El episcopado africano debate una posición común sobre la poligamia

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Si en la Iglesia de Occidente el asunto espinoso son las relaciones homosexuales, en África, que carecen de dudas sobre ello, tienen, en cambio, el problema de la poligamia. El Sínodo Mundial ha pedido a los obispos africanos que se ocupen de esta cuestión y ya ha empezado a trabajar una comisión.

Los obispos africanos están preparando una posición común sobre la poligamia. El secretario general de la Asociación de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), Rafael Simbine Junior, afirmó a «SICA News» que una comisión ya ha comenzado a trabajar al respecto. El comité tiene como objetivo asesorar sobre el manejo teológico y pastoral de la poligamia en las iglesias de África. Las conclusiones de la comisión se discutirán en la asamblea general de SECAM en julio. «Si los obispos están de acuerdo con los resultados, los enviaremos al Dicasterio Vaticano para la Doctrina de la Fe. Luego comenzaremos una nueva conversación entre el Dicasterio y nuestro equipo para llegar a una decisión final y concienzuda sobre este asunto. importa «, dijo Simbine.

La cuestión de la poligamia ya fue planteada por las conferencias episcopales africanas en la preparación del sínodo mundial. En el informe de síntesis posterior a la primera sesión del Sínodo del pasado mes de octubre, el SECAM fue animado a «promover el discernimiento teológico y pastoral sobre el tema de la poligamia y el acompañamiento de las personas en relaciones polígamas que llegan a la fe». Otros temas llevados al sínodo por las conferencias episcopales africanas incluyeron el divorcio y las segundas nupcias, la homosexualidad y la inclusión de mujeres y jóvenes en la vida de la iglesia. También denunciaron la pobreza rampante y los conflictos en la región.

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Comentarios
10 comentarios en “El episcopado africano debate una posición común sobre la poligamia
  1. A propósito de la poligamia, no debería haber ningún inconveniente en bendecir una relación de ese tipo si fuera anterior a la conversión al cristianismo, como puede darse en algunos países africanos o musulmanes. Dios no sólo no prohibió la poligamia sino que el pueblo elegido, Israel, en el que todos los cristianos son injertados, procede de una relación poligámica. Además, es de un fanatismo cruel empeñarse en deshacer una familia de ese tipo como condición para hacerse cristiano. Por supuesto, la Iglesia puede prohibir a los ya cristianos la poligamia, aunque también la podría llegar a autorizar, por ejemplo, en caso de una situación de gran pérdida de hombres a causa de una guerra o de la proliferación del pecado nefando. De hecho, en los comienzos del cristianismo, sólo se exigía la monogamia a los presbíteros.

    1. Nada que ver lo que dices LAS RELACIONES POLIGAMICAS SE PROHIBIÓ DESDE LOS APÓSTOLES

      EL HOMBRE Y LA MUJER SE VOLVERÁ UNO SÓLO Y PASA SIEMPRE dice la ESCRITURA pecar con otra MUJER ES UN PECADO MORTAL

    2. Supongo que no hablará en serio, ¿verdad? Porque no parece muy serio reinvindicar la comisión del pecado de adulterio (condenado de forma expresa por Cristo) en una web católica.

      1. Yo no reivindico la comisión de ningún pecado, porque la poligamia es algo que Dios, a diferencia de usted, puede aceptar en determinadas circunstancias, como ya hizo antes de Moisés con su elegido Jacob (Israel). Lo que sí prohibió más adelante fue casarse con la hermana de la esposa, cosa que antes había permitido a Jacob: «El Señor dijo a Moisés:»… «No te casarás con la hermana de tu esposa ni tendrás relaciones con ella mientras viva tu esposa, provocando su rivalidad» (Lev. 18, 1.18). Y Jesucristo dijo que no había venido a abolir ni un ápice de la Ley.

