¿Una Misa ‘válida’?

Altar Misa
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UNA CATÓLICA PERPLEJA

23 marzo 2024

Un domingo cualquiera. Misa de doce. Una parroquia de cuyo nombre no quiero acordarme, a la que no había acudido nunca ni pienso volver. Para un domingo que fui y era la Misa para los niños. Si el novus ordo es ya por sí mismo un rito simplificado, cuando se intenta celebrar “para niños” se abre una peligrosa puerta a la creatividad. Guitarra, melodías pastelosas, sermón sin sustancia de un sacerdote que se pasó toda la Misa intentando hacerse el simpático. Llegó el momento del ofertorio. Una mujer adulta y dos niños entregaron las ofrendas del pan y el vino al sacerdote. La mujer y el niño volvieron a sus bancos; la niña se quedó en el presbiterio, junto al altar, mientras el sacerdote consagraba. Aquello no presagiaba nada bueno. ¿Por qué continuaba allí esa niña? Finalmente, aconteció el horror: la niña, colocada junto al sacerdote tras el altar, elevó el cáliz mientras el presbítero, elevando la patena con el Cuerpo de Cristo, apoyaba la mano sobre su hombro y recitaba la doxología final. 

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Acabada la Misa, permanecí un buen rato sentada en el banco, perpleja, triste, indignada. Ante la desazón, me asaltó en primer lugar la pregunta de si habría sido una Misa “válida”. El P. Lucas Prados escribió en 2016 un artículo muy interesante a este respecto, que en estos años me ha servido de referencia (https://adelantelafe.com/se-la-misa-la-asisto-valida/), en el que explicaba que “para que una Misa sea tal, ha de realizarse en ella la consagración del pan y del vino (…); para que la consagración sea válida (y como consecuencia la Misa también) hacen falta los siguientes requisitos: que el sacerdote esté válidamente ordenado; que éste pronuncie la fórmula de la consagración tal como aparece en los libros litúrgicos aprobados por la Santa Sede y por la Conferencia Episcopal de cada país; que el sacerdote celebrante tenga la intención de consagrar el pan y el vino, para que así se transformen en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; y que para la confección del sacramento se use la materia prescrita para el mismo: pan ácimo de trigo y vino de vid”. 

Pensaba en todo esto cuando vi salir al sacerdote de la sacristía y dudé si debía acercarme a hablar con él de lo sucedido. No le conocía de nada y no tenía ganas de discutir con ese hombre. Y, mientras me preguntaba si debía escribir una carta a su obispo para explicárselo, me acordé de las numerosas veces que Natalia Sanmartín Fenollera se lamenta de que, en la celebración de la Misa, nos conformemos resolviendo si es “válida”; que se haya reducido el culto a Dios a una cuestión de mínimo imprescindible, haya abuso o no, y no nos preguntemos por la dignidad del culto que Dios merece. Esto amplía y profundiza enormemente la reflexión sobre la celebración de la Misa y, por eso, me gustaría dedicar a Natalia estas breves reflexiones, en las que recurriré a palabras más autorizadas que las mías para expresar bien este tema tan delicado. Porque, claro que es importante que la Misa sea válida; es fundamental. Pero, al mismo tiempo, ¿es lo único importante? ¿Observan la diferencia y la “trampa” que contiene la pregunta? ¿No es reducir el culto a si es “válido” un escándalo para el Señor y lo que merece?

Para poder desenmarañar esta cuestión, es importante comenzar por lo que es la Misa misma. Cuestión que la mayoría de bautizados ya no somos capaces de responder, y tal vez por eso nos conformamos con cualquier cosa. Porque, como me explicó un sacerdote recientemente, la Misa es la actualización del sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz. Por tanto, es sacrificio, y en la celebración del sacrificio está el sacramento, porque durante la celebración de la actualización del sacrificio se produce la consagración, que comporta la transubstanciación del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, presencia real en cuerpo, alma y divinidad en el sacramento eucarístico. Esto es importante, porque muestra claramente que Misa y sacramento de la Eucaristía no son sinónimos, como ahora se emplean, contribuyendo a la confusión; sino que el sacramento de la Eucaristía se realiza en la celebración del sacrificio de la Misa. Además, la Misa es el culto público de la Iglesia a Dios. El sacerdote la celebra primero para Dios, para dar gloria a Dios. Así pues, la Misa y el sacramento de la Eucaristía no son lo mismo. Es importante tenerlo claro para comprender lo que sigue.

El Dr. Taylor Marshall tiene en su perfil de X (Twitter) del pasado siete de marzo una conversación con Kennedy Hall en la que éste condensa brillantemente en un minuto la cuestión de la “validez”, que, afirma, no es suficiente. Transcribo aquí lo más destacado de su intervención: “La validez no es suficiente. Es un listón bajo. La gente dice: ´Cristo está realmente presente´. Pero eso es reduccionismo. Si un sacerdote dice las palabras de la consagración sobre cualquier cesta de pan, asumiendo que tiene los ingredientes correctos, en la parte trasera de una furgoneta con música heavy metal, ¿es “válida”? Podría ser. Pero no es digna. Es ofensiva. Y el hecho de que sea válida es, de alguna manera, una tragedia, porque estás haciendo descender a Cristo al altar y le estás sujetando a algo que no es digno de su divina majestad. Por eso, es necesario que la gente se quite de la cabeza esta comprensión reduccionista de la liturgia. No se trata solamente de la consagración; como en el Antiguo Testamento no iban simplemente al templo y decían ´matemos unos cuantos corderos y ya estamos´. Sino que cantaban salmos durante doce horas con mil hombres presentes cantando a coro y, cuando estaban suficientemente dispuestos para ofrecer el sacrificio dignamente, siguiendo los mandamientos dados por Dios a Moisés, entonces se llevaba a cabo el sacrificio de una manera que pudiera ser aceptada por Dios. Y esto es algo que se ha perdido completamente en el nuevo rito de la Misa y la cuestión de la validez básica”. Vemos cómo Kennedy Hall se está lamentando de que la única respuesta para justificar el novus ordo se base en la “validez”. Eso es lo que Hall considera situar el listón demasiado bajo, apelando a la dignidad del culto que Dios merece. El Señor merece más que una “validez”; porque, si lo reducimos a la “validez”, tanto el novus ordo como el vetus ordo son válidos. Pero, ¿es la “validez” un argumento suficiente para elegir, siempre que se pueda elegir, asistir a una Misa novus ordo antes que a una Misa vetus ordo? 

