El secretario general de COMECE critica que la mitad del Partido Popular Europeo apoye el ‘derecho’ al aborto

Manuel Barrios Prieto Manuel Barrios Prieto, secretario general de COMECE
|

La moción aprobada en Bruselas en la que se pretende incluir el aborto como derecho en la «Carta de los Derechos Fundamentales» de la Unión Europea ha despertado la férrea oposición de los obispos europeos.

En declaraciones a los medios vaticanos, el español Manuel Barrios, secretario general de COMECE, ha lamentado profundamente el resultado de la votación.

«Nos entristece mucho», afirma, aunque el resultado «era esperado porque el Parlamento Europeo en esta legislatura ha votado de manera similar en resoluciones sobre esta cuestión».

Barrios Prieto ha explicado que «el derecho humano fundamental es el derecho a la vida y el aborto evidentemente va en contra de él». En particular, niega el derecho a la vida, señala, cuando la vista misma se encuentra en una situación de vulnerabilidad, «como el no nacido en el vientre de su madre».

Además, Manuel Barrios recuerda el respeto que la Unión Europea debe tener por las competencias nacionales y también por otras tradiciones culturales y legislativas. La UE «no puede imponer a los demás una determinada ideología y una determinada manera de ver la persona humana y la sexualidad», declara. Además, la propia «Carta de los Derechos Fundamentales» se refiere a derechos universalmente reconocidos, no a aquellos sobre los que existe «diversidad de opiniones e ideas».

Con gran acierto, el secretario general de COMECE ha criticado «la posición de algunos partidos que remiten a la tradición democristiana, como el Partido Popular Europeo, que se ha dividido en este tema». «Esperamos que el nuevo Parlamento que surja de las urnas sea un Parlamento que tenga estos temas en el centro – dice Barrios Prieto – y esto depende de los electores». Como Iglesia es necesario «acompañar y formar a las personas, explicándoles bien nuestros argumentos». Y este, concluye, es un trabajo que tenemos que hacer todos.

Los obispos europeos se cansan de la injerencia de la UE en decisiones de política nacional: «El aborto nunca podrá ser un derecho fundamental»