Desaparecen. Y en muy breve tiempo.
Lo que hoy publica Oriol Trillas en Germinans es un anticipo de una muerte irremediable.
«Los Teatinos de Calle Diputación solo son dos y uno de ellos imposibilitado. Los Redentoristas de Calle Balmes son tres y el más joven tiene 84 años, aunque suerte tienen de acoger a dos padres ucranianos que reúnen a los fieles de ese martirizado país. Los Paúles de Calle Provenza son tres, uno casi nonagenario y un padre hondureño que tiene que compatibilizar la parroquia con la asistencia al Hospital Clínico. Los Misioneros del Sagrado Corazón de la Calle Rosellón han quedado en cuadro con tres padres disponibles y han tenido que pasar la titularidad del Colegio San Miguel a los Escolapios. Las Concepcionistas de Rambla Cataluña tuvieron que traspasar su colegio a la educación pública. Todo eso en solo un radio de cuatro manzanas del Ensanche».
Y eso, cierto que muy localizado, es extrapolable a toda la diócesis. No es que se mueran, se han muerto ya.
El desaparecer de la vida religiosa, masculina y femenina, es una noticia verdaderamente angustiosa en la vida de la Iglesia. Y lo peor, lo más impresentable, es que ellos y ellas, se lo han buscado a conciencia con un empeño digno de mejor causa. Porque esa muerte fue un suicidio, Se embarcaron en algo que conducía inexorablemente a la extinción sin que hicieran nada por corregir tan desastrosa aventura. Es posible que al inicio de las misma algunos, incluso muchos, no vieran el trágico final de la misma pero hace ya mucho tiempo que la desaparición estaba cantada. Y seguían mintiéndonos y mintiéndose una primavera inexistente.
Trillas, que tan bien conoce la realidad eclesial catalana y es el mejor exponente de la misma, nos deja en su último artículo constancia irrebatible de esa situación.
https://germinansgerminabit.blogspot.com/2024/07/otra-iglesia-que-ha-cerrado-la-de-las.html
Detecto cierto regodeo y un desagradable tonillo de «os lo dije» en relación con esta cuestión. No obstante, es indiscutible que la vida religiosa en Europa (no así fuera de Europa, ojo, véase p.e. el contraste entre los dominicos españoles-al borde de la desaparición- y los norteamericanos -que están floreciendo de nuevo-) está en una cuesta abajo casi vertical.
Siiiii,exacto ,esos imponentes edificios en el corazón de Barcelona,creo yo,que serán expropiados por el poder civil .En cuanto a Omella ,pues eso ,están con los asuntos de moda : ecología ,sostenibilidad,»migración -migrante»,que no se rece en público (en la sacristía de no se sabe qué iglesia), que se haga buen uso de los contenedores … Qué pena : cuantos niños y adolescentes,jóvenes no van a conocer ni lo mas elemental de la Ley de Dios …verdad Omella y sanedritas mitrados amiguitos del «PRINCIPE DE ESTE MUNDO»?
Pues la Iglesia regular, obispos, párrocos y demás, parece que la cosa no va con ellos, cuando que es casi lo mismo.
Y como sigan con lo del sínodo, agenda 2030 y demás, su situación convergerá con la de los religiosos en 10 ó 15 años.
Al margen de otras medidas de fondo, en lo tangible, deben empezar por reducir el número de diócesis, obispos y párrocos en un 10 % para empezar, y vender (operaciones inmobiliarias mediante) un 10% también en muy corto plazo. Pero si siguen haciendo el indio ..
Recuerdo acà la maravillosa catedral gòtica de Barcelona, que deja boquiabierto a quien entra en ella y la contempla… Admiro la Sagrada Familia de Gaudì, pero no debe olvidarse de esta maravilla, en la antigua plaza de la ciudad.
la iglesia en cataluña ya esta muerta. no quedaran ni los escombros, todo habrá desaparecido. game over!
Solamente va a quedar una minúscula presencia. Y a todo esto qué dice el cardenal de Barcelona….
Quedan sus edificios, como quedaron los templos romanos cuando cayó el imperio. y, más adelante, ni eso: solo ruinas arqueológicas de un tiempo fenecido. Mis más efusivas gracias a Stan Laurel y Oliver Hardy, alias el Gordo y el Flaco, los pontífices responsables de esto. Quien quiera entender, que entienda.
Y el arzobispado, frotándose las manos porque ahora podrá añadir inmuebles para seguir con sus pelotazos para construir sus «centros de cultos adecuados para el s. XXI».