Martin Mosebach, autor alemán también de nuestros días, ofrece una importante aportación en su obra “La herejía de lo informe”, al afirmar que “la Misa no es un acto legal, algo que se vuelve ‘válido’ si cumple unos requisitos mínimos. Imagínese a un canonista tratando de explicar a un recién llegado confuso a una celebración novus ordo que lo que ha tenido lugar contiene los elementos imprescindibles (‘primero, segundo, tercero’) y, por tanto, es una misa ‘válida’. No: la misa no es un rito mínimo al que se pueden agregar varios ornamentos, según la oportunidad, para aumentar la conciencia de los participantes. Los ritos, como enseñó Trento, ‘no contienen nada innecesario o superfluo’. No hay nada en ellos que, bajo una intensa contemplación, no demuestre estar absolutamente henchido de poder espiritual. Reto a cualquiera a que estudie y reflexione sobre el significado de cualquier elemento del rito, en particular aquellas partes que la reforma del Papa Pablo VI consideró innecesarias y superfluas”. Está afirmando que existe una liturgia que es superior a otra para dar culto a Dios, y que el concepto “válido” no puede ser suficiente para “defender” el novus ordo, porque la Misa es algo más que “válida”. El novus ordo es en general más bajo en rúbricas, porque el rito ha sido “podado”, por decirlo asépticamente; y en su horizontalidad y simplificación, en muchas ocasiones, lo único que ofrece es que es “válido”.

Natalia Sanmartín afirma en el prólogo a “El nacimiento de la cultura cristiana”, de Rubén Peretó (https://homolegens.com/libro/el-nacimiento-de-la-cultura-cristiana/), que “no basta con que el culto sea válido; la labor de la Iglesia va mucho más allá de garantizar un certificado mínimo de calidad (…). (Los hombres que nos precedieron) sabían que desde los días antiguos en que la tierra era joven, cuando Caín y Abel presentaban ofrendas muy distintas a su Creador, la gran pregunta que debe hacerse todo hombre es si el culto que ofrece es agradable o no a Dios”.

Por eso, Benedicto XVI decía que la crisis de fe en la segunda mitad del siglo XX y este primer tercio del XXI es consecuencia de la crisis de la liturgia, y no al revés. Es decir, el empobrecimiento en el rito, por bien que se celebre, la horizontalidad, la pérdida de sacralidad, la informalidad, por no hablar del ensombrecimiento del significado de sacrificio, lleva a un empobrecimiento y debilitamiento de nuestra fe.

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Comentarios
54 comentarios en “¿Una Misa ‘válida’?
  1. La autora del artículo escribe: «Si un sacerdote dice las palabras de la consagración sobre cualquier cesta de pan, asumiendo que tiene los ingredientes correctos, en la parte trasera de una furgoneta con música heavy metal, ¿es “válida”? Podría ser». Yo añadiría, siguiendo la argumentación empleada: Si una secta satánica se hace con los servicios de un sacerdote católico para que consagre en medio de sus cultos para, posteriormente, ofender al Señor ¿es válida la consagración?… Ciertamente, en muchas «misas» aunque no sean satánicas se ofende al Señor.

    1. Por desgracia, Alexis, no estamos lejos de que se cumpla esa paradoja. Comenzando porque, según el concepto que se tiene ahora de la religión, los satánicos tendrían su religión y la católica, también según las directrices actuales, está obligada, por llamarlo así, al ecumenismo con el enemigo. Es lo que tiene vivir en esta locura

  2. Es muy importante en mi opinión, decir que iglesia es y donde está, para estar sobre aviso y evitar la tentación a otros fieles en un futuro que se abstendrán de participar en tal esperpético espectáculo. Por eso digo que SIEMPRE hay que citar la procedencia e incluso el nombre del sacerdote si es que se sabe, por lo que invito libremente a la autora del artículo que lo haga.

  3. A ver… amigos tradis… todo se puede profanar, y todo se puede cuidar… es simple… en el novus ordo todo tiene su significado, y todo te puede envolver, pero hay muchos que no lo cuidan. Qué pasaría si esos mismos curas celebrasen en Vetus Ordo? Lo mismo. Pensáis que es culpa del Novus Ordo una melodía pastelosa? No. Eso es culpa de los que celebran, que lo hacen así. Pero yo conozco misas del Novus Ordo que no son terribles. Y conozco misas del Vetus Ordo espantosas… dejen ya esta estupida discusión y amen al Señor. Hagan todo para su gloria y ya verán cómo todo cambia.

