En una entrevista con el semanario católico Die Tagespost, el ex prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Müller, criticó una declaración aprobada por unanimidad por los obispos alemanes en febrero donde se declara ‘invotable’ para los católicos el partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD).
«Como Iglesia debemos tener cuidado en no intervenir directamente en la lucha entre los partidos con autoridad doctrinal y moral, por así decirlo”, declaró al Tagespost Müller, en respuesta a la condena unánime del episcopado alemán del partido soberanista AfD. “La Conferencia Episcopal Alemana no debe actuar como agente electoral para los partidos de la coalición de gobierno y debemos oponernos al poder secular y mantener una distancia profética».
El cardenal insinuó que la medida tenía mucho de oportunista y no demasiado de democrática.
La Conferencia Episcopal Alemana rechazó las críticas del cardenal a través de su portavoz, Matthias Kopp, quien recalcó que “los obispos alemanes no son ni oportunistas ni antidemocráticos cuando participan en manifestaciones contra la derecha o la izquierda. Al contrario, asumen su responsabilidad social tal como enviaron una señal clara en su declaración contra el nacionalismo étnico».
Esta señal «encontró una aprobación abrumadora en la sociedad de nuestro país», añadió el portavoz. La conferencia episcopal no se convierte en modo alguno en «un agente electoral del actual gobierno», afirmó Kopp. «Semejante percepción es absurda».
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Los católicos de buena línea votan AfD, pues es el partido más próximo a los valores cristianos. Y precisamente por eso es desaconsejado por la conferencia episcopal alemana, ya que la mayoría de sus obispos se han separado de la sana doctrina.
Menos mal que Alemania todavía tiene buenos obispos como el cardenal Müller.
Por un lado el cardenal Muller dice – con buen criterio a mí parecer – que la Iglesia como tal no debe pronunciarse a favor o contra ningún partido .
«..En el curso de los siglos, bajo distintas formas, ha existido la tentación de asegurar la fe a través del poder, y la fe ha corrido siempre el riesgo de ser sofocada precisamente por el abrazo del poder. La lucha por la libertad de la Iglesia, la lucha para que el reino de Jesús no pueda ser identificado con ninguna estructura política, hay que librarla en todos los siglos. La fusión entre fe y poder político siempre tiene un precio que la fe se pone al servicio del poder y debe doblegarse a sus criterios» ( Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, pg 65).
Benedicto estaba muy contaminado oír la Revolución Francesa-CV2, la pi cha un lío.
El César debe de estar sometido a la Iglesia en cuestiones de fé y moral. La Iglesia no entra en como hacer carreteras, pero si como se trata al obrero.
Benedicto estaba contaninado por el cesaropapismo protestante, que sí es la fusión del la fe y el poder político, contra lo que dijo Jesús de dar a Dios lo que es de Dios, incluido el Cesar.
Es muy sencillo pero Benedicto la lia porque era liberal, de la separación de Iglesia Estado, contra la doctrina católica. El poder debe ponerse al servicio de la fe en lo que le corresponde, cosa que no podía entender Benedicto porque era de la libertad religiosa conciliar
Y segundo:
El nacionalismo étnico no casa con los valores cristianos.
Ser un activista político no es condición propia de un sacerdote aunque haga llamarse » sacerdote católico ‘
«El nacionalismo étnico no casa con los valores cristianos»
Hace mucho que no hay países con una sola etnia en Occidente. Así que, poco nacionalismo étnico puede haber. Sin embargo, el patriotismo y defender la propia nación, no sólo sí casa con los valores cristianos, sino que es un deber que se inscribe dentro del cuarto mandamiento del Decálogo. El internacionalismo es socialista/comunista, no cristiano. Y eso de que los clérigos no deben hablar de política… Porque usted lo diga: los pastores tienen obligación de cuidar a sus ovejas y alejarlas del peligro (no es opcional). Y la Iglesia no sólo puede, sino que debe orientar a sus fieles en lo referente a la moral: si hay opciones políticas inmorales, y otras que no lo son, lo debe indicar, lo cual no impide que los fieles voten luego a quien quieran, pero una ver advertidos, no sólo de las consecuencias en lo referente al bien común, sino a su bien espiritual y salvación de su alma.
Es una facción del estado de partidos, veneno de otro tinte .
¿Y el episcopado alemán qué dice de votar a partidos abortistas, pro-eutanasia o favorables a la ideogía de género? ¿A que esos son perfectamente votables para un católico?
Muy mal por el episcopado alemán.
AfD es un partido liberal y conservador. La maquinaria mediática se apresura a calificarlo ultra, xenófoba, etc. es la táctica habitual del stablishment (políticos y medios de comunicación) que viven a costa de saquearnos a impuestos.
AfD propone cosas muy razonables, tales como son menos impuestos y subsidios y mas libertad económica, cierre a la inmigración, menos Europa y más Alemania, o sea recuperar el poder cedido a Bruselas.
Hoy en día Van der Leyen, representa lo peor de Europa: no es elegida democráticamente, y sigue políticas radicales contra los intereses europeos en beneficio de terceros países como Marruecos, en temas agrícolas; en beneficio de EEUU en temas geopolíticos, a favor de los terroristas de Hamas, etc.
Los obispos alemanes son unos oportunistas, porque poco les ha importado las políticas abortistas, lgtb, proislam, etc. de los sucesivos gobiernos, pero ahora que ven peligrar sus enormes ingresos, ahora se posicionan políticamente.