El sacerdote Marciano Vidal, que fue investigado por el Vaticano por escritos heterodoxos, niega la comunión en la boca en Madrid

Marciano Vidal Marciano Vidal
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El sacerdote Marciano Vidal de la parroquia del Perpetuo Socorro en Madrid ha negado la comunión en la boca a una joven.

InfoVaticana ha tenido acceso al vídeo de la conversación que mantiene la joven con el sacerdote. Al acabar la Misa, la chica entró en la sacristía para preguntarle al sacerdote el motivo por el que negó su derecho a recibir la comunión en la boca. La respuesta del sacerdote fue decir que «yo la doy en la mano». La joven le respondió que «la forma preferencial es en la boca» a lo que Marciano Vidal le volvió a responder diciendo que «no, es en la mano» y que es de que la forma preferencia es en la boca «lo dirá usted».

La joven reprochó al sacerdote que le dejara sin comulgar y que se negara a darle la comunión a lo que el sacerdote hizo caso omiso y pasó de ella dejándole sin comulgar porque él no da la comunión en la boca.

La joven ha puesto en conocimiento del obispado los hechos sucedidos argumentando que «la instrucción Redemptionis Sacramentum, reconoce el modo de comulgar como un derecho de los fieles, no una prerrogativa de los sacerdotes».

Por desgracia, no es la primera vez que ocurre esto en la parroquia del Perpetuo Socorro de Madrid. El año pasado, ya informamos que el sacerdote Daniel Cubillo de la misma parroquia redentorista negó a otro fiel la comunión en la boca.

Así lo contó este feligrés a InfoVaticana: «A la hora de la comunión, respetuosamente, me esperé el último para evitar incomodidades a quien pudiera ir detrás de mi y le inquietara recibir la comunión después de que alguien comulgara en la boca. Me detuve delante del sacerdote y me dijo: «en la mano». Le pedí varias veces, escrupulosamente suave por encontrarnos en el momento de la Comunión, que me la diera en la boca. Se negó, se dio la vuelta y se marchó».

¿Quién es Marciano Vidal?

Marciano Vidal, de 87 años, está considerado como «uno de los moralistas más importantes en lengua española». Es sacerdote y pertenece a la Congregación del Santísimo Redentor (redentoristas). Ha sido profesor ordinario en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) y en el Instituto Superior de Ciencias Morales (Madrid), y profesor extraordinario en la Academia Alfonsiana (Roma). Ha dedicado una intensa actividad a la renovación de la moral católica según el Concilio Vaticano II. Es también colaborador de la Revista Vida Nueva.

En el año 2001, siendo Ratzinger prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicó la Santa Sede una nota firmada por el prefecto de Doctrina de la Fe sobre algunos escritos controvertidos de este sacerdote redentorista.

«Una de las misiones encomendadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe es velar y custodiar la doctrina de la fe, para que el Pueblo de Dios se mantenga fiel a la enseñanza recibida. Por ello, en ocasiones, debe hacer juicio de doctrina y advertir, incluso con notificación pública, sobre ambigüedades o errores expresados en algunas publicaciones de especial difusión que pueden dañar la fe del Pueblo de Dios, en orden a su oportuna rectificación. Tal notificación, a veces resulta necesaria, aun cuando el autor se muestre bien dispuesto a rectificar o ya esté rectificando», se lee en la nota de Ratzinger.

La Congregación tuvo que intervenir «a causa de los errores y de las ambigüedades encontrados, de su difusión y, sobre todo, de su influencia en la formación teológica» en algunos escritos de este sacerdote.

La primera vez que Marciano Vidal se defendió de los errores indicados por Ratzinger, la Congregación consideró su respuesta como «insatisfactoria, y decidió ofrecer al Autor una nueva posibilidad de clarificar su pensamiento».

Errores con el aborto, homosexualidad, ética sexual y masturbación

La Congregación para la Doctrina de la Fe «acogió con satisfacción la disponibilidad manifestada por el Autor para corregir las ambigüedades referentes a la procreación artificial heteróloga, al aborto terapéutico y eugenésico y a las leyes sobre el aborto, así como su declarada adhesión al Magisterio de la Iglesia por lo que se refiere a los principios doctrinales, pero notando que el Autor no proponía modificaciones concretas y sustanciales a las otras posiciones erróneas señaladas en la Contestatio, juzgó necesario preparar una Notificación», reza la nota de Doctrina de la Fe.

El 7 de febrero de 2001, la Congregación para la Doctrina de la Fe consideró satisfactoria la adhesión de Vidal y confirmaron las resoluciones tomadas anteriormente, es decir, que se publicara la presente Notificación. Decidieron, además, que las ediciones de Moral de Actitudes (incluido el volumen sobre la moral social), del Diccionario de ética teológica y de La propuesta moral de Juan Pablo II, así como sus traducciones a otros idiomas, anteriores a la fecha de esta Notificación «no pueden ser utilizados para la formación teológica, y que el Autor debe reelaborar, especialmente Moral de Actitudes, bajo la supervisión de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Española».

Además, la Congregación detalló en la nota que Marciano Vidal afirma en sus escritos «que los métodos interceptivos, es decir, aquéllos que actúan después de la fecundación y antes de la anidación, no son abortivos» e incluso son moralmente aceptables «en situaciones de notable gravedad, cuando es imposible el recurso a otros medios». Doctrina de la Fe denuncia en la nota que la posición de Vidal acerca del aborto terapéutico «es ambigua«.

Vidal escribió que la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad posee cierta coherencia, pero no goza de suficiente fundamento bíblico y adolece de importantes condicionamientos y ambigüedades. Sobre la valoración moral de la homosexualidad, Marciano Vidal defiende que se debe «adoptar una actitud de provisionalidad», y desde luego «ha de formularse en clave de búsqueda y apertura».

Según el sacerdote, dice que no se ha probado «la gravedad ex toto genere suo de la masturbación» y que por tanto «no todo acto de masturbación es “materia objetivamente grave«.