      1. ¿Qué rubricas no se respetaron? ¿O quizá fue por falta de práctica con el latín? Por centrar la conversación, vamos, y salir de las afirmaciones generales. No tema usted ser concreto, los amigos tradis, como usted dice, solemos conocer bastante bien el rito y sus rúbricas.

    1. Usted quiere negar la evidencia de que con el Novus Ordo, el abuso litúrgico se convertido casi en norma, mientras que con el Vetus Ordo, el abuso litúrgico era la excepción.

    2. Oye «amigo progre», guárdate lo de «amigo y sobre todo lo de «tradis». Porque tu sinuosa ironía tan mordaz debe saber que solamente soy Tradicionalista. Como la Iglesia y el depósito de la Fé. Y si quieres y no te molesta soy amante de la familia que va a Misa en el Vetus ordo. Si viste una Misa vetus ordo espantosa, tal vez habías entrado en un templo equivocado. O simplemente desprecias el Vetus ordo. Pero no lo hizo así Benedicto XVI y ninguno de los Papas de la historia de la Iglesia.

    3. El encargado de dirigir la elaboración de la nueva Misa, Bugnini, era masón (Pablo VI, en lugar de excomulgarlo, como ordenaba el Código de Derecho Canónico, se limitó a exiliarlo a Irán). En la elaboración participaron seis pastores protestantes:
      1- RAYMOND GEORGE (METODISTA).
      2- RONALD JASPAR (ANGLICANO).
      3- MASSEY SHEPHERD (EPISCOPAL).
      4- FRIEDRICH KUNNETH (LUTERANO).
      5- EUGENE BRAND (LUTERANO).
      6- MAX THURIAN (CALVINISTA).
      La definición de Misa de la «Institutio Generalis Missalis» clama al cielo: «La Cena del Señor, o Misa, es la asamblea sagrada o congregación del pueblo de Dios, reunido bajo la presidencia del sacerdote para celebrar el memorial del Señor».
      El Novus Ordo «… se aleja de modo impresionante, tanto en conjunto como en detalle, de la teología católica de la Santa Misa tal como fue formulada por la 20ª sesión del Concilio de Trento que…
      Continúa…

      1. … al fijar definitivamente los «cánones» del rito, levantó una barrera infranqueable contra toda herejía que pudiera atentar a la integridad del Misterio» (Breve Examen Crítico del Nuevo Ordo Missae).
        El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Cardenal Octaviani), el mejor latinista del Vaticano (Cardenal Bacci) y los eminentes teólogos que elaboraron el Breve Examen Crítico, avisaron: «… en el nuevo ORDO MISSAE, las palabras de la Consagración pueden ser válidas en virtud de la intención del sacerdote: pero pueden no serlo, pues ya no lo son por la propia fuerza de las palabras o, más concretamente, ya no lo son en virtud de su sentido propio (del modus significandi) que tienen en el Canon Romano del Misal de San Pío V. ¿Consagrarán válidamente los sacerdotes que, en un futuro próximo, no hayan recibido la formación tradicional y que se fien del nuevo ORDO MISAE y Ordenación General para hacer lo que hace la Iglesia? Es legitimo dudarlo».

        1. «Max Thurian, del monasterio de Taizé, en el diario La Croix del 30 de mayo de 1969, declaró que uno de los frutos de la nueva Misa era probablemente que comunidades no católicas podrán celebrar la Santa Cena con las mismas oraciones que la Iglesia católica: teológicamente es posible…
          El prior de Taizé, el hermano ROGER SCHUTZ, dijo en una conferencia: Las nuevas preces eucaristicas presentan una estructura que corresponde a la Misa luterana. Cit. en Itinéraires (n. 218, diciembre 1977, p. 116). Además, MICHAEL DAVIES, Pope Paul’s New Mass, Dickinson 1980, ha demostrado que el nuevo rito romano se asemeja y a veces se identifica con la Misa anglicana de Cranmer del siglo XVI» (Iota Unum, pág. 516).
          Si le sumamos el mamoneo de las traducciones y que cada cura improvisa lo que quiere… ¡Una merienda de negros!
          Así, hasta el infinito.

          1. Posdata: el Max Thurian, del monasterio ecuménico de Taizé, sabe muy bien lo que dice; es el 6 asesor protestante de la lista (calvinista).

          2. Era raro que usted no aprovechase la ocasión para mentir (decir algo falso con ánimo de engañar), como suele hacer. Escribe: «La definición de Misa de la ‘Institutio Generalis Missalis’ clama al cielo», cuando sabe perfectamente (y si no, ya se lo digo yo) que lo que ha transcrito a continuación no forma parte de la «Instrucción General del Misal Romano», sino de una versión que, precisamente por la protesta del cardenal Ottaviani y otros, Pablo VI no aprobó. Así que, no puede «clamar al cielo» algo que no existe. Esto dice el texto oficial:

            «Instrucción General Del Misal Romano

            Capítulo II. Acerca de la estructura de la misa, sus elementos y sus partes

            I. La estructura general de la misa

            27. En la Misa, o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado y reunido, bajo la presidencia del SACERDOTE, quien obra en la persona de Cristo (IN PERSONA CHRISTI) para celebrar el memorial del Señor o SACRIFICIO EUCARÍSTICO. De manera que para…

          3. …esta reunión local de la santa Iglesia vale eminentemente la promesa de Cristo: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Pues EN LA CELEBRACIÓN DE LA MISA, EN LA CUAL SE PERPETÚA EL SACRIFICIO DE LA CRUZ, Cristo está realmente presente en la misma asamblea congregada en su nombre, en la persona del ministro, en su palabra y, más aún, de manera SUSTANCIAL Y PERMANENTE EN LAS ESPECIES EUCARÍSTICAS».

