A última hora de la noche del miércoles, el clero de Almería recibió una carta de su obispo, Antonio Gómez Cantero.
Aunque no ha anunciado que se vaya a tomar cinco días para reflexionar, la carta de Gómez Cantero a los sacerdotes almerienses guarda similitudes con las famosas cartas a la ciudadanía del presidente Pedro Sánchez. Para tratar de excusarse de los casos de corrupción, el dirigente socialista optó por culpar a los medios de comunicación, jueces y a la ultraderecha de todos sus males.
Si bien es cierto que a Gómez Cantero no le acechan casos de corrupción, sí que tiene que hacer frente a la oposición masiva del clero almeriense con la gestión que está haciendo de las finanzas diocesanas. Sin aportar ningún dato, el obispo trata de culpar a todos (al obispo anterior, a los medios y a los curas que no toleran que malvenda los inmuebles diocesanos) de su controvertida gestión.
En la carta dirigida al clero de Almería y a la que ha tenido acceso InfoVaticana, Gómez Cantero asegura que se decide a escribirla «después de una sosegada reflexión y convencido que mereces una explicación de mi puño y letra, clara, sincera y sin filtros».
«No es necesario que te vuelva a decir, que nuestra querida Diócesis de Almería pasa por una situación económica complicada que amenaza con hipotecar su futuro. Las deudas nos atenazan. La tempestad arrecia y necesitamos todos los remeros disponibles para esquivar las grandes olas y mantener la nave a flote», escribe el obispo de Almería.
Contra las medias verdades y los conspiranoicos
Antonio Gómez Cantero, trata de defender que tiene «un plan de navegación claro y contrastado con profesionales del máximo nivel con rumbo a la calma». Según él, «no es hora de medias verdades, rumorología conspiranoica o interpretaciones sesgadas y malintencionadas. Como sabes la verdad no tiene prismas y te aseguro que tu obispo te dice la verdad», aunque desde la diócesis no se haya desmentido nada de lo publicado estos meses en la prensa. También pide a los sacerdotes que huyan «de quién adora la niebla» ya que -a modo de cachondeo- dice que «hay muchos que aún defiende que la tierra es plana«.
Para el obispo de Almería, «tampoco es hora de revisar un pasado que todos conocemos o intuimos con más o menos detalle. Tiempo habrá para revisarlo y aprender de los errores y las imprudencias«. Deja el ‘palo’ para su antecesor y trata de recoger cable afirmando que lo que toca ahora es «remar y no despistarse de la misión de llevar a buen puerto a nuestra Diócesis».
El obispo Gómez Cantero trata de justificar las operaciones realizadas hasta ahora y que ha provocado grandes críticas entre el clero y fieles de Almería. «Se ha negociado con nuestros acreedores, se han estudiado todas las tasaciones de nuestros bienes inmuebles, se ha analizado el mercado para conseguir las mejores condiciones de venta. No estamos improvisando ni mucho menos. Llevamos muchos meses haciendo todo lo humanamente posible con la ayuda de Dios y el temple necesario, esquivando cualquier tipo de profeta de la calamidad», agrega el obispo sin entrar a valorar las ventas efectuadas hasta ahora por debajo del precio de mercado.
Dardo a los curas que se oponen a su gestión
Además, Gómez Cantero va preparando al clero de Almería y les avisa de que «tendremos que tomar alguna decisión dolorosa, muy dolorosa» para poder «salvar la Diócesis y continuar con nuestra misión evangelizadora, asistencial y promotora de todos los valores y virtudes cristianas que Jesús nos mostró con su humilde y sacrificada vida, pues aprendió sufriendo a obedecer».
El obispo de Almería explica en la carta a los curas que le ha resultado «inaudito» tener que «leer misivas ofensivas distribuidas entre toda nuestra comunidad y opiniones sesgadas nada ignorantes y malintencionadas, sembrando la duda sobre la honorabilidad de quienes nos vemos –sin elegirlo, por pura obediencia en la tesitura de enmendar equívocos de persistencia inaudita».
«¡He echado tanto en falta la lealtad y la humildad de Jesús en algunos de aquellos que debemos ser sus principales testigos! En cambio, se han dedicado a sembrar la cizaña durante la noche«, se queja Gómez Cantero.
El obispo termina su carta asegurando que se mantiene «firme y sosegado entre todos vosotros» y que también se siente «muy acompañado, y también querido». «Nunca pongas en duda que somos más los remeros bienintencionados, que los que se empeñan en crear fugas en la quilla», concluye Cantero.
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