Si una cosa está haciendo bien Víctor Manuel Fernández desde que tomó las riendas del Dicasterio para la Doctrina de la Fe es abordar todas las cuestiones y consultas que le llegan.
Y no solo eso. Además de responder a los obispos y cardenales que plantean sus ‘dubias’, es muy interesante que desde el Dicasterio hagan público tanto la pregunta planteada como la respuesta que ofrece el cardenal Víctor Manuel Fernández. Cuestión aparte es si gustan más o menos lo que pueda decir el purpurado argentino.
Hasta ahora, este Dicasterio respondió (aunque no fue suficiente) a las dubia planteadas por cinco cardenales. La respuesta del Dicasterio -lejos de resolver las dudas- las aumentó tal y como reconoció el cardenal Zen, uno de los cinco firmantes. La segunda petición de aclaración sigue sin respuesta.
Desde el mes de septiembre, Doctrina de la Fe se ha pronunciado también sobre el papel de transexuales y homosexuales en bodas y bautizos, la masonería o el trato que debemos dar a las cenizas de los difuntos que han sido incinerados.
El último pronunciamiento de Víctor Manuel Fernández ha sido a un obispo de República Dominicana, Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, uno de los más ‘progres’ del episcopado dominicano.
Este obispo escribió a Roma una carta en la que expresaba su preocupación por el comportamiento de algunas madres solteras que «se abstienen de comulgar por temor al rigorismo del clero y de los dirigentes comunitarios». No sé si este es un comportamiento propio en República Dominicana (que supongo que no), pero creo que los sacerdotes no preguntan a las mujeres que se acercan a comulgar por su situación vital, igual que tampoco preguntan por la orientación sexual ni por ninguna otra cuestión.
De siempre, la Iglesia ha enseñado que para poder comulgar se necesita estar en gracia de Dios, es decir, no estar en pecado mortal. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio lo son, como tantas otras cosas de índole sexual que sacadas de su contexto despoja al alma de su estado de gracia.
Por tanto, resulta llamativo que un obispo necesite consultar a Roma si una mujer que -gracias a Dios- decidió seguir adelante con su embarazo y tener al hijo aunque sea fuera del matrimonio, puede o no comulgar. Pues estimado Ramón Alfredo de la Cruz Baldera: pueden comulgar siempre y cuando se confiesen y vuelvan a estar en gracia, vamos, como se le exige a cualquier católico en cualquier contexto de la vida.
¿De verdad es necesario consultar esto a Roma? Según he visto, este obispo es licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Cuando he leído que es doctor en Teología por la Universidad Friedrich-Wilhelms de Bonn, en Alemania ya he entendido muchas cosas.
El Vaticano anima a las madres solteras a comulgar habiendo pasado previamente por la confesión
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