            Cómo se ve, el carácter sacrificial de la Santa Misa y la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía están contenidas de forma explícita.

            En cuanto a su afirmación «Bugnini, era masón», lo sería o no, pero usted no tiene forma de saberlo, como tampoco todas las personas que, a lo largo de décadas, y sin presentar prueba alguna (porque «lo dijo Fulanito» no es una prueba), repiten ese mantra. Para hacer lo que hizo, no se necesita ser masón: la intención de Pablo VI, en sus irreales deseos…

          4. …de que los herejes protestantes volvieran en masa a la Iglesia, era «crear» una Misa que, manteniendo su esencia, no contuviera nada que éstos rechazaran. Se lo encargó a Bugnini como pudo mandárselo a cualquier otro. Y, cuando se pasaron de la raya con la poda del Misal Romano, intervino el Santo Oficio, al que Pablo VI hizo caso, como no podía ser menos, en lo imprescindible. Y lo del «exilio» de Bugnini es ridículo. Lejos de castigarle, Pablo VI le nombró arzobispo. Y si muchos años después (1976) lo mandó de pro Nuncio a Irán, no fue por pertenecer a la masonería, que conlleva excomunión automática (los papas no nombran pro Nuncio a personas que no pertenecen a la Iglesia, como lo son los excomulgados; ni con destino a Irán, ni a Nueva Zelanda, que está más lejos).

            «Max Thurian, del monasterio ecuménico de Taizé, sabe muy bien lo que dice»

            Sí, como usted. Ya que es tan deshonesto, al menos emplee mejor la falacia de autoridad.

          5. «La definición de Misa de la ‘Institutio Generalis Missalis’ clama al cielo», cuando sabe perfectamente (y si no, ya se lo digo yo) que lo que ha transcrito a continuación no forma parte de la «Instrucción General del Misal Romano», sino de una versión que, precisamente por la protesta del cardenal Ottaviani y otros, Pablo VI no aprobó”.

            Tiene razón en que actualmente no aparece tal definición; debería haber matizado mi observación. ¡Pero, no miento, no!
            Usted está absolutamente equivocado en que Pablo VI no aprobó la versión original, art. 7 incluido (el de la definición). Pablo VI no hizo ni caso al Breve Examen Crítico y la versión criticada fue promulgada, integra, por Pablo VI el 03/04/1969. Según cuenta Romano Amerio en Iota Unum, pag. 478, en declaraciones del Cardenal Charles Journet, Pablo VI habría confesado haber firmado sin leerla (así lo afirma el padre JOSEPH BOXLER en Mysterium fidei, febrero 1982, p. 3.).
            Continúa…

          6. La corrección al artículo 7 apareció en el número de mayo de 1970 de Notitiae, órgano de la Sagrada Congregación para el culto divino, acompañada de la siguiente nota: “… habiendo examinado los miembros y los expertos del Consejo, antes y después de su promulgación, el artículo 7, no encontraron en el ningún error doctrinal ni ninguna razón para modificarlo. No obstante, para evitar dificultades y hacer más claras ciertas expresiones, se decidió que el documento fuese retocado en ciertas partes”. Fue totalmente rehecho, pero como puede ver por la explicación: “mantenella y no enmendalla”.

            “cuando se pasaron de la raya con la poda del Misal Romano, intervino el Santo Oficio, al que Pablo VI hizo caso, como no podía ser menos, en lo imprescindible”.

            Como le he contestado, Pablo VI aprobó, tal cual, la Institutio, de la que posteriormente se modifico el art. 7. ¡Su afirmación es incorrecta!
            Continúa…

          7. “Los papas no nombran pro Nuncio a personas que no pertenecen a la Iglesia, como lo son los excomulgados”.

            ¿Lo dice usted por los masones?
            ¡No me haga reír!
            Léase “Asesinato en el Grado 33: La Investigación de Gagnon sobre la Masonería en el Vaticano” (Padre Charles Thedore Murr, amigo, chofer y compañero de apartamento de Gagnon). Allí verá lo que le dijo Pablo VI a Gagnon cuando le presentó el informe con los nombres de los prelados masones, con el Cardenal Baggio a la cabeza. Otro tanto cuando se lo presentó a Juan Pablo II. De paso igual se entera de que la Plegaria Eucarística II, poco menos que atribuida a San Hipólito, la escribió un conocido del Padre Murr comiéndose una pizza en una pizzería.
            Posdata: sus insultos sólo sirven para su propio desprestigio como católico.

          8. «Tiene razón en que actualmente no aparece tal definición; debería haber matizado mi observación. ¡Pero, no miento, no!»

            Naturalmente que la tengo. Porque yo no miento. Qué «despiste» el suyo, ¿verdad? Así se define la «Falacia de la verdad a medias»:

            «Las verdades a medias son frases engañosas y falsas, que incluyen algún elemento de verdad. Las frases pueden ser parcialmente verdad, la frase pueden ser incluso verdad pero no toda la verdad, lo que produce un engaño provocado por omisión».

            «Fue totalmente rehecho…»

            ¿Sin el conocimiento y aprobación de Pablo VI? Usted delira. A mí, las excusas retóricas que dieran para no quedar mal, me importan un comino: la versión definitiva dice lo que dice, fuera «para evitar dificultades y hacer más claras ciertas expresiones» o porque no les gustaba el tono del papel en que se escribió.

