Daniel Calderón Oliveros, director de comunicación del Sodalicio de Vida Cristiana ha remitido a la redacción de InfoVaticana una carta en nombre de la Institución para la que trabaja para mostrar su desacuerdo y disconformidad por la noticia que publiqué bajo el título: «El ‘caso Sodalicio’, un antes y un después dentro de la Iglesia».
A continuación, publicamos la carta íntegramente en aras de la transparencia y para dar voz a todas las partes implicadas. De ningún modo se trata de una rectificación por nuestra parte puesto que reiteramos la información publicada bien contrastada por nuestras fuentes.
Estimado Señor Arias,
Me dirijo a usted en mi calidad de Asistente General de Comunicaciones del Sodalicio de Vida Cristiana para expresar nuestro firme rechazo a la información publicada en el artículo titulado «El ‘caso Sodalicio’, un antes y un después dentro de la Iglesia», publicado el 15 de agosto de 2024, el cual es de su autoría.
Observamos con preocupación que no se nos contactó para obtener nuestra perspectiva sobre los asuntos discutidos, lo cual es esencial para una cobertura periodística equilibrada y ética. No hemos recibido ningún tipo de comunicación de parte suya para pedir nuestra versión de los hechos, a pesar de tener contacto directo conmigo.
Rechazamos categóricamente las afirmaciones contenidas en dicho artículo por ser inexactas y difamatorias, basándose en fuentes no reveladas sin aportar medios probatorios. En ejercicio de nuestro derecho a la rectificación, aclaramos lo siguiente:
1. Usted afirma: “fuentes bien informadas explican a este medio que sus sociedades han blanqueado centenares de millones en offshores.” Contrario a lo que sugiere el artículo, sin evidenciar ningún sustento probatorio, ninguna de estas instituciones ha incurrido en delitos como “blanqueo” de dinero, aprovechamiento ilegal del acuerdo Iglesia-Estado (Concordato) en el Perú ni cualquier otro acto ilegal. El Sodalicio de Vida Cristiana, como toda institución eclesial reconocida canónicamente por la Santa Sede, requiere de recursos para cumplir sus fines, asegurar la sostenibilidad de sus comunidades y de las obras que promueve en varios países. Con el fin de responder a esas exigencias, algunos de sus miembros y otras personas cercanas al Sodalicio han desarrollado iniciativas e instituciones, las cuales son jurídicamente autónomas y se rigen por sus estatutos y la normativa legal vigente, así como por los principios de la moral cristiana y la Enseñanza Social de la Iglesia.
2. Frente a lo que Usted cita, como “un ejemplo concreto del presunto fraude”, a “10 cementerios privados que tienen considerados fraudulentamente ‘misión’”, afirmamos lo siguiente: La Asociación Civil San Juan Bautista (asociación relacionada al Sodalicio y propietaria de los cementerios Parque del Recuerdo) tiene entre sus fines la promoción de cementerios y la generación de recursos para apoyar las obras de la Iglesia Católica. En cumplimiento de dichos fines, la Asociación Civil San Juan Bautista ha generado recursos económicos, los que han servido para ayudar al Sodalicio y a otras instituciones católicas y obras de caridad. No ha existido nunca un aprovechamiento fraudulento del Concordato para considerar a los cementerios como “misión”. Dado que son actividades propias de la Iglesia, los cementerios a los que usted hace referencia, administrados en su momento por el Sodalicio, fueron erigidos como Misiones, asumiendo una figura jurídica regida por el derecho canónico (cc. 1240 a 1243) y, como tales, se acogieron a lo estipulado por el Concordato, a semejanza de las iniciativas impulsadas por otras organizaciones católicas en el Perú. Ese procedimiento fue examinado y avalado tanto por canonistas expertos como por los obispos en cuyas jurisdicciones se erigieron las Misiones. Además, estas misiones han sido reconocidas debidamente por la legislación peruana.
3. En el artículo se hace referencia a que este presunto fraude parte de que “el concordato peruano prevé exención para diócesis, parroquias y misiones”. Es falso que el Sodalicio haya buscado fraudulentamente alcanzar esa exención de impuestos al Estado Peruano, puesto que el Concordato no proporciona ningún beneficio distinto al que tiene una asociación sin fines de lucro en el Perú si ésta administra un cementerio. Estas misiones no pagaban Impuesto de Renta (IR), porque las leyes peruanas las equiparan a las asociaciones sin fines de lucro. Tampoco pagaban el Impuesto General a las Ventas (IGV) porque en el Perú las cesiones de sepulturas no están afectas a este.
4. Más adelante, citando a estas fuentes, se indica que “el Sodalicio aprovechaba estos cementerios no sólo para enterrar muertos sino también para blanquear dinero de todas partes”. ¿Estas fuentes le han proporcionado pruebas para sustentar tan difamatoria y grave acusación? Rechazamos cualquier acusación que haga referencia a algún tipo de “blanqueo de dinero” por parte de miembros o instituciones relacionadas al Sodalicio ni con ningún tipo de colusión con “algunos medios de comunicación vinculados al mundo eclesial y políticos corruptos peruanos” como señalan sus cuestionables fuentes. Además, toda la información económica ha sido auditada por décadas y se viene informado minuciosamente a nuestro Delegado Pontificio para los asuntos económicos, el Cardenal Tobin, desde el 2016, y a la Misión Especial Scicluna-Bertomeu cuando lo ha solicitado.
