Roma media en el conflicto entre el obispo de Salta y las carmelitas

Mario Antonio Cargnello, arzobispo Salta Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta
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La Congregación para la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano mediará en un conflicto entre el arzobispo argentino de Salta, Mario Antonio Cargnello, y las Monjas Carmelitas Descalzas de Salta encargadas del monasterio de San Bernardo, informa ACI Prensa.

La citada Congregación ha transmitido una serie de indicaciones sobre el manejo administrativo del monasterio, la obediencia de la congregación carmelita al arzobispo local y qué se debe hacer respecto a una presunta advocación mariana –conocida popularmente como la “Virgen del Cerro”– que las religiosas estarían promoviendo sin el aval de su pastor.

El comunicado precisa que “el Dicasterio romano ha decidido nombrar un Asistente Apostólico para el monasterio” luego de que, el 26 de abril, la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires anunciara la “finalización de la visita apostólica realizada por Mons. Martín De Elizalde, Obispo emérito de Santo Domingo, y la Rvda. Hna. Isabel Guiroy, al convento ‘San Bernardo’”.

El nombramiento del asistente se dará mediante “un decreto inmediato” en el que se indicará las competencias y la persona nombrada. La visita al monasterio de San Bernardo, realizada el 30 de marzo de 2022, “fue efectuada de manera adecuada, correcta y con competencia, y los visitadores cumplieron exhaustivamente con el encargo a ellos otorgado”, asegura el texto.

El Dicasterio determinó que la comunidad de las Hermanas Carmelitas de Salta “no debe en ningún modo involucrarse en actividades ligadas a la así conocida ‘Obra yo soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús y yo soy el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús’ y sostener esta actividad”. La mencionada “obra” se refiere a unas supuestas apariciones de la Virgen María y Jesucristo a la feligresa salteña María Livia Galliano de Obeid desde el año 1990 y que continuaría hasta hoy.

El Dicasterio clarificó que “le espera al obispo del lugar, o a través de él a la competente Congregación de la Sede Apostólica discernir su veracidad y autorizar las prácticas de culto en este contexto”.

“La comunidad de las Hermanas de Salta está obligada a la estricta observancia de las normas de ley en este aspecto, incluida la estricta observancia de la clausura monástica”, continuó el texto. También recordó que el “permitir a los fieles laicos residir en modo permanente en el terreno del monasterio, participar de forma habitual a la vida de la comunidad monástica, y permitir a los peregrinos de acceder al terreno del monasterio, constituye una clara implicación” de la comunidad carmelita en los asuntos de la supuesta aparición.

Las acciones de las religiosas, precisa el Dicasterio, van “contra la voluntad del obispo y de los sacerdotes de la diócesis, que lleva a una división de la comunidad de la Iglesia local y a conflictos a los cuales se refiere la documentación”.

“El monasterio, permitiendo a la ‘vidente’, la Sra. María Livia Galiano de Obeid, vivir en los locales propios y asignando algunos espacios para los peregrinos cercanos a este contexto, está claramente involucrado completamente en esta obra, contra la voluntad de la Iglesia local”, subrayó el Vaticano.

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Comentarios
7 comentarios en “Roma media en el conflicto entre el obispo de Salta y las carmelitas
  1. Pues sinceramente, en esta ocasión estoy de acuerdo con el obispo de turno. No porque con la actitud de las monjas se rompa la tontería esa de la «iglesia local» (que ni ellos mismos saben de que van esos términos que se inventan), sino porque involucrarse en unas supuestas apariciones que NO han sido aprovadas, me parece, como poco, imprudente.
    Un claro ejemplo de supuestas apariciones es como unas que tenemos en España… que a este ritmo va a sacar más tomos que el Quijote…

  2. Es como mínimo curioso que históricamente la iglesia jerárquica se haya puesto sistemáticamente en contra de cualquier obra o persona buena y santa que creciera en su seno. Ejemplos sobran, desde San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, San Pío de Pietralcina, el Cardenal Sarah, o nuestro Leonardo Castellani.
    En un momento en que pareciera que a nadie le interesara lo sobrenatural, surge una obra maravillosa (hay que ver las conversiones y milagros que allí se dan), una concurrencia de más de un millón de personas al año (no las junta el papa ni en sueños), un obispito con vocación de tirano de bolsillo dice que no y es no.
    Curioso. En la época en que todo enemigo consuetudinario de la fe tiene un lugar en la Iglesia para desparramar su veneno.
    Todo el problema en el fondo es quién maneja el dinero de las donaciones privadas que recibe la fundación. En los hechos,la jerarquía viene a funcionar como una entidad estatal que a toda costa quiere apropiarse de los dineros privados.

  3. Antes estaba a favor de Maria Livia y de hecho he subido muchas veces al cerro de las supuestas Apariciones. Pero luego me he enterado en primera persona que la «vidente» manipula a los servidores y con actitudes que no son de Dios en absoluto. Hay casos muy contundentes que conozco. Lamentable y muy desencantado. Al Obispo lo hacen quedar mal

  4. Muchas apariciones son discutibles, y es difícil formarse una opinión.
    Pero cabe preguntarse, por qué no se procedió antes.
    Ese obispo tampoco se tomó el trabajo de averiguar si todo es una impostura o no.
    Y si no lo hizo nunca quiere decir que no cree en las apariciones de la Virgen.

  5. Con todo respeto, el documento de la Congregación contiene primero el tema económico, de manual, «La Priora tiene el deber de presentar, un informe anual sobre la administración de los bienes y sobre la economía del monasterio (cf. Cor Orans, n. 81 c). La administración de los bienes temporales del Monasterio debe ser transparente y presentada a la comunidad en todos sus aspectos, porque los bienes temporales son bienes de toda la comunidad y la Priora y la ecónoma son solo sus administradoras en nombre de la comunidad. Para la transparencia de la economía y la administración de los bienes, el Monasterio debería nombrar, preservando la propia ley, una ecónoma, de modo que el priorato y el economato no estén concentrados en una sola persona».
    En algún momento a la competente Congregación de la Sede Apostólica deberá discernir su veracidad y autorizar las prácticas de culto en este contexto, si las apariciones son verdadera, pero las cuentas arregladas.

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