Edoardo Menicelli es un Cardenal y Arzobispo de Ancona-Osimo (Italia). Durante más de 20 años ha trabajado como Oficial en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

Monseñor Edoardo Menichelli nació en Serripola de San Severino Marche, en la provincia de Macerata (Italia), un 14 de octubre de 1939. Cursó sus estudios de primera y secundaria en el Seminario de San Severino Marche. Su padre murió cuando él tenía once años, y no mucho después también perdió a su madre, quedándose huérfano y con dos hermanas pequeñas a muy pronta edad.
La formación de Edoardo Menicelli
Más tarde se matricularía en Filosofía y Teología en el Pontificio Seminario Regional Pío XI de Fano. Fue ya en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma donde obtuvo la licenciatura en Teología Pastoral.
Un 3 de julio de 1965 recibió su ordenación en el sacerdocio, un camino que comenzó como vice-párroco de la iglesia de San José, en su ciudad natal, hasta 1968. Simultáneamente también estuvo impartiendo clases de religión en las escuelas públicas de la capital.
Durante más de 20 años trabajó como Oficial en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Fue ya en 1992 cuando le llamaron para trabajar en la Congregación para las Iglesias Orientales como Funcionario de la Secretaría.
Estas últimas labores las compaginaba también con los trabajos de Pastoral Familiar y Pastoral de la Salud, ya que fue capellán en la Clínica Villa Mafalda por más de 20 años. Realizó la consejería en la Facultad de Medicina en el Hospital Gemelli, donde impartía algunos cursos de ética y fue un participante activo en el Sínodo de la Diócesis de Roma.
Nombrado Arzobispo en 1994
Un 10 de junio del año 1994 fue nombrado Arzobispo de Chieti Vasto, y diez años más tarde Arzobispo Metropolitano de Ancona y Osimo. En la Conferencia Episcopal Italiana se ha desempeñado como Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de la Marche y como miembro de la Comisión Episcopal para la Educación Católica, la Escuela y la Universidad.
En la Asociación Médica Católica Italiana ha ocupado el puesto de Capellán Nacional y en octubre de 2014 participó en el III Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la Familia. Precisamente un año más tarde el Papa Francisco anunció su creación como Cardenal, hecho que se produce en el Consistorio público del 14 de febrero de 2015.
Tras el anuncio, Monseñor Edoardo Menicelli comentó que había sido una completa sorpresa. “Escuché chillidos como los de los niños. Eran mis hermanas que, sin llamar, entraron y me dijeron: ‘¡El Papa te ha convertido en cardenal!’ Como no les creía, seguí escribiendo hasta que comenzaron las llamadas telefónicas”, declaró en una entrevista.
Las declaraciones del Cardenal
A lo largo de su vida eclesial ha dado especial importancia a la familia. Resaltando el hecho de que Jesús nació en el seno de una familia. Suyas son las siguientes declaraciones: “Hay demasiado silencio sobre la responsabilidad de la paternidad. Y si los obispos, el Papa o la iglesia hablan de ello, nos etiquetan como dinosaurios”.
En cuanto a los cristianos, opina que éstos “no son mejores que otras personas, pero deben ejercer el don de la profecía”. El cardenal dijo que “los que están en silencio son inútiles, también podrían ser ateos”.
Durante una entrevista con Radio Vaticana manifestó que “la iglesia necesita escuchar más. Vivimos en un mundo que es tan complejo que no podemos encasillar todo con los términos específicos precisos conceptos que hemos estado acostumbrados a usar. Hoy muchas realidades se nos escapan”. Según Monseñor “los trabajadores pastorales están llamados a acompañar a los laicos católicos con inteligencia, amor y una pizca de humildad”.
No se puede evitar otra crisis a menos que todos asuman la responsabilidad de devolver la ética a su propia vida económica”
En una misa con los trabajadores de una fábrica en Ancona, en abril de 2013, explicó que “la crisis económica mundial no se superará y no se puede evitar otra crisis a menos que todos asuman la responsabilidad de devolver la ética a su propia vida económica”.
Menicelli espetó que “lo primero es recuperar la simplicidad”. Y puso de ejemplo su episcopado: “¿Es más válido si llevo un anillo de oro? ¿Vale más si uso una cruz con incrustaciones de gemas? ¿Ya no es un servicio para las personas?”.