Los obispos belgas le piden al Papa que permita el diaconado femenino

Obispos belgas
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Los obispos belgas fueron los siguientes en ser recibidos por el Papa Francisco en visita Ad limina tras los alemanes.

Los belgas, fuertemente influenciados por sus vecinos alemanes, en especial el cardenal y arzobispo de Bruselas, Jozef De Kesel, han mantenido una línea similar a sus homólogos de Alemania. Propuestas disruptivas y alejadas de la doctrina.

Bajo esta premisa, los once obispos de la Conferencia Episcopal de Bélgica hablaron con Francisco sobre el tema de los abusos, diaconado femenino, la ordenación de hombres casados o la bendición a parejas homosexuales.

A los prelados flamencos les preocupaba “la variedad de ministerios, la oportunidad de que hombres y mujeres sean ordenados lectores, acólitos y catequistas, y también la oportunidad de ordenar mujeres diáconos”, dijo el obispo Delville.

El Santo Padre les animó a «mostrar cercanía con sus hermanos, sus creyentes y todos los marginados». Delville, obispo de Lieja, recordó la semana de encuentros e intercambios con la Curia: los obispos belgas estaban visiblemente satisfechos con su visita a la Santa Sede y sus encuentros con los distintos departamentos de la Curia romana y con el Papa.

El ambiente era mucho más relajado en comparación con su visita en 2010, que estuvo dominada por los casos de abuso sexual infantil. Pudieron compartir sus experiencias en este ámbito, pero también sus experiencias en cuidados terminales en un país donde la eutanasia es legal desde hace 20 años.

Bendición de parejas homosexuales

El pasado mes de septiembre, la Conferencia Episcopal de Bélgica hizo público un documento titulado «homosexualidad y fe» en el que los obispos belgas, daban su consentimiento y aprobación a que las personas homosexuales puedan vivir en pareja. Es más, los propios obispos se inventaron una oración para que se pueda bendecir a las parejas homosexuales.

En cuanto a la cuestión de la bendición de parejas del mismo sexo, «por supuesto que hablamos de eso, yo mismo lo hablé, estaba muy feliz de haber podido hablar de eso», dijo el cardenal De Kesel. «Lo que queríamos hacer era estructurar la pastoral, para que en cada diócesis dentro del equipo de pastoral familiar haya alguien que atienda el problema. En Roma pudimos hablarlo y nos sentimos escuchados: esto no quiere decir que mi interlocutor necesariamente esté de acuerdo conmigo, pero pudimos discutirlo. Tenemos que ayudar a esta gente, si no los ayudamos están perdidos”, argumentó el arzobispo de Bruselas.

El cardenal De Kesel y su heterodoxia

Cabe señalar que el arzobispo de Bruselas ha ido siempre de la mano de la polémica debido, principalmente, a sus declaraciones -muchas veces contradictorias- que evidencian su liderazgo dentro del ala más liberal de la Iglesia belga. Una postura quizá «extremadamente tolerante» frente a la Doctrina de la Iglesia Católica, amparada por declaraciones y propuestas desacertadas.

En septiembre de 2010, apenas dos meses después de su nombramiento como arzobispo, De Kesel cuestionó el celibato clerical e instó a la Iglesia a «preguntarse la cuestión de si es adecuado mantener el carácter obligatorio del celibato».

«Podríamos decir que hay sacerdotes célibes, pero las personas para quienes el celibato es humanamente imposible deben también tener la oportunidad de ser sacerdotes», concluyó el futuro cardenal. Dos años más tarde, De Kesel defendía que esta debería ser «una decisión que la Iglesia tendría que tomar en conjunto».

Asimismo, el arzobispo de Bruselas se  proclamó  defensor de la ordenación de mujeres sacerdotes dentro de la Iglesia católica, y en 2012 aseguró que la Iglesia «no tiene capacidad para concederles el ministerio sacerdotal’.

A pesar de sus controvertidas afirmaciones que le sitúan dentro del sector más progresista y liberal de la iglesia belga, el arzobispo señaló en 2013  que «modernizar la Iglesia no hará que la gente vuelva a ella» y añadió que «tampoco solucionará nuestros problemas el que haya mayor número de sacerdotes. La cuestión es mucho más profunda. Hacer que los laicos ocupen tantos puestos eclesiásticos como sea posible, o permitir que los curas se casen, significa permanecer ciego ante los problemas auténticos de la Iglesia»

«La Iglesia no debe ser una dictadura, pero tampoco debe degenerar en una institución indiferente que reniega de sus propios valores y de sus opiniones», concluyó.

En octubre de 2014, reasignó a un sacerdote que había sido condenado por abusar de un adolescente, asegurando que el religioso «merecía una segunda oportunidad». Sin embargo, la indignación del pueblo y de los medios belgas provocaron que el propio obispo se retractara y cancelara el nombramiento.

De Kesel presentó su renuncia el pasado mes de junio al cumplir 75 años por lo que está a la espera de que su renuncia sea aceptada por Francisco. Lo que es seguro, que todavía le quedan 5 años para poder ser elegido como Papa en un futuro cónclave.

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