Leonard: Conversaciones” publicado en octubre de 2010. Se trata de una actualización realizada por autores flamencos de una obra de igual título publicada en francés en 2006, cuando el actual arzobispo era obispo de Namur.
La polémica vino cuando se sacaron unos extractos en los que se indicaba que Leonard cree que el sida “no es una justicia divina” sino “una especie de justicia inmanente”. El prelado justificaba esa consideración señalando que jugar con la naturaleza del amor puede conducir a catástrofes así, y comparaba esa situación con las consecuencias medioambientales del abuso de recursos que el hombre está haciendo de nuestro planeta.
Estas declaraciones recibieron numerosas críticas por parte de todos los grupos políticos del país. El portavoz de Leonard, Jürgen Mettepenningen, reconoció en la cadena de radio flamenca VRT “yo no lo hubiera dicho así”. Mettepenningen explicó que, al releer el borrador del libro, advirtió que esa expresión podía generar problemas, pero indicó que “el arzobispo no la ha modificado, al afirmar que no podía escribir otra cosa de lo que él piensa”.
En noviembre de 2010, este mismo portavoz anunció que abandonaba el puesto sólo tres meses después de unirse a la oficina del arzobispo. Mettepenningen dijo “Monseñor Leonard a veces actúa como un conductor que conduce en el lado equivocado de la carretera que piensa que el resto de los automovilistas están equivocados”. Dijo que el arzobispo le había prometido evitar las declaraciones a los medios, pero no había cumplido la promesa. “La falta de confianza significa que yo no deseo ni quiero seguir trabajando como portavoz de monseñor Leonard”, dijo.
En noviembre de 2010 con todo el revuelo de sus polémicas declaraciones aún presente, recibió un “tartazo” en la cara mientras oficiaba una misa en la catedral de Bruselas. El incidente fue registrado en vídeo por una persona que grababa la liturgia en la catedral de San Miguel y Santa Gudula, y que posteriormente publicó el portal católico de internet “Gloria TV” y el diario flamenco “De Standaard” en su página web.
Monseñor Léonard estaba en el altar mientras cantaba el coro, y entonces se le acercó una persona con la tarta en la mano y se la lanzó a la cara. El arzobispo permaneció en su lugar mientras sus asistentes le ayudaban a enjugarse la cara y a limpiarse las gafas. Léonard pareció tomarse con humor el episodio, ya que hasta probó los restos de tarta y comentó que estaba “muy buena”. Continuó con el servicio y el Arzobispado declinó presentar una denuncia contra la persona que se abalanzó sobre Léonard. “No tenemos ni idea de quién se trata ni de cuáles eran sus intenciones”, comentaron.
Parece que la cosa se puso de moda porque en abril de 2011, durante una conferencia celebrada en una residencia de estudiantes en la ciudad valona de Lovaina la Nueva ocurrió algo similar. El arzobispo recibió un “tartazo” a su llegada a la residencia, y otros tres durante la conferencia, pese a la presencia de servicios de seguridad, según informó la radio pública francófona RTBF. Uno de los agresores afirmó que Léonard se lo merecía “por todos los homosexuales que no se atreven a decírselo a sus padres y por todas las jóvenes que quieren abortar”, y añadió que el arzobispo “podría volver a ser la diana de tartas de crema en cualquier momento”.
En abril de 2013 cuatro feministas radicales semidesnudas atacaron al arzobispo, durante una conferencia sobre “La blasfemia, delito o libertad de expresión”, en la Universidad Libre de Bruselas. La agresión fue realizada por el grupo de mujeres lesbianas que pertenecen a Femen, que se autodefine como “sextremista”.
Las mujeres, con el pecho descubierto, utilizaron recipientes con la forma de la Virgen María, para mojar al Arzobispo, mientras hacían aspavientos y gritaban violentamente. En el pecho desnudo, las cuatro mujeres llevaban inscripciones como “mi cuerpo, mis reglas”, “Dios salve a las lesbianas”, y portaban un cartel en el que se leía “Alto a la homofobia”.
Leonard resistió el ataque de las feministas radicales con paciencia y oración, durante los minutos que les tomó a las autoridades de seguridad intervenir. Al concluir la agresión, y reconociendo a la Virgen en uno de los recipientes utilizados para echarle agua, entonces tirado en el suelo, Leonard lo levantó y lo besó. Las imágenes dieron la vuelta al mundo.
Religión Digital entrevistó en julio de 2013 a Leonard en pleno vuelo hacia Rio de Janeiro, yendo el arzobispo a participar en la Jornada Mundial de la Juventud que allí se celebraba. El entrevistador añade que nuestro protagonista viajaba en “clase turista”.
Sobre el Papa Francisco dijo: “Aún no lo conozco personalmente. A sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI sí los conocí de cerca, y por lo que voy conociendo poco a poco (por Internet, como todo el mundo), creo que no es una gran figura intelectual como Benedicto XVI, pero es alguien que tiene el sentido de la palabra, de los pequeños detalles que llegan al corazón, y me alegro de ver cómo está haciendo su trabajo”.
Dijo que se notaba que Francisco “es un hombre muy sensible a la dimensión social, y que al mismo tiempo tiene una espiritualidad alegre, entusiasta, profunda”. Luego dijo que no sabía si iba a revolucionar la Iglesia porque “tiene que haber también continuidad, pero él va a traer un soplo nuevo”. También dijo que la reforma de la Curia es buena “para que entre aire fresco en la Iglesia”.
Finalmente manifestó “Creo que va a ser capaz de imponer su voluntad. A pesar de su dulzura, es capaz también de ser firme y perseverante, y si no quiere hacer algo, no lo va a hacer, aunque haya presión del entorno o de la tradición”.