            «Léase “Asesinato en el Grado 33»

            Gracias por la recomendación. Lo tengo pendiente. Y seguro que es…

          9. …muy interesante. Pero si lo presenta en un juicio como prueba, lo pierde.

            «sus insultos sólo sirven para su propio desprestigio como católico»

            No mienta (que parece que le tiene mucha querencia a ese vicio, que además es pecado): en mi respuesta a su deshonesto comentario no hay ningún insulto. Porque, ¿no pretenderá que decir que lo que usted ha hecho es «mentir» (salvo esa primera línea no hay ni una referencia más sobre usted, ni buena ni mala), es insultarle, ¿verdad? Cuando alguien hace algo mal, lo menos que debería hacer es reconocerlo… y no seguir mareando la perdiz para tratar de justificarse, lo cual, lejos de conseguir, empeora su situación y demuestra su mala fe previa. Eso sí que es «sostenella y no enmendalla». Y, total: para nada, porque sólo va a convencer a los ya convencidos; unos, porque desconocían la verdad; y otros, porque probablemente sean igual de deshonestos.

          10. No se da cuenta de la bajeza de sus insultos.
            Si yo pongo que clama al cielo la definición del artículo 7, según usted no es por error, es porque soy diabólico y miento utilizando verdades a medias; pero si usted afirma FALSAMENTE que Pablo VI hizo caso al Breve Examen Crítico de la Congregación para la doctrina de la Fe y no aprobó la Institutio criticada, sino una nueva (modificó solamente el artículo 7 y aún se publicó una nota afirmando que a pesar de que lo hacía no había errores doctrinales en él), es porque errar es humano y usted lo es.

          11. «No se da cuenta de la bajeza de sus insultos»

            ¿Ve cómo miente? Describir lo que hace no es un insulto. Bajeza es mentir.

            «Si yo pongo que clama al cielo la definición del artículo 7, según usted no es por error, es porque…»

            Lo primero, usted no ha hecho tal cosa. Ha dicho, literalmente: «La definición de Misa de la ‘Institutio Generalis Missalis’ clama al cielo». Y, lo segundo, sus motivaciones no le interesan a nadie. Que lo hace, es un hecho. Y no una vez (que es cuando se concede a todo el mundo el beneficio de la duda), sino de forma sistemática, lo que demuestra intencionalidad, que, además, no disimula. Además de negar implícitamente el libre albedrío, parece que tampoco acepta que el fin no justifica los medios. Creer lo contrario y ponerlo en práctica es contrario a la moral católica. Por tanto, su intención, aunque fuera «buenísima» y no dejase víctimas (de calumnia, fundamentalmente), no le justificaría en absoluto.

          12. «pero si usted afirma FALSAMENTE que Pablo VI hizo caso al Breve Examen Crítico…»

            Es que yo he dicho tal cosa. Como puede comprobarse, he escrito:

            «una versión que, precisamente por la protesta del cardenal Ottaviani y otros, Pablo VI no aprobó»

            ¿Cuál es la falsedad? Ni he nombrado el «Breve…» siquiera. Así que, demuestre usted que la versión definitiva no se deba a las protestas de «Ottaviani y otros» y que Pablo VI no les hizo caso cuando le dio la gana a él y no cuando usted quisiera.

            Y más adelante escribo:

            «cuando se pasaron de la raya con la poda del Misal Romano, intervino el Santo Oficio, al que Pablo VI hizo caso, como no podía ser menos, en lo imprescindible»

            A la vista del texto definitivo de la Instrucción, demuestre usted que mi afirmación es falsa. ¿Fue mera casualidad que interviniera el Santo Oficio y fue mera casualidad que Pablo VI aprobara el texto oficial que existe actualmente? No le influyó nada, ¿verdad?

          13. Donde dice: «Es que yo he dicho tal cosa. Como puede comprobarse, he escrito:»,

            debe decir: «Es que yo no he dicho tal cosa. Como puede comprobarse, he escrito:».

  4. 1. El experimento masón del Novus Ordo debe finalizar.
    2. La sacramentalidad de los Sacramentos en la materia, forma, ministro y sujeto debe ser el preconciliar de toda la vida, de la Santa Tradición Apostólica.
    3. No un reduccionismo de servicio de Misa sujeto a la creatividad y la fórmula con la materia. El problema, la crisis, está en el ministro (Sacerdote heterodoxo) y en el sujeto (pueblo heterodoxo).
    4. Recomiendo la lectura de «La instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce apóstoles», «Instrucciones de los apóstoles» o, más conocida Didaché/Didajé (enseñanza apostólica).

    1. Hemos llegado la punto crítico mas espantoso de la iglesia modernista, el no saber si la misa es válida y el no saber si estas comulgando de verdad con el cuerpo de Cristo, si te estás confesando válidamente, y así el resto de los sacramentos. La pesadilla que algún santo tuvo de que la iglesia desaparecería, se está cumpliendo poco a poco. YA NO TENEMOS IGLESIA, SIGAMOS CON LOS BRAZOS CRUZADOS……

  5. Pero vamos a ver Catholicus, la lista de herejes que redactaron la liturgia de la nueva misa, es correcta o no. Por que de ser cierto, lo que dice Quien como Dios, nuestra misa novus ordo es protestante 100X100. O me equivoco.

    1. Teclee, por ejemplo, en Google: «Sobre la próxima beatificación de Pablo VI el Español Digital», y en el artículo periodístico puede ver la foto de todos ellos en audiencia con Pablo VI.

