Pierre-André Dumas, obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, se encuentra en el hospital recuperándose de las heridas que le causó una explosión cerca de donde se hospedaba.
«Se viven horas de aprensión en Haití por monseñor Pierre-André Dumas, obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, impactado el domingo 18 de febrero por una explosión en la casa donde se alojaba durante su visita a Puerto Príncipe», se lee en el L’Osservatore Romano.
En medio del clima de crispación política, generado por las protestas antigubernamentales en la capital de Haití desde el 7 de febrero, Puerto Príncipe, monseñor Pierre André Dumas, obispo de Anse-à-Veau/Miragoâne y vicepresidente del Episcopado de Haití, sufrió un atentado.
En un comunicado, suscrito por la propia Conferencia Episcopal, se informó que el prelado fue “alcanzado ayer [domingo] por una explosión que alcanzó la casa donde se alojaba durante su estancia en Port-au- Príncipe”.
Asimismo indicaron que se encuentra estable de salud y fuera de peligro, por lo que han invitado a seguir orando por su pronta recuperación. Recordaron la importancia de la oración, ayuno y limosna para “vivir fructíferamente” este tiempo de Cuaresma.
Sobre este atentado en contra del Obispo aún no se manejan hipótesis, siguen las investigaciones. Por ahora el Episcopado haitiano ha pedido a todos sus compatriotas a “no caer en la trampa de la violencia, y de las luchas fratricidas que desprecian y burlan nuestra dignidad, desfiguran nuestra humanidad y deshonran la imagen de nuestro país”.
Desde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) han manifestado su cercanía y dolor con el obispo haitiano por el atentado del que ha sido víctima. «Lamentamos y repudiamos este hecho de violencia, como así también expresamos nuestro rechazo a todas las situaciones de injusticia y sufrimiento que vive el pueblo de ese querido país», dice la nota del CELAM.
El obispo que se ofreció a cambio de las monjas secuestradas
A finales de enero fueron secuestradas seis religiosas en Haití. Este obispo fue el que tuvo el gesto heroico al ofrecerse de intercambio por las monjas. «Secuestrar a mujeres que dedican su vida a salvar a los pobres y a los jóvenes es un gesto que verá el juicio de Dios», declaró el prelado a los medios vaticanos.
Pierre-André Dumas, quien también ejerce como vicepresidente de la Conferencia Episcopal del país, dio las gracias al Señor por la liberación de los ocho rehenes: «Este acontecimiento traumático -escribió- ha puesto una vez más a prueba nuestra fe, pero ésta permanece inquebrantable. Hemos ‘clamado’ a Dios, continúa, y ‘Él nos ha hecho fuertes en nuestras pruebas y ha devuelto a nuestros cautivos a la libertad. Ha convertido los corazones endurecidos y liberará a Haití de todo mal, para que todos sus hijos conozcan la alegría de una libertad inestimable». La Iglesia sigue comprometida con el advenimiento de una era de justicia y de paz en Haití».
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Haití es el único país consagrado explícitamente al Demonio.
Una Consagración a Cristo Rey y a la Virgen Santísima sería el remedio perfecto para sacar a este país de la situación que enfrenta desde su Independencia.