André-Joseph Léonard tendrá que indemnizar con 10.000 euros a un ex monaguillo que declara haber sido víctima de abusos por parte de un sacerdote belga.
El tribunal de apelación civil de Lieja ha condenado a André-Joseph Léonard, arzobispo de Bruselas y presidente de la Conferencia Episcopal belga, por no actuar con la debida diligencia al conocer un caso de abusos sexuales a un menor por parte de un sacerdote de su diócesis, cuando era obispod e Namur. Joel Devillet ha denunciado que fue víctima del Padre Hubermont, que abusó sexualmente de él a los 14 años cuando era monaguillo en su parroquia, entre 1987 y 1991. Devillet ha asegurado ante la Justicia belga que cuando intentó contar lo que le había pasado a las autoridades eclesiásticas, le aconsejaron no presentar una demanda. Ahora un tribunal ha condenado al arzobispo de Bruselas a indemnizar con 10.000 euros a Devillet, cantidad que intenta compensar de alguna forma los traumas psicológicos que incapacitan al ex monaguillo para realizar su trabajo. La sentencia del tribunal recoge que «la manera en que el demandado (monseñor Léonard) tomó en cuenta y trató la denuncia de los abusos de los que Joël Devillet fue víctima mantuvo a este último con un sentimiento de injusticia y abandono entre 1996 y 2001» que provocó el hundimiento psíquico de la víctima y que a sus 42 años aún le impide realizar su trabajo con normalidad.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Al obispo FInn de Kansas lo han echado supuestamente por no hacer las cosas bien, cuando fue el primero en iniciar trámites para esclarecer las cosas.
Danneels y Bonny siguen, y el de Osborne, Chile, a pesar de ser abucheado y con testimonios en contra.
Pero Finn fue tradicionalista, revolucionó la diócesis para bien, y esa es su culpa. Glortia TV contundente:
Hated For Being Catholic: The true reason why Bishop Robert Finn of Kansas City-Saint Joseph was sacked on April 21 is obvious: He was a Catholic. Since assuming his diocese in 2005 he has been the subject of vitriol for running the diocese in union with the Church.
Hammer: The pre-Finn liberal days in the diocese of Kansas City-Saint Joseph were grim. One Kansas City woman described her horror when during his homily, a priest smashed the high altar with a hammer.
Danger: During Bishop Finn’s tenure the diocese of Kansas City-Saint Joseph experienced explosive growth in vocations, he opened the cause for canonization of a religious sister, and oversaw the building of two new churches. The danger is big that Rome will now name a liberal who will destroy in short time what Bishop Finn has built up.
Miscarriage of Justice: Bishop Finn’s conviction for alleged failure to report suspected child abuse was a gross miscarriage of justice. Influential residents of his diocese helped drive the investigation. The statute under which Finn was charged did not apply in his case, and he almost certainly would have won a reversal on appeal. But Finn did not want to drag the name of his diocese through the media again.
No Breach Of Duty: Bishop Finn took the case of the child-porn-priest who let to his downfall, seriously. Otherwise the problem would have been ignored altogether, because no one ever called Finn’s office on the case and without Bishop Finn the authorities would never have known about it.
Forever Grateful: The community of the Old Rite Benedictines of Mary, Queen of Apostles, thanks retired bishop Finn: “We will be forever grateful to Bishop Robert Finn for his spiritual fatherhood of our community. It is through his paternal solicitude that our life of prayer has been made possible.”
Leonard ha sido el más valiente de los obispos belgas, constantemente martirizado por las feministas extremas.
Ahora resulta que, al lado del encubridor Daneels (en un caso gravísimo), el chivo expiatorio es Leonard por un caso .
Todo esto da asco.
Y sigo pensando que el tribunal que ha condenado a Leonard ha obrado injustamente. La víctima es la que debe ir a los tribunales si lo considera prudente, y el obispo no puede sustituirla en esta decisión.