    2. «O me equivoco»

      Sí, se equivoca (deduzco que era una pregunta, aunque falten los signos de interrogación). Y lo hace, no por lo que afirma sobre los «asesores» (que yo mismo he citado en muchos comentarios), sino porque de esa premisa no se infiere la conclusión a la que llega: «como en el Consilium hubo asesores protestantes, entonces el resultado final es una misa protestante». ¿En serio? ¿Por qué regla de tres? ¡Menuda lógica! Si el resultado es ortodoxo, da igual que de asesores estuvieran Judas Iscariote o el mismísimo Caín. Y con esto no estoy defendiendo el «novus ordo», que fue un error garrafal de Pablo VI, por muy buena intención que tuviera. Pretendiendo hacer un Misal que aceptasen los protestantes, es lógico que recurriesen a miembros de esas confesiones para opinar. El error fue creer que, haciendo eso, volverían a la Iglesia: no volvieron los de fuera, y muchos de los de dentro salieron haciendo fu, como el gato.

      1. Trento fija los cánones del rito como barrera a la herejía protestante y Pablo VI introduce una Misa Católica donde se aparta de la doctrina de Trento, para contentar a los protestantes???
        Vamos, lo mismo que hizo Zapatero con la ETA; darles lo que piden y se acabó el problema. Solo falta, como defienden los modernistas, que la Iglesia católica pida perdón y que ya que en el Concilio se ha reinventado la naturaleza y la misión de la Iglesia, sin necesidad de hacer proselitismo para que los separados vuelvan al redil de Pedro, todas las iglesias (ahora ya son iglesias) caminen para confluir en un punto externo a todas ellas, que es el Cristo total. De paso, que la unidad de la Iglesia es tan importante, que se admita que aquellos que se separaron de ella por negar determinados dogmas sean admitidos en plena comunión aún siguiendo negándolos; incluyendo los nuevos dogmas que la Santa Madre Iglesia ha definido desde que ellos se separaron.
        ¡No cuela!

        1. «…para contentar a los protestantes???»

          No, pensando que así volverían. No sólo fue ingenuo, sino que los hechos han demostrado que esa no era la forma.

          «…sin necesidad de hacer proselitismo…»

          Eso no lo ha dicho ningún concilio (evítese buscar y hacer más corta-pegas retorciendo los argumentos, porque sólo prohíbe la coerción, cosa siempre rechazada por la Iglesia), sino que es cosa exclusiva de Francisco, a quien le parece «pecado». Y el tema no es el «concilio» del siglo pasado de su TOC: hablamos de la misa.

          «…sean admitidos en plena comunión aún siguiendo negándolos»

          ¿Ve, de nuevo, como es usted un mentiroso? ¿O es otro «despiste»? ¿A quién se ha admitido en la Iglesia negando dogmas? ¡Ni siquiera a usted! Así que, no invente.

          1. «…sin necesidad de hacer proselitismo…»
            Eso no lo ha dicho ningún concilio (evítese buscar y hacer más corta-pegas retorciendo los argumentos, porque sólo prohíbe la coerción, cosa siempre rechazada por la Iglesia)».

            ¡Yo no he dicho tal cosa!
            He dicho: «Solo falta, COMO DEFIENDEN LOS MODERNISTAS, que la Iglesia católica pida perdón y que ya que en el Concilio se ha reinventado la naturaleza y la misión de la Iglesia, sin necesidad de hacer proselitismo…». Hablo de las pretensiones de los modernistas.
            Si es verdad que estos herejes, como apunta Romano Amerio, se amparan en el Decreto Unitatis Redintegratio (donde no se cita nunca el vocablo retorno y la palabra reversione ha sido sustituida por conversione), para soltar perlas como la de, en su día, el presidente del Consejo conciliar holandés: ‘La unidad de la Iglesia ya no significa el retorno a la Iglesia católica tal como ésta es hoy día,…
            Continúa…

          2. … sino un acercamiento de todas las Iglesias hacia lo que la Iglesia de Cristo debería ser» (ICI, 281, p. 15, 1 de febrero de 1967); o Monseñor Bourgeois, Obispo de Autun: «Mientras que la unidad no se realice, ninguna Iglesia puede pretender ser ella sola la única auténtica Iglesia de Jesucristo (ICI, n. 585, p. 20, 15 de abril de 1983).
            ¡A estos no tuvieron criadillas para exumulgarlos como a Lefebvre!

            «¿Ve, de nuevo, como es usted un mentiroso? ¿O es otro «despiste»? ¿A quién se ha admitido en la Iglesia negando dogmas? ¡Ni siquiera a usted! Así que, no invente».

            Forma parte de su error anterior.
            Pero ya que lo dice, empezando por los dos sinvergüenza que he citado, a Bergobrio al que además ha hecho Papa.

            Y usted sigue retrasándose con sus insultos.

          3. No ponga la excusa de «los modernistas», cuando esa es su propia interpretación (o una ajena prestada, que usted repite «ad nauseam»), como ha dejado claro en docenas de comentarios. Y lo de «no hacer proselitismo, que es pecado», es una ocurrencia de Francisco. ¿No ha habido «modernistas» hasta ahora? ¡Ande, a otro perro con ese hueso! Eso sí que no cuela. Y deje ya el monotema: el que toca es la misa. El resto no interesa. Y, si interesa a alguien, puede encontrarlo, cuando esa persona quiera, en los mismos sitios de donde lo saca usted, no cuando usted lo decida, empapelando los comentarios con lo mismo, una vez, y otra, y otra, y otra…

          4. “Y lo de «no hacer proselitismo, que es pecado», es una ocurrencia de Francisco”.

