El cardenal Müller ordena a 6 sacerdotes del Instituto del Buen Pastor en Francia

El pasado sábado 24 de junio, seis nuevos sacerdotes y un nuevo diácono del Instituto del Buen Pastor fueron ordenados para la Iglesia de manos de Su Eminencia el Cardenal Müller.

El purpurado alemán celebró la ordenación de rito Tradicional. Los padres Shawn Murphy (Australia), Vilhelm Torbiörn (Francia/Suecia), Leonardo Carvalho (Brasil), Alexandre Saphy (Francia), Jan Andrzejewsky (Polonia) y Joseph Cuchet (Francia) fueron ordenados sacerdotes por el ex Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Padre Cristhian Nivia (Colombia) fue ordenado diácono.

«Encomendamos a vuestra oración su nuevo ministerio, para que sea fructífero y lleve muchas almas a Dios. Por último, queremos agradecer a todos aquellos que se entregaron en cuerpo y alma para el buen desarrollo de una ceremonia tan bella como memorable», agregan desde el Instituto del Buen Pastor.

¿Qué es el Instituto del Buen Pastor?

El IBP es un instituto sacerdotal (una «Sociedad de Vida Apostólica») de derecho pontificio, es decir, bajo la autoridad directa de la Santa Sede. Fue fundada el 8 de septiembre de 2006 en Roma, y ​​su Casa Madre es la parroquia de Saint-Eloi, en el centro de Burdeos.

Creado a instancias del Papa Benedicto XVI, el IBP reúne hoy a unos 45 sacerdotes, al servicio de una veintena de diócesis, en Francia (Burdeos, Chartres, París, Meaux, Le Mans, Marsella, etc.), en Polonia (Varsovia, Częstochowa, Białystok), Colombia (Bogotá), Brasil (Brasilia, Sao Paulo, Belém, Curitiba), Italia (Roma, Nápoles) y Uganda (Kampala). Sus sacerdotes desarrollan allí su apostolado en el seno de pequeñas comunidades, en el marco de parroquias personales o territoriales.

El carisma específico del Instituto del Buen Pastor, es decir lo que hace su especificidad y su razón de ser, es la defensa y difusión de la Tradición Católica en todas sus formas: doctrinal, apostólica y litúrgica. En particular, los sacerdotes del IBP celebran la Misa exclusivamente en el rito tradicional, es decir, según la llamada liturgia “de San Pío V”. Además, el Instituto fue fundado con la tarea explícita de proponer una crítica constructiva y teológica de ciertas reformas nacidas del Concilio Vaticano II, crítica que pretende ofrecer a toda la Iglesia una nueva mirada sobre su propia identidad.

Este apego a la Tradición es decididamente para los sacerdotes del IBP un ​​modo de servir a la Iglesia, en sumisión al Papa, al servicio de los obispos católicos, y para el bien de todos los fieles: es la expresión de su deseo de ofrecer a toda la Iglesia y al mundo las riquezas y beneficios de la Tradición Católica como un tesoro del que todos deben sacar provecho.