«Cuando el río suena, agua lleva», dice el refranero español. Así lo hemos podido comprobar esta semana.
Sabemos que InfoVaticana no agrada a todo el mundo, pero no es algo que nos importe demasiado. Nuestra única finalidad es la de servir con fidelidad a la Iglesia. No todos los medios de información religiosa pueden decir lo mismo ya que en la mayoría de ellos se esconde detrás una hoja de ruta ideológica que busca la transformación radical de la Iglesia para adaptarla a sus apetencias, gustos y necesidades.
Esta semana informábamos de la suspensión de la charla de un jesuita en Pamplona en la que iba a soltar una cantidad considerable de herejías y proclamas contrarias al Magisterio y a la doctrina católica. Este medio dio la voz de alarma y lo denunció públicamente. A la semana siguiente les pudimos dar la buena noticia de que el arzobispado había decidido suspender esa charla.
Ayer, uno de esos medios que tiene detrás una hoja de ruta ideológica manifiestamente pro LGTB y que defiende cambiar la enseñanza de la Iglesia en todo lo que tiene que ver con la sexualidad y la homosexualidad y más cuestiones, confirmó el acierto del arzobispado de Pamplona al suspender esa charlar. Uno de los máximos representantes del clero twittero progre, el jesuita Jonathan Marín, lamentaba en su cuenta de twitter que Josep Baquer, el jesuita que iba a impartir la sesión en defensa de la bendición de parejas homosexuales, no pudiera decir esto: “Cuando dos personas gays o lesbianas, por puro amor, y después de muchas dificultades en el ámbito familiar, social y eclesial deciden formalizar su proyecto de amor y formar familia, ¿no pueden expresar públicamente su amor en el seno de la Iglesia y no pueden recibir su bendición?”
Desde siempre se ha enseñado que con el pecado no se dialoga, tal y como ha defendido el Papa Francisco en numerosas ocasiones, y es por ello que con la herejía tampoco se dialoga ni se negocia, se le combate con caridad y verdad.
Habrá quien diga que señalar públicamente esté mal, tal y como insinúa el semanario dependiente de la archidiócesis de Madrid en un editorial publicado esta semana. «Esto, que ya es un comportamiento reprobable —lo vemos a diario entre políticos y periodistas y viceversa—, adquiere dimensiones estratosféricas si procede de cristianos que citan a otras personas en Twitter con el objetivo de manchar credibilidades, y medios de comunicación que, actuando con poca responsabilidad, esparcen chismes sobre la esfera privada de aquellos a quienes pretenden «corregir» públicamente bajo la premisa de estar haciendo un bien mayor. La corrección fraterna, en el caso —y solo en el caso—de que hubiese que hacerla, «a solas entre los dos». Lo dice san Mateo. Puro Evangelio», se lee en el editorial publicado por Alfa&Omega.
Es fácil darnos por aludidos en este párrafo del editorial del semanario de la archidiócesis de Madrid. Quizá le ocurra lo mismo al sacerdote Jesús Silva, quien esta semana ‘denunció’ públicamente a otro sacerdote de su diócesis por predicar también en contra del Magisterio y sembrar confusión a las almas, que no es cosa menor.
El semanario diocesano citaba un pasaje del Evangelio, que le devolvemos también citado pero ampliado, no recortado, no vaya a ser que nos acusen de manipular: «En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano». (Mateo 18, 15ss)».
No nos importa contar con la simpatía de más o menos cardenales, obispos o sacerdotes o de aquellos que pueden regar las publicaciones con dinero a base de publicidad. Mientras exista rectitud de intención detrás de todas y cada una de las publicaciones de este medio -tal y como sucede- seguiremos teniendo la conciencia tranquila de saber que lo único que nos mueve es nuestro profundo amor y servicio leal a la Verdad. Así, con mayúscula.