Gugerotti y Pizzaballa: la alternativa italiana ‘moderada’ a Parolin y Zuppi de la que poco se sabe

Pierbatista Pizzaballa y Claudio Gugerotti

Tras varias décadas de sequía, en Italia vuelven a tener ganas de tener un Papa de la casa.

El medio italiano Il Fatto Quotidiano difundía esta semana una lista con 15 candidatos papables que presuntamente circula en diversos círculos eclesiásticos. En ese listado destaca la presencia de cuatro italianos: Pietro Parolin (secretario de Estado del Vaticano) y Mateo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, son los candidatos de la curia romana que no quiere perder sus privilegios y apuesta por una línea continuista.

Aún así, no podemos olvidar que Parolin es muy diplomático y pragmático. Un perfil que buscará contentar a unos y a otros. El cardenal Zuppi sigue una línea similar aunque tiene un acento más marcado con la prioridad por los pobres y los marginados por su vinculación a la Comunidad San Egidio. Del cardenal Zuppi se ha dicho que es un magistral acróbata. Igual un día te hace declaraciones muy amigables con la comunidad LGTB que al día siguiente participa en la peregrinación tradicionalista de curas que todos los otoños se organiza en Roma.

En Italia saben que este pontificado ha supuesto una ruptura en muchos asuntos y que otro Papa que siga en esta línea podría provocar el colapso a nivel interno. Por ello en Italia también manejan otros dos nombres que podrían presentarse como alternativas más moderadas a Zuppi y Parolin: son los cardenales Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, y Pierbatista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, pero ¿qué se sabe de ellos?

El pasado mes de diciembre Edward Pentin y Diane Montagna sacaron a la luz un proyecto que pretende servir a los cardenales de ayuda para que se conozcan entre ellos. Se trata de una página web con todos los miembros del Colegio Cardenalicio y que ofrece abundante información y densos perfiles sobre muchos cardenales considerados papables.

El misterioso Claudio Gugerotti

Esta web señala a Gugerotti como uno de los cardenales más misteriosos y de los que menos cosas se saben sobre su forma de pensar en temas de actualidad eclesial. «Claudio Gugerotti se ha mostrado reticente a intervenir en debates polémicos, por lo que se desconocen sus opiniones sobre cuestiones de actualidad como el celibato sacerdotal, la ordenación de diáconos o las bendiciones entre personas del mismo sexo», destaca la citada web.

Natural de Verona, a sus 69 años tiene una amplia experiencia en trabajos dentro de la curia vaticana. En 1985, apenas tres años después de su ordenación, Gugerotti comenzó a trabajar en la Congregación para las Iglesias Orientales. En 2002 fue nombrado arzobispo y no fue hasta el año 2023 cuando el Papa Francisco le creó cardenal. Un año antes, le había nombrado prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales tras haber servido los años previos como nuncio en Gran Bretaña y Ucrania.

Aunque no se tiene casi ninguna opinión pública personal sobre cuestiones controvertidas, la web del Colegio Cardenalicio de Pentin y Montagne señalan que el cardenal Gugerotti es discípulo del difunto cardenal Achille Silvestrini, figura controvertida y miembro destacado de la mafia de San Gallen. Esta web también le relaciona estrechamente con el cardenal Parolin.

«Ha tendido a evitar el centro de atención, absteniéndose de hacer comentarios públicos sobre controversias y permaneciendo así como un caballo oscuro», se dice sobre él.

El Patriarca de Jerusalén que se ofreció a Hamás por los rehenes

Del que sí que se tienen más datos e información es del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalen y creado cardenal en el mismo consistorio que su compatriota Gugerotti. Vinculado a la Orden Franciscana, la figura del cardenal Pizzaballa se ha visto fortalecida en estos meses que ha durado el enfrentamiento entre Hamás e Israel. Desde el minuto uno demostró su implicación con la comunidad cristiana palestina y no cesó en hacer llamamientos por la paz. Al poco de estallar la guerra, convocó una jornada de oración y ayuno por la paz, justo después de haber declarado su disposición a ofrecerse como rehén a cambio de la liberación de los niños que habían caído en manos de terroristas de Hamás.

El cardenal Pizzaballa tampoco es muy propenso a meterse en charcos sobre problemas teológicos o cuestiones controvertidas. El cardenal patriarca es consciente de los problemas actuales de la Iglesia y reconoce este período histórico como uno de «gran desorientación y confusión», pero no quiere retroceder a una época pasada.

La web del Colegio Cardenalicio destaca de Pizzaballa que es un hombre de consensos y que aunque mantiene similitudes con el Papa Francisco, hay otras cuestiones en las que parece desmarcarse. Desprecia el clericalismo y se preocupa por los migrantes, el diálogo interreligioso y, en cierta medida, por el medio ambiente. Al igual que Francisco, desea que la Iglesia esté abierta a todos, pero cree que «esto no significa que sea de todos».

En relación a la cuestión del diaconado femenino, Pizzaballa ha afirmado que la «referencia constante y clara» de la postura de la Iglesia sobre un sacerdocio exclusivamente masculino es la «fe, la historia y la Tradición». En cambio, no quiso pronunciarse sobre Fiducia supplicans y no se sabe su postura sobre la bendición a parejas del mismo sexo.

Sobre la Misa tradicional, un colaborador suyo declaró que «el cardenal es muy meticuloso en la celebración litúrgica y no tiene ningún problema con la misa tradicional», ha declarado , añadiendo que «sigue cuidadosamente las instrucciones de la Santa Sede».

En contra del cardenal Pizzaballa juega también su excesiva juventud, 59 años, por lo que podría haber cardenales que no estén dispuestos a tener un Papa que pueda gobernar la Iglesia durante los próximos 25 años.