La exabadesa de Belorado, ahora Laura García de Viedma, pide donativos en una cuenta abierta a su nombre

Bueno. Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Me temo que esta señora, en gestión económica, cero. Ha sido engañada por dos pícaros de libro. Pero no ha escarmentado y ahora quiere arrumbar todo un ordenamiento legal donde le van a dar sopas con honda. Admiro la paciencia del Arzobispo de Burgos. Lo va haciendo bien. El caso debe servir para que la Iglesia caiga en la cuenta de los problemas que se puede encontrar en el rico patrimonio inmobiliario de unas ordenes religiosas en riesgo de extinción. También para cuidar más los conventos de clasura. Y ha servido para mostrar el nivel intelectual y humano de los indígenas negacionistas, sedevacantistas y nostálgicos del Sacro Imperio Romano Germánico.