Monseñor Argüello: de la batalla cultural a la defensa acérrima de la vida

Argüello conquista de América
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Monseñor Luis Argüello es ‘argüellista’ por mucho que los medios traten de encasillarlo bajo etiquetas políticas.

«Conservador» es la etiqueta más repetida durante estos días para decir al público de que pie cojea el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española. Lo cierto es que hay unanimidad dentro del mundillo eclesial en una cuestión: ha sido un acierto la elección de Argüello.

La semana pasada tuve la oportunidad de estar en Roma y todos los eclesiásticos me hablaron bien de él y destacaron su gran capacidad intelectual y dotes de liderazgo. Monseñor Argüello ha sabido ganarse el respeto y el apoyo de los obispos españoles quienes decididamente han apostado por un cambio de rumbo.

Durante su etapa como secretario general de la CEE, fue sonado que su relación con Omella se fue deteriorando con el paso del tiempo. Omella y Argüello representaban dos sensibilidades distintas dentro del episcopado español que no lograban ponerse de acuerdo.

Argüello batalló durante sus años como secretario general de la CEE en defensa de la vida, de la familia, contra la ideología de género y criticó la Agenda 2030, el globalista y las ideologías izquierdistas. Quien mejor que él -quien en sus años mozos coqueteó con el izquierdismo- para dar la batalla cultural. Tal es el viraje de Argüello en cuanto a su pensamiento socio-político, que el año pasado tuve la suerte de tenerle como profesor en ISSEP Madrid.

Pero para conocer mejor a Argüello, hagamos un repaso de sus declaraciones más destacadas durante estos últimos años.

Crítico con la Amnistía

Hubo tres obispos que cargaron con contundencia contra el Gobierno por la Ley de amnistía: Jesús Sanz, José Ignacio Munilla y Luis Argüello. Hace unos meses, monseñor Luis Argüello escribió en sus redes sociales que «la amnistía podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral, si fuera fruto de un acuerdo con mayoría cualificada, si no amparase la violencia contra las personas. Si no es así, amenaza la convivencia a la que dice servir».

Contra la Agenda 2030

El nuevo presidente de la CEE también ha tenido palabras críticas contra el globalismo y la famosa Agenda 2030. En una entrevista con InfoVaticana en 2023. declaró lo siguiente: «Llama la atención que para conseguir fines buenos –disminuir el hambre, cuidar el planeta, extender la salud y la educación– se seleccionen prioritariamente y se difundan culturalmente a través de los grandes medios, controlados por esos grandes poderes, medidas concretas y propuesta de vida que coinciden en una antropología y estilos de vida que hacen juego con el capitalismo sin alma y sin rostro que esos grandes poderes defienden y gestionan. Para la realización de este proyecto de dominación el “progresismo” hace el juego. Lamentablemente muchos de los críticos de las medidas deshumanizadoras de este progresismo cultural aceptan de manera acrítica el sistema económico que favorece lo que tanto critican».

En octubre del 2022, Argüello aseguró que «la actual gran crisis de transformación del trabajo, en la nueva fase de la revolución tecnológica, hace pensar algunos que sobran trabajadores; y la necesaria reducción cuantitativa del consumo para asegurar “la sostenibilidad” del planeta hace afirmar a otros que sobran consumidores. De ahí la insistencia de la Agenda 2030 en controlar y disminuir la natalidad».

Pro inmigración

Hay una cuestión que aún se le resiste a monseñor Argüello. En numerosas ocasiones le hemos escuchado hacer una defensa acérrima de la inmigración. Tal es así, que en la celebración de la Jornada Mundial del Trabajo decente: en 2022 destacó «la importancia de tener en cuenta las condiciones laborales, el respeto a la vida familiar, la seguridad en el trabajo y la situación de tantos trabajadores inmigrantes y sin papeles que deberían ser “regularizados”.

Defensa de la familia

En el Sermón de las Siete Palabras  del año pasado, el arzobispo de Valladolid denunció los intentos de los poderes por «deconstruir la persona, el matrimonio y la familia, la historia de los pueblos e incluso su identidad nacional» quien aseveró que ideologías radicales de género son una referencia «clave» en este proceso de destrucción y construcción, sobre todo sus últimas expresiones «queer» o de «sexo y género fluido o «no normativo».

Contundente defensa de la vida

Especialmente sonado fue el corte en directo de monseñor Argüello a Carlos Herrera en una entrevista a causa de la «polémica» por la medida de VOX en Castilla y León de ofrecer a las mujeres embarazadas que puedan escuchar el latido del feto. El arzobispo de Valladolid lamentó que «desde el año 1988 vivimos una situación en Valladolid donde mueren más personas de las que nacen, estamos preocupados por la despoblación». Es por ello, que monseñor Argüello afirmó que «haya medidas a favor de la vida, evidentemente con el respeto a la conciencia de todo el mundo, o que nazcan más niños en nuestra tierra, en principio parece una buena propuesta y deberíamos alegrarnos«.

El prelado le dijo a Herrera que «no podemos separar las cuestiones de la llamada moral personal de la moral social. Desgraciadamente lo veo, querido Carlos, incluso en vuestra mesa de tertulia. Se habla de los derechos de la mujer como una cuestión consolidada, incluyendo en esos derechos el del aborto. No podemos pensar y aceptar que el aborto sea un derecho», remarcó Argüello.

En otra ocasión, siendo secretario general de la CEE, monseñor Argüello recordó que «no hace falta acudir a la Biblia para saber que en el interior de una mujer embarazada hay una vida nueva». En esta línea, el arzobispo elector de Valladolid aseguró que «la defensa de la vida es una línea roja que conviene no atravesar».

En mayo del 2022 arremetió contra la ley del aborto del gobierno al asegurar que “los avances de la ciencia nos hacen poder afirmar con toda fuerza que en el seno de una mujer embarazada existe una nueva vida que es preciso cuidar, acoger, defender». «la defensa y la promoción de la vida es una de las fuentes de civilización. Es una de las líneas rojas que expresan la salud moral, la esperanza de un pueblo: defender y promover la vida».

Gestión de los abusos

Durante estos días, también existen informaciones que se afanan en hacer hincapié en que Argüello fue un obstáculo para luchar contra la lacra de los abusos.

En sus años como secretario general de los obispos españoles, Argüello hizo un esfuerzo por resaltar la insistencia de los poderes públicos y mediáticos en señalar solo a la Iglesia cuando se trata de un problema social que afecta a toda la sociedad.

«No nos parece muy correcto que se haya puesto solo la mirada en la Iglesia», dijo el entonces portavoz de los obispos españoles en una rueda de prensa. Además, subrayó que «el 80% de los casos son anteriores a 1980». A pesar de ello, el secretario general especificó que «muchos de ellos están prescritos civilmente, muchos de los señalados están muertos y los que mandaban ya no están».

La realidad es que monseñor Argüello (que parece evidente que deberá pedir un obispo auxiliar que le ayude con Valladolid) tiene por delante un papelón. Su triunfo sin oposición en las elecciones a presidente de la Conferencia Episcopal es un llamamiento del resto de obispos a que mantenga esta línea y que no se achante.