        Por cierto, también hay que saber que si un hombre se divorcia de su mujer y esta se casa con otro, aunque con ello cometan adulterio, es abominable a los ojos de Dios que su primer marido vuelva a tomarla por esposa, incluso aunque el último también se divorcie de ella o muera (cf. Deuter. 24, 1-4). Lo digo porque muchos también se empeñan fanáticamente en llevarle la contraria en esto a Dios.

        1. «la poligamia es algo que Dios, a diferencia de usted, puede aceptar en determinadas circunstancias, como ya hizo antes de Moisés con su elegido Jacob (Israel). Lo que sí prohibió más adelante»

          Me temo que, al igual que algunos confunden a los señores cardenales reunidos en cónclave con el Espíritu Santo, usted confunde la Ley de Dios con las leyes judías o la permisión de Dios de pecar. Porque Cristo no deja lugar a dudas:

          «Dijo: Por esto dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá A LA MUJER [a una, no a varias], y serán los dos UNA sola carne. De manera que YA NO SON DOS [y mucho menos un grupo], sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre. Ellos le replicaron: Entonces ¿cómo es que MOISÉS ordenó dar libelo de divorcio al repudiar? Díjoles Él: Por la dureza de vuestro corazón OS PERMITIÓ MOISÉS [no Dios] repudiar a vuestras mujeres, pero AL PRINCIPIO NO FUE ASÍ [la voluntad de Dios no cambia].

          1. (Mt 19,5-8).

            «Y Jesucristo dijo que no había venido a abolir ni un ápice de la Ley»

            Y no lo hizo: se refiere a la Ley de Dios, que no puede cambiar, no a las leyes humanas, totalmente derogables cuando la contradicen. Mire qué claro dice el Señor lo de «OS PERMITIÓ MOISÉS» (no dice «Os permitió Dios», pues Cristo no puede mentir).

            «muchos también se empeñan fanáticamente en llevarle la contraria en esto a Dios»

            Se ve que respira por la herida, porque no es un pasaje que se lea en misa, precisamente. Hay que ir a buscarlo aposta. Pero, lamento comunicarle lo de antes: usted confunde las leyes judías sobre el divorcio (que llevaban al adulterio, lo cual sí que es abominable a Dios, como todo pecado), con la Ley de Dios, que jamás ha cambiado desde el principio (del mundo) porque Dios es inmutable.

            Y en I Cor 7,10 dice clarísimo: es precepto del Señor no separarse y, de hacerse, reconciliarse. Ante eso, las leyes judías carecen de valor.

          2. Aprenda a leer y a respetar la Palabra de Dios, y a diferenciarla de la palabra de los hombres. Yo he dicho lo que dice en las Sagradas Escrituras que dijo y permitió el mismo Dios, incluido lo que dijo Jesucristo sobre el adulterio y la Ley, ni más ni menos.

          3. «Aprenda a leer y a respetar la Palabra de Dios»

            Aprenda usted, que es quien la reinterpreta de forma diversa a como lo hace la Iglesia (que es la única con potestad para interpretarla, como definió el Concilio de Trento de forma dogmática), y a las palabras expresas de Cristo, tan claras que no dejan margen a reinterpretaciones interesadas de quien quiere adaptar la voluntad divina a la suya propia, en vez de a la inversa.

            «Yo he dicho lo que dice en las Sagradas Escrituras»

            Usted se ha limitado a copiar las leyes judías que constan en las Sagradas Escrituras y que nadie ha negado que existieran; ni siquiera Cristo. Lo que ocurre es que usted se pasa por el Arco de Triunfo Su aclaración de que eso eran sólo normas humanas contrarias a la voluntad divina desde «el principio» (y Dios no cambia ni puede cambiar: es inmutable) y que es, por tanto, pecado (que, como todos los pecados, Dios no quiere, aunque los permita).

  2. La poligamia fue aceptada por la escasez de personas que tenía el pueblo elegido.

    Tras Cristo la Iglesia no puede aceptar la poligamia.

    1. La poligamia, al igual que el adulterio, ha sido pecado siempre, como recordó Cristo: Moisés la permitió (no Dios, que una vez encarnado lo dejó bien claro).

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