El periodista italiano, Luisella Scrosati, lo cuenta en el medio La Brújula Cotidiana a raíz de una intervención del arzobispo de Amberes, monseñor Johan Bonny, en la pasada Asamblea Sinodal alemana.
En una jornada repleta de intervenciones de un minuto y medio cada una, el arzobispo Bonny pudo beneficiarse de nada menos que ocho minutos, para contar cómo los obispos belgas han introducido oficialmente en sus diócesis las bendiciones de las parejas homosexuales como ya informamos en este medio.
El arzobispo Bonny explicó en su intervención que los obispos belgas, tras leer y meditar durante dos días la Exhortación postsinodal Amoris Laetitia, elaboraron un breve texto de dos páginas y media, con solo cuatro párrafos, en el que se recogen dos puntos fundamentales: una pastoral estable de las personas queer (éste es el término utilizado por Bonny, pero por el contexto se entiende que se refiere a todas las orientaciones LGBTQ), con la designación de un responsable por cada diócesis, y un grupo interdiocesano estable; y en segundo lugar, la bendición de todas las parejas homosexuales.
El primer párrafo, explica el arzobispo, apunta a los dos textos en los que se basan estas dos decisiones, a saber, los párrafos 297 y 303 de Amoris Laetitia. Ambos pertenecen al capítulo octavo, el decididamente más problemático y discutido de la Exhortación. El primero, el 297, es la exhortación del Papa a “integrar a todos”, a “ayudar a cada persona a encontrar su propio modo de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia ‘inmerecida, incondicional y gratuita’”.
Según el relato de Bonny, el texto se elaboró en discusión con la Santa Sede; pero al final “publicamos el texto y luego solo hubo silencio”. Un estruendo de aplausos de los presentes acompañó las palabras del arzobispo de Amberes.
El texto, aceptado por unanimidad, se presentó en Roma durante la visita ad limina del pasado mes de noviembre, una semana después de la de los obispos alemanes. Así relataba Bonny aquel encuentro con las autoridades romanas: “Todos dijeron –y esto es lo importante-: ‘es vuestra Conferencia Episcopal, es vuestra decisión’. El Papa no dijo ni sí ni no. ‘Es vuestra decisión’”.
El obispo de Amberes añadió: “También hablamos de esto con el Papa, que nos dijo: ‘es vuestra decisión, lo comprendo’. Lo importante para él era continuar con sabiduría y permanecer unidos. Dos veces preguntó: ‘¿Estáis todos de acuerdo? ¿Camináis juntos?’. Y le hemos dicho que sí”.
«Las declaraciones del arzobispo Bonny no se refieren a una supuesta conversación privada con el Papa, como a las que nos tenía acostumbrados Eugenio Scalfari. Son declaraciones hechas en presencia de todos los obispos de Bélgica, durante una importante y oficial visita ad limina. Y son declaraciones de enorme gravedad que revelan el apoyo del Papa a una verdadera herejía. Además, monseñor Bonny subraya que no se las dijo a él, sino a toda la Asamblea sinodal de la Iglesia en Alemania, palabras que no son reconstrucciones de periodistas, sino las que realmente pronunció, y que todo el mundo puede oír. Palabras que, además, indican una interpretación claramente heterodoxa de una Exhortación Apostólica más que ambigua y sobre la que el Papa Francisco nunca ha querido dar una respuesta clara», señala el periodista italiano.
Ya en el año 2021 el arzobispo Bonny «pidió perdón» a las parejas homosexuales por la negativa de la Iglesia a bendecir el pecado.
El polémico camino de los obispos belgas
El pasado mes de septiembre la Conferencia Episcopal de Bélgica hizo público un documento titulado «homosexualidad y fe». Los obispos alemanes, dieron su consentimiento y aprobación a que las personas homosexuales puedan vivir en pareja. Es más, los propios obispos se inventaron una oración para que se pueda bendecir a las parejas homosexuales.
El cardenal Jozef De Kesel y los obispos flamencos han articulado su misión en el documento: «Las personas homosexuales están pastoralmente cerca – Por una Iglesia hospitalaria, que no excluye a nadie».
En cuanto a la atención pastoral de los homosexuales, los obispos belgas afirmaron que algunos «prefieren vivir en pareja, en relaciones duraderas y fieles. Ellos también merecen nuestro reconocimiento y apoyo, porque esta relación, aunque no sea un matrimonio religioso, también puede ser fuente de paz y felicidad compartida».
Los obispos flamencos manifestaron así «su compromiso pastoral con las personas homosexuales». Para ello, el equipo de políticas del Servicio Interdiocesano del cuidado pastoral familiar tendrá un empleado adicional para este tema.
Respecto a la tarea pastoral con los homosexuales, los obispos belgas señalaron que «el foco está principalmente en el encuentro y la conversación». La Conferencia episcopal belga defiende que hay creyentes que quieren vivir una relación homosexual estable.
Ya en noviembre, durante la visita Ad Limina de los prelados belgas pidieron directamente al Santo Padre que permitiera el diaconado femenino. A los obispos les preocupaba “la variedad de ministerios, la oportunidad de que hombres y mujeres sean ordenados lectores, acólitos y catequistas, y también la oportunidad de ordenar mujeres diáconos”, dijo el obispo Delville.
El Santo Padre les animó a «mostrar cercanía con sus hermanos, sus creyentes y todos los marginados». Delville, obispo de Lieja, recordó la semana de encuentros e intercambios con la Curia: los obispos belgas estaban visiblemente satisfechos con su visita a la Santa Sede y sus encuentros con los distintos departamentos de la Curia romana y con el Papa.