El obispo de Mindong, Vicente Guo Xijin, fue secuestrado por la policía la pasada noche. Mons. Guo Xijin es uno de los obispos chinos a los que el Vaticano pidió hacerse a un lado para dejar la diócesis en manos de un obispo ilegítimo reconocido por el Gobierno.
La pasada noche, la policía china secuestró al obispo de Mindong, Vicente Guo Xijin. Según informa Asia News, el pasado lunes, a las 15 horas, Guo fue convocado por la Oficina de Asuntos Religiosos, donde discutió con funcionarios durante al menos dos horas. A las 19 horas, regresó a la sede del episcopado y preparó su equipaje. A las 22 horas se lo llevaron junto al canciller de la diócesis, el padre Xu.
Se desconoce cuál fue el motivo de la discusión que mantuvo el prelado con los funcionarios de la Oficina de Asuntos Religiosos. Algunos fieles señalan que el obispo habría sido detenido tras negarse a concelebrar con el obispo ilegítimo Vicente Zhan Silu durante estas fiestas de Pascua. La información de Asia News indica que Zhan Silu es uno de los siete obispos ilegítimos y excomulgados que esperan la reconciliación con el Papa. Sin embargo, hasta el momento, ésta no se ha producido o, por lo menos, no se ha hecho pública.
Mons. Guo, de 59 años, ya fue detenido el año pasado, justo antes de las fiestas pascuales.
El obispo de Mindong es uno de los dos prelados de la Iglesia fiel a Roma a los que se les pidió hacerse a un lado para ceder su puesto a obispos de la cismática Iglesia Patriótica, en aras del avance de las negociaciones entre la Santa Sede y el Gobierno chino.
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Según informa Asia News, en los últimos meses, Mons. Guo recibió la visita de Mons. Claudio Maria Celli, diplomático vaticano, que le habría propuesto dejar la sede de la diócesis a Zhan Silu, excomulgado pero reconocido por el Gobierno chino, y pasar a ser su obispo auxiliar.
La detención de Mons. Guo se produce en un momento en el que las negociaciones entre la Santa Sede y China están muy avanzadas, y se habla ya de ‘inminente’ acuerdo. Según ha podido saber InfoVaticana, la Secretaría de Estado tiene órdenes del Papa Francisco de intentar llegar a un acuerdo “cuanto antes”, evitando, eso sí, “un nuevo caso Midszenty”, como señalaba en su audiencia con el Cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong.
Sin embargo, mientras el Vaticano se afana por firmar un acuerdo, Pekín ha aumentado su control sobre las actividades religiosas. Precisamente así lo denunciaba el cardenal Zen en una carta el pasado mes de febrero. «Desde el 1 de febrero han entrado en vigor las nuevas regulaciones gubernamentales sobre la actividad religiosa. ¡Los sacerdotes clandestinos de Shanghái han pedido a los fieles que no vayan más a sus Misas, porque de otro modo el que se obstine en hacerlo será arrestado! Pero no tengan miedo, porque el Señor sana los corazones abatidos», afirmaba.