5. Rechazamos enfáticamente la cita ofensiva de que nuestra comunidad actúa «bajo la apariencia de un grupo eclesial conservador, anti teología de la liberación, sólo había abuso y negocios» o que se infiera que sea parte “grandes holdings religiosos – económicos”. El Sodalicio es una institución de la Iglesia Católica, reconocida por la Santa Sede como Sociedad de Vida Apostólica Laical de Derecho Pontificio. Su naturaleza y finalidad es la evangelización en diversas áreas humanas, siguiendo las orientaciones de la Iglesia y atendiendo a sus necesidades. Impulsamos obras de promoción humana, educación escolar, superior y tecnológica, la evangelización de las familias y de los jóvenes, el voluntariado solidario, alcanzando a millares de personas en diferentes países y continentes. Dicha condición es pública y notoria.
6. Usted cita que el Sodalicio ha “repartido cerca de dos millones de dólares a todas en conjunto” de las víctimas. Esta afirmación, aparte de ser inexacta, desvirtúa totalmente el sentido de las reparaciones que el Sodalicio viene desarrollando desde abril de 2016 reduciéndolas a una “repartija” económica.
Para el Sodalicio, la reparación procura ser un acto de justicia que busca contribuir a que la persona que ha sufrido algún tipo de abuso por parte de algún miembro o ex-miembro de nuestra Comunidad pueda sanar la herida sufrida en su dignidad. Además, entendemos que la reparación de cualquier víctima se debe atender de manera individual y personalizada. Por lo tanto, hemos procurado implementar diferentes acciones para contribuir de la mejor manera posible al proceso de sanación de cada una de ellas. Con ese fin, además del pedido de perdón, se establecieron tres maneras a través de las cuales se puede brindar una reparación: apoyo académico, apoyo terapéutico e indemnización económica.
7. Rechazamos la afirmación que al Sodalicio se le equipare a instituciones que tienen “falsos carismas que solo sirven intereses ocultos”. Tal como lo indicamos en el reciente comunicado de la expulsión de Luis Fernando Figari del Sodalicio, nuestro carisma es un don de Dios para el servicio de la obra evangelizadora de la Iglesia, que trasciende la fidelidad de cualquier individuo, incluido el fundador.
Este carisma, debidamente reconocido por la Santa Sede, ha dado lugar a diversas y numerosas obras apostólicas. Está vivo y anima la vida espiritual de muchas personas que forman parte de la Familia Sodálite, presente en nueve países. Prueba de su validez es la paternal solicitud de la Santa Sede en acompañarnos a lo largo de estos últimos años en la renovación de nuestra comunidad, que se ha hecho efectivo no sólo con la cercanía del Papa Francisco, sino también con los delegados pontificios que han sido nombrados para orientarnos en este camino.
Dados los argumentos expuestos, en el ejercicio de nuestro derecho a rectificación, solicitamos que esta carta sea publicada en su portal por el grave daño al honor de nuestra institución.
El Vaticano expulsa a Luis Fernando Figari del Sodalicio de Vida Cristiana
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Diré lo mismo q comente en la noticia original. Sin negar que se debe seguir investigando a varias personas que han sido -o siguen siendo- miembros del sodalicio; si as «fuentes» son los «periodistas» Pedro Salinas o Paola Ugaz, hay un grave problema. Ambos tienen una clara agenda antieclesial, con un objetivo no solo de anular/»destuir» el sodalicio, sino a la misma Iglesia CAtólica. Por eso, todo lo q venga de esas 2 «fuentes» no puede ser tomado en serio a la ligera, debe ser contrastado y validado por otras fuentes (que obviamente no sean de su mismo grupo con agenda antieclesial) para poder creerles algo.
Terrible el sesgo progre del comentario de Javier Arias. Atacando de oidas temas que van más allá del problema sodalite: la homosexualidad de algunos de sus superiores que abominablemente la satisfacieron con abuso de poder y control psicologico. y quee en algunos llego a la abominación de la pedofilia.
Pero del lado económico han crecido justamente y amparados en las leyes.
Asimismo la izquierda busca destruir el movimiento que tanto bien le hace hoy a las almas. y Javier Arias parece su escudero.
Tuve la intuición que este sr es un infiltrado
Los casos están ahí y solo este año de 2024, las cartas privadas enviadas a 6 sodálites para que se defiendan, la caída de Mons Eguren de Piúra-Tumbes, la salida de Carvallo del dicasterio para la vida consagrada y ahora la expulsión de Figari son hechos. Hasta inicios del 2000, época de la muerte de Germán Doig, un «santo» en vida que resultó siendo un abusador, Salinas todavía era amigo de algunos en la comunidad. Pidió bautismo para sus hijos. Poco a poco, la relación se deterioró y, él, ya formado en periodismo, fue conociendo gente que tenía quejas contra el Sodalicio y otras instituciones o padres tipo Karadima. Uno de la agenda «antieclesial» es el homosexual chileno Carlos Cruz que trabaja en el Vaticano. En 2010, contactó a Paola Ugaz y arrancaron su investigación. Todo centrado en abusos físicos, psicológicos y sexuales. Gracias a Paola, que visitó el Papa en Roma es que surgieron Scicluna-Bertomeo. Es tarde, caro sr. tetragrama. Sin los libros de Salinas, Figari estaría ahí.
Ya lo decia San Pablo: su dios es el Vientre.
Suelo estar de acuerdo con las publicaciones de InfoVaticana pero como peruana y ex miembro del MVC (movimiento juvenil del Sodalicio), he visto el desarrollo de los hechos desde cerca y puedo decir en el Sodalicio sí se hace verdadero apostolado y que la inmensa mayoría de sus miembros fueron y son gente bondadosa y con sed de evangelizar. Realmente la República no puede ser una fuente fidedigna. Es un diario de izquierda radical que le ha declarado la guerra la iglesia Católica desde hace décadas. Tienen toda la razón cuando les dicen que para desarrollar un artículo como este, se tiene que tener en cuenta más de un punto de vista y no solo lo que dicen los titulares de los diarios peruanos que lamentablemente siguen una misma narrativa.