            Lo de «no hacer proselitismo, que es pecado» será Bergoglio el primero que lo ha dicho, pero lo de que la Iglesia no hace proselitismo el primero en decirlo (Bergoglio no para de citarlo), fue Benedicto XVI en la Misa de inauguración de la V conferencia del episcopado latinoamericano y del Caribe, 13/05/2007: “La Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por «atracción»…».
            No es invento mío lo que afirmo de que algunos sostienen que la unidad de la Iglesia es tan importante que admiten que aquellos que se separaron de ella por negar determinados dogmas deberían ser admitidos en plena comunión, aún siguiendo negándolos: “Roma no debe exigir de oriente una doctrina del primado distinta de la que fue formulada y vivida en el primer milenio…

          5. … el patriarca Atenágoras le reconocía como sucesor de Pedro y como el primero en honor entre nosotros, y presidente de la caridad… Y Roma no debe pedir nada más. La unión podría conseguirse aquí sobre la base de que, por un lado, oriente renuncie a combatir como herética la evolución occidental del segundo milenio y a aceptar como correcta y ortodoxa la figura que la Iglesia católica ha ido adquiriendo a lo largo de esta revolución. Y, viceversa, occidente debería reconocer como ortodoxa y correcta a la Iglesia de oriente, bajo la forma que ha conservado para sí… a la luz de un análisis más detallado, se descubren, dentro de esta posibilidad teológica, múltiples dificultades, que van desde el Filioque hasta la cuestión de la indisolubilidad del matrimonio. Pero a través de las dificultades, que unas veces serán más destacadas por oriente y otras por occidente,…

          6. … debemos aprender que la unidad es, por su parte, una verdad cristiana, un elemento esencial del cristianismo, y que ocupa una posición tan alta en la jerarquía de valores que sólo puede ser sacrificada ante cosas total y absolutamente fundamentales, pero no cuando lo que se discute son formulaciones o prácticas que, aunque muy importantes, no destruyen la comunión en la fe de los padres y en su forma eclesial básica” (Ratzinger, Principios de la Teología Católica, pág. 238 y 239).
            ¿El dogma de la Infalibilidad papal, que el Espíritu Santo proviene también del Hijo, o la indisolubilidad del matrimonio, no destruyen la comunión en la fe?

          7. Ya avisó Pío XI sobre los que entendían el ecumenismo como un ceder de ambas partes, la Iglesia y los herejes: “¿Y habremos Nos de sufrir -cosa que sería por todo extremo injusta- que la verdad revelada por Dios, se rindiese y entrase en transacciones? Porque de lo que ahora se trata es de defender la verdad revelada” (Mortalium Animos, Pío XI).

          8. «lo de que la Iglesia no hace proselitismo el primero en decirlo (Bergoglio no para de citarlo), fue Benedicto XVI»

            Con una diferencia: a qué se refería cada uno. Mientras que el uno se refiere a la forma de hacerlo (la acepción negativa de forzar las conversiones, algo imposible, por otro lado), al otro le parece mal que los de fuera de la Iglesia se conviertan en católicos. ¡Igualito! No le creía a usted tan simple: Francisco emplea montones de términos, y hasta frases enteras de sus predecesores (sacadas de contexto, mayormente), para decir justo lo contrario que éstos. Lo hemos visto muchas veces, siendo el ejemplo paradigmático «Amoris laetitia». Así que, tomar una palabra o frase de Francisco y decir que no ha sido el primero en usarla, teniendo en cuenta la forma torticera en que las emplea, es lo mismo que nada.

            «Roma no debe exigir de oriente…»

            Usted tendrá mala memoria (o lo finge), pero ya lo discutimos. Tire de buscador.

  6. Muchas misas actuales son un verdadero desastre litúrgico, no entró en la cuestión de su validez pues no soy competente. Hoy, como son muy minoritarias, las misas vetus ordo suelen ser mucho más cuidadas en todos los aspectos, y de eso no cabe tampoco la menor duda. Pero cualquier persona de cierta edad y con memoria, además de los que estudian estas cuestiones sin apasionamiento, saben que muy a menudo esa misma misa hoy vetus ordo, cuando era la misa común, era celebrada también muy a menudo de forma muy deficiente. Misas brevísimas, latines entre dientes, indiferencia casi total de los asistentes que no comprendían casi nada (a pesar de los misales), nula participación, hasta el punto de que mucha gente aprovechaba para rezar el rosario mientras se celebraba la misa, incluso se predicaba mientras se celebraba. ¿Cómo se celebraban las mandas de cientos de misas en tantos testamentos? Quiero decir que está bien criticar los abusos actuales, que son gravísimos,

    1. No lo entiende porque han modificado totalmente el sentido de la Misa, que ahora pasa a ser una asamblea presidida por el sacerdote y un banquete de hermandad, donde se insiste en el carácter comunitario (cum populo), como si no fuera posible la Misa sin pueblo (sine populo). Se insinúa que el pueblo ejerce su oficio sacerdotal (conferido en el bautismo) y ofrece el sacrificio de la Misa junto con el sacerdote, que poco más que sólo preside la asamblea.
      En cuanto a rezar durante la Misa, dado que prima en la misma el carácter propiciatorio y sacrificial y es el memorial del Sacrificio de la Cruz, y que el sacrificio lo presenta el sacerdote, y sólo él, los santos decían que se debía estar en ella como Nuestra Señora y San Juan en el Calvario; actitud en la que no estorban otras oraciones, como establece el Catecismo Mayor de San Pio X:

      Continúa…

      1. “670.- ¿Estorba oír la Misa con fruto el rezo del Rosario y de otras preces durante la misma? – El rezo de esas preces no estorba oír con fruto la Misa, con tal que se procure buenamente seguir las ceremonias del santo sacrificio”.
        En cuanto a los «latines entre dientes», estaba ordenado así en el rito. El propio Concilio de Trento en el Canon IX sobre la Misa, dice: “Si alguno dijere, que se debe condenar el rito de la Iglesia Romana, según el que se profieren en voz baja una parte del Cánon, y las palabras de la consagración… sea excomulgado”.
        La Misa es para Dios, no para los hombres.

