La Comunidad de Lanceros considera que, en futuro, cuando se escriba la historia de la archidiócesis de Madrid pasarán de la época Rouco a la época Cobo. Nadie se acordará de un tal Osoro que llegó a Madrid con ínfulas de hombre del Papa y ha acabado como un juguete roto.
En los últimos días, cuando la medicación deja de producir sus efectos, Osoro no para de repetir hasta la saciedad que todo el mundo le ha sido infiel, le ha traicionado. Se llama el síndrome de Otelo, un comportamiento irracional vinculado con unos celos excesivos hacia quien le tenía que guardar fidelidad, la pareja en el común de los casos -no es el nuestro claro-. Un síndrome que tiene carácter patológico, ya que la persona imagina situaciones irreales y empieza a imaginar a personas conspirando contra ella. En este síndrome el individuo tiene dificultades para controlar sus impulsos y pensamientos obsesivos.
Le ha traicionado el Papa, para el que fue la gran esperanza española desde que Osoro tomara posesión de Madrid aquel infausto 25 de octubre de 2014. Le ha traicionado su obispo auxiliar, José Cobo, el único obispo en quien confió de verdad, el único obispo que puso al frente de las cuestiones peliagudas de la diócesis, el caso “Fundaciones”, la pastoral social, el control de la Curia… Le ha traicionado hasta el punto de que se ha convertido en su sucesor a sus espaldas. Le ha traicionado Javier Belda, el salvador que iba a solventar los problemas jurídicos y canónicos de la diócesis. Desde hace tiempo Osoro le oía una cosa y después veía que hacía otra. Ya estaba Belda en la que los curas de Madrid llaman ahora la “Operación Cobo”.
Le traicionó el primer secretario particular que Osoro nombró al llegar a Madrid y que le duró menos de un año. Le traicionó el primer ecónomo de la diócesis, el amigo Fernando, hoy feliz párroco de una de las parroquias más vitales de la diócesis. Le traicionaron sus hombres para todo: David López Royo, Julio Lage, Rodrigo Pinedo. David López Royo, en quién confió el proyecto de La Ciudad de la Misericordia, ese delirio con el que Osoro iba a pasar a la historia… judicial. Le traicionó su gran amigo Lage, auditor de la Curia, el empresario y economista de prestigio que había trabajado con los grandes bancarios. Le traicionó el genio comunicativo de Pinedo, que ha pasado a la historia por llevarse un Master en el IESE y por salir de él sabrá dónde.
Cambiemos de barrio. Vayámonos a la Conferencia Episcopal. Osoro también ve traidores en la calle Añastro, empezando por el presidente, el cardenal Omella, a quien desde hace meses no dirige la palabra. Le traicionó Giménez Barriocanal, de quien repite que sigue en contacto con Rouco que tiene obsesionado a Osoro y al que los palmeros de Otelo no hacen más que resucitar. Le traicionó Luis Argüello, que estuvo a punto de ser arzobispo de Madrid.
La pregunta que estos días se ha hecho la Comunidad de Lanceros es mucho más sencilla, aunque no tenga una respuesta fácil. La Comunidad está segura que nuestros lectores nos pueden decir qué es lo que ha hecho Osoro en estos casi nueve años como arzobispo de Madrid. Nosotros no somos capaces de hacer una lista con una cierta dignidad. Llegamos como mucho a apuntar que Osoro ha engordado un digital que se dedica a destruir la Iglesia. Ustedes saben a quiénes nos referimos.
Diego Lanzas
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¿Hay estadísticas de los sacerdotes secularizados en la época de Osoro? ¿Son más o menos, proporcionalmente, con respecto a la época de Rouco?
Preguntas que ha hecho Osoro en Madrid, no se, pero que feliz me hizo cuando abandonó Valencia
Yo hago una pregunta a los conocedores dea realidad española. ¿Quienes son la Comunidad de Lanceros? ¿Son una asociación católica? Suena a un elemento del ejercito. Veo que siempre la nombran pero no tengo idea. Sería bueno ilustrarnos a los que pertenecemos a otros rincones de habla hispana y que leemos este medio
Ricardo se me has adelantado, tengo interes de que me expliquen sobre esta comunidad con un nombre tan particular. Gracias.
Se sobreentiende que son sacerdotes, de la diócesis madridista, que por obvias razones (con obispo tan pagado de sí mismo que no acepta otra opinión que la suya, por poner un poner) prefieren el anonimato, pero que puede decirse que son parte de una élite, probablemente, todos con alguna maestría en Roma. Y que cuentan con los contactos suficientes para estar enterados de las movidas, al interior del arzobispado.
No me extrañaría que los que preguntan por identidades, sean parte del séquito famoso. Es evidente que los lanceros, deben ser sacerdotes de la diócesis madridista, que por obvias razones prefieren el anonimato (vistas las reacciones y talante del arzobispo) pero que probablemente sean parte de ese pequueño grupo de elegidos que ha podido estudiar y quemándose las pestañas, obtener una maestría en Roma.
Están bromeando, ¿verdad?
Comunidad de Lanceros… Diego Lanzas… ¿Les dice algo?
“El primer secretario” fue un hombre fiel y maltratado por D. Carlos, que le pusieron las cajas con sus efectos en la puerta de su despacho sin previa conversación. Duró más de un año, al menos dos. Y era evidente que el ritmo desenfrenado y exento de orden de D. Carlos le estaba pasando factura en su salud.
