Bromelia

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Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 29

Es una costumbre muy antigua en las casas de Jaén disponer de macetas con plantas. Siempre se buscaban las especies más olorosas y capaces de aguantar el duro verano y el extremo invierno. Los jazmineros para elaborar las moñas, que las mozas lucían en el frondoso pelo, los geranios, con propiedades para ayudar a la evacuación de los bebés, las parras sombrereras para guarecerse del terrible sol, y probar algunas uvas otoñales.

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Ahora, apunta nuestro diario, una maceta limpiadora de gérmenes nocivos para la salud existentes en el aire de los hogares: la bromelia. Según la noticia tiene propiedades saludables ya que “la inhalación de grandes cantidades de compuestos orgánicos volátiles puede llevar a algunas personas a desarrollar el ‘síndrome del edificio enfermo’.” Y “la planta de bromelia resultó muy buena en la eliminación de seis de los ocho compuestos orgánicos volátiles estudiados.”

El mundo floral está en los templos católicos desde los encierros para el culto en el interior de las catacumbas romanas ante las persecuciones decretadas por los emperadores sucesivos. La ornamentación de altares con el Sagrario, acompañado de imágenes queridas por el pueblo cristiano es algo muy habitual. Los viejos sacristanes de las parroquias de pueblos eran, entre otros oficios, jardineros consumados.

Hubo un tiempo que llegaron las flores de plástico o de tela, supliendo a las macetas naturales. Se encontró, entonces, el problema de cómo limpiar aquellos floreros de mentirijillas. La renovación litúrgica del Concilio Vaticano II envió la ornamentación floral al cuarto de las escobas de las sacristías.

Desde Roma, durante el pontificado de San Juan Pablo II, comenzaron los centros florales variados y vivos, con los tallos metidos en el corcho relleno de agua, siendo inmediatamente copiados por todos los obispos y curas del mundo. En los meses duros del verano de Jaén, el olor a flores muertas trepaba al más pintado poseedor de un buen olfato perruno.

Ahora, nos recomiendan para hogares y templos la bromelia como la solución a la salvación de los aires viciados y poco ventilados, donde los inventos de los aires acondicionados no son una solución natural. Dados los poderes casi milagrosos contabilizados por una universidad norteamericana, pronto veremos en los domicilios creces plantas de bromelia, ya que existe gran miedo a padecer insuficiencias respiratorias, o a pillarse cualquier enfermedad rara de esas que circulan por los pies de página de los mejores tratados de medicina preventiva.

En los templos habrá que colocar bromelias por todos los rincones, ya que los fieles cristianos las preferirán, antes que acudir al confesionario a limpiar sus almas de pecados personales, que es la peor contaminación que todos los hijos de Dios sufrimos a lo largo de nuestras vidas. Gracias a Dios que nunca limitó las veces de confesar a lo largo de nuestras vidas.

La ornamentación floral tendrá que colocar bromelias, porque los padres de los niños de primera Comunión querrán que sus hijos vayan limpios de pecados en sus almas, vestidos de blanco, y sin peligro de contaminar sus cuerpos por los agentes nocivos estudiados en el laboratorio. No serán los novios quienes pidan las bromelias en el altar eclesial, ya que el número de bodas ha bajado muchísimo, y los juzgados o concejos son más sobrios en los adornos florales.

Tomás de la Torre Lendínez

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