El sacerdote murciano, Javier Belda, fue el hombre que envió el Papa Francisco para mediar en el conflicto entre el arzobispo argentino de Salta, Mario Antonio Cargnello, y las Monjas Carmelitas Descalzas de Salta encargadas del monasterio de San Bernardo.
Javier Belda fue el abogado de Gustavo Zanchetta, obispo argentino condenado a cuatro años de cárcel por abusos. Tras la sentencia, el sacerdote español permaneció unas semanas más en Argentina y alegaba estar en otra misión encomendada por Roma.
Belda también fue el hombre designado por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, para investigar las Fundaciones de la archidiócesis de Madrid y esclarecer lo ocurrido, en un caso que sigue abierto y podría sentar en el banquillo al propio cardenal.
Comunicado de la Santa Sede
«En los últimos días se ha hecho público el acuerdo firmado entre la Priora del Monasterio de las Hermanas Carmelitas Descalzas de San Bernardo en Salta (Argentina), Rvda. Madre María Fátima del Espíritu Santo, y el Arzobispo de dicha Arquidiócesis, S.E.R. Mons. Mario Antonio Cargnello», reza el escrito.
El comunicado incide en que «tal acuerdo es fruto del espíritu de conciliación que las partes han demostrado al responder al llamado que el Santo Padre Francisco realizó a través del Dr. D. Javier Belda Iniesta, a quien nombró su Delegado para ayudar a restablecer el diálogo fraterno entre ambas instituciones, siempre en el respeto de la autonomía del mundo secular y de las competencias que les son propias al Obispo, al Dicasterio competente y a la Priora de la Comunidad».
Además, en dicho acuerdo, se pacta que «los firmantes designan y aceptan al Delegado como Garante de las decisiones adoptadas, figura que ratifica la Santa Sede, encomendándole la supervisión de la implementación, desarrollo y cumplimiento de lo acordado».
En último lugar, ya que los compromisos adquiridos «contemplan las recomendaciones que el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica había hecho al Monasterio, se suspende la decisión de nombrar Asistente Apostólico hasta el próximo 1 de abril de 2023, fecha en la que el Garante informará sobre el cumplimiento efectivo de los acuerdos firmados».
De este modo, el controvertido Javier Belda parece convertirse en una especie de «fontanero» de Roma que acude allí donde el Papa se lo pide para tratar de solucionar temas controvertidos.
Sorprende que Francisco confié este tipo de misiones a un sacerdote que arrastra muchos interrogantes a sus espaldas en su etapa en Murcia y Zaragoza, que falsificó su currículum, fue despedido de la Universidad Católica de Murcia y gestionase una empresa, siendo sacerdote lo cual es incompatible, y facturase 800.000 euros a Fusara, una de las Fundaciones de la archidiócesis de Madrid que investiga.
El arzobispo argentino de Salta, denunciado por “violencia clerical”
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Este tío pasa todos los límites
No entiendo cómo no lo envían al asilo
O mejor a la carcel
Belda y Bergoglio: ¡vaya dúo!
Dios los cria y ellos se juntan. Es curioso que la mayoría de los amigos o mariachis de Bergoglio son gente de mal vivir, por distintas causas, o ladrones, o pederastras, o asesinos, o falsarios o corruptos morales o personales o…..
¿A qué tantas «o»?
Estadísticamente había que usar más «y»………..
Lo que he resulta extraño es que todavía no haya sido creado cardenal……
Error mio.