  7. Pero no desde la idealización de tiempos pasados en los que, como ahora, había de todo.
    Conozco a muchas personas que vivieron el cambio del rito con enorme alegría y esperanza. Y otras que no. Seguramente no debió llegarse tan lejos en la reforma, pero aún así es posible hoy oír misas muy hermosas y bien celebradas en casi todas partes. Hay que saber buscar, como también lo hacían nuestros padres y abuelos.

    1. Del pasado hablan solo los que se empeñan en buscar razones para defender lo indefendible. Estamos hablando de hoy, no de 1962 o 1950. Pero incluso así; ni una celebración apresurada en el vetus ordo, ni un latín entre dientes ni el feligrés que entienda o no entienda, (que lo fundamental lo entendía y mejor de lo que lo hace hoy el feligrés medio, que ni siquiera cree en la presencia real), ningún mal ars celebrandi en el vetus ordo es comparable a las misas nuevas en las que la gente entra y se sienta sin hacer una genuflexión, donde la gente comulga sin pasar por el confesionario, donde el ayuno eucarístico es una broma, donde los fieles acuden en shorts, la musica es una ofensa constante y los sacerdotes o están aplastados por un muchedumbre de laicos que se pasean por el altar o son showmen frente a su audiencia e ignoran las rúbricas. Es un insulto a la fe de padres y antepasados, incluidos los más grandes santos de la Iglesia, pretender siquiera que ambos ritos son comparables.

    2. «aún así es posible hoy oír misas muy hermosas y bien celebradas en casi todas partes. Hay que saber buscar»

      A ver si se aclara, porque no se puede soplar y sorber al mismo tiempo: ¿en qué quedamos? ¿Se encuentran en casi todas partes, o hay que buscar? Si es lo primero, no hay nada que buscar, porque te las encuentras en casi todas partes. Y, si hay que buscar, es que no es así en casi todas partes, sino más bien en casi ninguna parte.

      Por otro lado, ¿qué quiere decir «bien celebradas»? ¿Que siguen el misal? ¿Seguro? ¿En cuántas misas actuales hay Incensación y Lavabo? Porque es obligatorio, no opcional. Y, por otro lado, ¿conoce usted muchas misas en las que el sacerdote obedezca todas las rúbricas que ordena el misal (que tampoco son opcionales)? En varios momentos de la misa mandan que el celebrante, «volviéndose hacia los fieles…» (imposible de cumplir si está de frente a ellos). ¿Pasarse el misal por el forro es «celebrar bien»?

  8. Básicamente Cathólicus y Quien como Dios están de acuerdo en que la misa novus ordo es heterodoxa en relación a la misa inmemorial aprobada en el Concilio de Trento, luego si es herética, quizás llevamos 6o años asistiendo a una misa que es nula de pleno derecho, o sea una pantomima modernista cuyo sacrificio de la misa y la consagración pueden estar viciadas. Pablo VI se ha ganado la beatificación a pulso que ahora la hacen los masones, como antes la nueva misa la hicieron los herejes de toda laya. A medida que profundizamos gracias a los que saben como Cathólicus y Quién como Dios en el panorama eclesial la verdad es mas terrible de lo que pensaba. La única solución que cabe es anular el concilio entero y todos los documentos del heresiarca Pablo VI, mientras que no se haga esto, la iglesia seguirá a la deriva como barco fantasma rumbo a ninguna parte, hasta que un remolino se la trague definitivamente.

    1. Aclaro que yo no creo en absoluto que el «novus ordo» (que no es lo que pidió el CVII) sea «herético», aunque no sea el Rito Romano traducido, como muchos creen erróneamente. Si lo abrogan no lo voy a echar de menos. Tampoco creo que lo fuera Pablo VI, aunque fuera un pésimo papa; y el resultado de su cabezonería más aún. No dudo de su buena intención, pese a los desastrosos resultados, que le sobrepasaron ya en vida.

    2. Se debería hacer alguna especie de «contrarreforma» contra ese concilio y declararlo heretico, dirán que «ya es demasiado tarde para esto».. pero bueno mejor tarde que nunca, la contrarreforma llevo muchos años también.

      1. Y, ¿para qué? La propia Comisión Doctrinal del CVII emitió una Declaración (adjunta a la «Lumen gentium»), donde aclara que los católicos sólo tienen obligación de creer lo definido previa y expresamente por la Iglesia (cosa que no ocurrió en el CVII, que no definió absolutamente nada).

  9. Yo hace mucho que no discuto sobre la licitud o no del novus ordo. Discuto solo sobre los hechos: es evidente que la gente, empezando por los sacerdotes, ha perdido masivamente la fe en lo que se celebra y que, frente a eso, la única salvaguarda segura es volver a la «misa de siempre». Así que siempre que se pueda, hay que acudir a ella, e invitar a las almas a participar en ella.

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