Fernando, hoy párroco, fue otro de los ninguneados por D. Carlos en beneficio de Lage, “el bicho”. La situación estalló antes de las Fundaciones por culpa del anillo telefónico y la sublevación de algunos párrocos a pasar por el aro.
Estos dos casos demuestran quién es el verdadero traidor y el principal filtrador de las noticias.
Me da que Osoro nunca superó la megabofetada de 2017, cuando ya se veía como sucesor de Blázquez en la presidencia de la CEE y se encontró descabalgado hasta de la vicepresidencia.
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Me permito recordar la actuación de Osoro en el tema del Valle de los Caidos que fue desastrosa y de consecuencias históricas porque a partir de ahí ningún español va a dar la cara por la Iglesia para que luego le traicionen como hicieron con Franco. Ahora bien yo me pregunto: ¿Rouco, en este caso concreto, lo hubiera hecho mejor? ¿Qué piensan Vdes?
Rouco sí que se hubiera opuesto a la profanación de la tumba de D.Francisco Franco y hubiera defendido la basílica del Valle de los Caídos. Por eso, el tal Bergoglio le dio la patada lo más pronto que pudo.
No pertenezco a la Archidiócesis pero he leído mucho de lo publicado sobre este mandato osoresco. Me atrevo a intervenir simplemente por aportar una opinión personal, quizás poco documentada pero al fin y al cabo libre y propia de un católico español. Y lo hago al hilo de la intervención de «Gastón»: para mí es suficiente la actitud pilatesca de monseñor Osoro en el asunto del Valle de los Caídos y la profanación de la tumba del Jefe del Estado F. F. B para, en mi opinión, repito, descalificar dicho mandato osoresco. Es un prelado que a mí nunca me ha ofrecido confianza, con ese rollete de buenísmo progre-ecologeta que destila, mal gestor según las fuentes más fiables y un completo traidor al estilo marianesco al ponerse de perfil y no defender a una familia católica cuyo ascendiente iba a ser sacado de una tumba profanada,. Osoro y su jefe Omella, el bienqueda, callaron como sepulcros blanqueados que son. Al igual que una inmensa mayoría de la C. E. E. Para mí, con eso es suficiente.
Si este medio está hecho para informar sobre temas de la Iglesia Católica, lo hace terriblemente. Un periodista o la persona que escribe, no debe informar de manera sátira y menos desdibujando la opinión que pueden dar algunas personas relacionadas, o sus propias opiniones sobre el tema. Tenga un blog privado, opine y entreviste.
¿Le suena «artículo de opinión»? Además de noticias, los medios de información, tanto físicos como digitales, también cuentan con ellos, como es el caso. Y como hay medios para todos los gustos, es el lector el que puede elegir cuál le gusta y cuál no, y cuál visitar o cual no.
Que se puede esperar de alguien que falsea el currículum?. Es lo que tiene no estudiar, que luego se rodea uno de caraduras, trepas, jetas e inmorales, y le hacen creer que va a hacer un imperio, la ciudad de la misericordia sacando la pasta de las fundaciones, corrompiendo la finalidad para la que fueron realizadas, como si esos activos fuesen una propiedad personal del obispo y el no debiera de ser un mero gestor honrado y aplicado.
Lo ideal es que la justicia fuese rapida y eficaz en el tema fundaciones y por las cantidades y la responsabilidad mi impresión es que Osoro debería ser condenado, lo cual sería una magnifica noticia para la Iglesia porque serviría de aviso a obispos todavía mas mediocres que Osoro, de que no pueden hacer lo que les da la gana en sus diocesis, como si fuesen una propiedad personal suya.
Lo curioso de esto es que se supone que COBO el nuevo obispo tambien estaba en el ajo, lo cual constituye una inmoralidad. Tal vez por eso le haya nombrado Bergoglio.
No es que hayan traicionado a Osolo, sino que ha sido el “tonto útil” del que se han aprovechado.
Es lógico, pones es esa posición a un general que no sabe y se lo comen.
Pasa a la historia como el peor general de Madrid. Perdió mucho terreno ganado a sangre por la Fe. Perdió hombres en batallas de desgaste. Perdió oportunidades magníficas por desoír a los suyos. Perdió la moral de los oficiales. Creó un mundo artificial en su entrono de gran batallador sin llegarle a la suela de Rouco. Etc.
Pues que quieren que les diga, si monseñor Osoro está tal y como le describe el artículo, lo suyo es pedir por él. Y tener misericordia con su persona y situación. Se ha jubilado, y cuando uno se jubila hay que darle la alegría del agradecimiento y los buenos deseos. Todos llegamos a eso. Y hay que darle agradecimiento y buenos deseos para el futuro, insisto, porque de lo demás , que ya es pasado, el juicio es al menos dudoso, y puestos en su lugar tal vez no lo hicieran mejor muchos de los que corrigen.
En paz y agradecimiento se vaya por los servicios prestado, en paz se quede en su corazón y sí, tal vez en mucha paz quedemos, pero la generosidad con el «vencido» es signo de gallardía… y cristiano. Recemos por él para que el Señor le conceda una vida sosegada y de acercamiento a El en los años que le quiera conceder en esta vida.