El cardenal Luis Antonio Tagle es considerado desde hace varios años como un fuerte candidato al papado. Su carisma, su cercanía con la gente y su perfil pastoral han generado simpatía en distintos sectores de la Iglesia católica.
Sin embargo, su desempeño como presidente de Caritas Internationalis ha dejado serias dudas sobre su capacidad administrativa, una debilidad que podría pesar en un eventual cónclave.
¿Quién es el cardenal Luis Antonio Tagle?
Luis Antonio Gokim Tagle nació el 21 de junio de 1957 en Manila, Filipinas. Se ordenó sacerdote en 1982 y se formó en la prestigiosa Universidad Católica de América en Washington, D.C., donde obtuvo un doctorado en Teología. Posteriormente, se convirtió en obispo de Imus en el año 2001 y, en 2011, el papa Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Manila, una de las arquidiócesis más influyentes de Asia.
Tagle fue creado cardenal en 2012 y rápidamente se ganó el favor de muchos dentro y fuera de la Iglesia debido a su estilo comunicativo y su enfoque progresista en temas sociales. Se ha destacado por su defensa de los pobres y su postura a favor de una Iglesia más abierta y cercana a la gente. En 2019, el papa Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, un cargo de gran relevancia en la estructura vaticana.
El escándalo de Caritas Internationalis
Uno de los momentos más oscuros en la trayectoria del cardenal Tagle fue su papel en Caritas Internationalis, la confederación global de organizaciones caritativas católicas. Tagle fue su presidente desde 2015 hasta 2022, un período en el que la organización vivió dificultades internas graves.
En noviembre de 2022, el papa Francisco destituyó a toda la cúpula directiva de Caritas Internationalis tras una auditoría externa que reveló problemas de gestión, mal clima laboral y graves deficiencias en la administración de la organización. Aunque el informe no acusó a Tagle de corrupción ni mala conducta personal, su rol como máximo responsable de la institución lo dejó bajo una sombra de ineficiencia y falta de liderazgo.
El informe reveló que, bajo la dirección de Tagle y su secretario general, Aloysius John, Caritas Internationalis se vio afectada por un ambiente de trabajo tóxico, con casos de abuso de poder y gestión deficiente. Ante este escándalo, el papa nombró a un administrador temporal, dejando a Tagle en una posición simbólica sin poder real dentro de la organización.
¿Puede Tagle aspirar al papado tras este episodio?
El escándalo de Caritas Internationalis ha dejado en evidencia la falta de habilidades administrativas de Tagle. A pesar de sus dotes como líder carismático con una visión pastoral fuerte, el gobierno de la Iglesia católica no solo requiere espiritualidad y proximidad con los fieles, sino también una capacidad administrativa sólida.
Uno de los mayores desafíos del próximo papa será gestionar la crisis financiera del Vaticano. La Santa Sede enfrenta un grave déficit económico y un sistema de pensiones en desequilibrio. Además, escándalos financieros recientes, como la condena por corrupción al cardenal Giovanni Angelo Becciu, han generado una desconfianza generalizada en la gestión vaticana de los recursos. Tal es así, que hace escasos días el Papa Francisco decidió crear una comisión para buscar fondos y donativos para el Vaticano ya que la situación es crítica porque nadie está dispuesto a apretarse el cinturón.
En este contexto, un candidato al papado debe demostrar una administración eficaz y transparente. La incapacidad de Tagle para evitar la crisis en Caritas Internationalis plantea una pregunta clave: si no pudo gestionar una organización caritativa, ¿cómo podría manejar el complejo entramado financiero del Vaticano?
En tiempos en los que la Iglesia enfrenta grandes retos financieros y estructurales, es crucial que el próximo papa posea no solo un gran espíritu pastoral, sino también la capacidad de gestionar con eficiencia el patrimonio vaticano y que sea capaz de atajar de raíz toda la corrupción que aún queda en muchos organismos vaticanos que permite a muchos monseñores vivir como auténticos burgueses.