Gabriel Antonio Mestre, recientemente cesado como arzobispo de La Plata por el Papa Francisco tras haber estado solo ocho meses en el cargo, no era conocido por sus tesis ortodoxas.
Es por ello que esta dimisión forzosa del prelado argentino no guarde relación con cuestiones doctrinales como suele ocurrir cuando el Papa decide arbitrariamente quitar a algún obispo o cardenal de su cargo.
En su carta de despedida, Gabriel Antonio Mestre reconoció que su renuncia tuvo que ver con «algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad», a pesar de que en ese momento Mestre ya ejercía como arzobispo de La Plata, por lo que se presupone que existió una injerencia externa del arzobispo en la diócesis vecina.
El tándem Albóniga-Mestre
El diario Primera Página señala directamente a una especie de conspiración entre Gabriel Antonio Mestre y el sacerdote Luis Albóniga, su mano derecha en Mar de Plata para que fuera él obispo de la citada diócesis. El padre Luis Albóniga, quien ocupó el cargo de vicario General de la diócesis de Mar del Plata durante el mandato de Mestre, fue posteriormente designado como administrador apostólico tras la partida de este último a La Plata. Sin embargo, su abrupta partida de Mar del Plata fue seguida por una serie de designaciones sucesivas en el arzobispado, incluyendo a monseñor José María Baliña y luego a Gustavo Larrazábal, ninguno de los cuales llegó a asumir plenamente el cargo.
Otro medio, Realpolitik, sostiene esta misma versión y asegura que el sacerdote Albóniga fue enviado a Jujuy por el Papa Francisco, desterrándolo para realizar una investigación canónica exhaustiva durante su interinato tras la salida de Mestre y la llegada de su fallido sucesor. Según revelaron diversas fuentes a REALPOLITIK, Albóniga habría operado en su favor para ser nombrado obispo, con apoyo de Mestre, y en desmedro de Baliña y Larrazábal.
Las renuncias de Baliña y Larrazábal
La fecha que proporciona el cesado obispo de La Plata como motivo de su renuncia coincide con el primer nombramiento fallido que hizo Francisco para nombrar nuevo obispo en Mar de Plata. El 21 de noviembre el Papa hizo público el nombramiento de José María Baliña como nuevo obispo de Mar de Plata, pero el 14 de diciembre, antes de tomar posesión decidió renunciar alegando motivos de salud.
El sustituto de Baliña fue Gustavo Larrazábal, pero tardó también un mes en presentar la renuncia. En su caso, de fondo surgieron acusaciones que se airearon esos días de una mujer contra él. Según el diario Primera Página «en ese momento acusaron al padre Albóniga y al mismo monseñor Mestre, de haber conspirado contra el flamante obispo marplatense. Mestre aseguraba conocer a la denunciante desde sus 17 años y estaba dispuesto a defender su teoría, aún a costa de su nuevo cargo en La Plata. Y así fue».
En definitiva, existe un amplio consenso en la prensa argentina que ratificaría la versión de que la renuncia forzosa de Gabriel Antonio Mestro como sucesor de Tucho Fernández en la archidiócesis de La Plata tuvo que ver con una especie de conspiración eclesial para colocar a su amigo Albóniga como obispo de Mar de Plata. Para ello, presuntamente conspiraron para intervenir en las renuncias anticipadas de Baliña y Larrazábal con el objetivo de dejar vía libre y lograr convencer al Papa de que el candidato idóneo era el exvicario general Luis Albóniga.
La operación se ha saldado finalmente con el destierro de ambos, el padre Albóniga fue largado a Jujuy en enero tras la segunda renuncia del obispo nombrado por Francisco para Mar de Plata y con la renuncia forzosa de Mestre como arzobispo de La Plata.