Müller advierte a los sacerdotes de que cometerán sacrilegio si bendicen parejas homosexuales

Cardenal Müller Cardenal Müller
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Ante el revuelo causado por la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el ex prefecto de dicho Dicasterio, el cardenal Müller ha emitido una importante reflexión sobre este documento.

El comentario del cardenal alemán ha sido distribuido a varios medios de comunicación para su difusión. The Pillar para lengua inglesa, La Bussola Cotidiana para habla italiana, Kath.net en alemán e InfoVaticana para lengua española. Compartimos a continuación el comentario del cardenal Gerhard Müller:

La única bendición de la madre Iglesia es la verdad que nos hará libres

Notas sobre la declaración Fiducia Supplicans

Cardenal Gerhard Ludwig Müller

El Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la fe (= DDF), con la declaración Fiducia supplicans (=FS) sobre el sentido pastoral de las bendiciones, ha realizado una afirmación inaudita en la enseñanza de la Iglesia católica. Pues este documento afirma que es posible a un sacerdote bendecir, no litúrgicamente sino privadamente, parejas que viven la sexualidad fuera del matrimonio, incluidas parejas del mismo sexo. Las múltiples preguntas de obispos, sacerdotes y fieles laicos que han surgido ante estas afirmaciones merecen una respuesta clara y distinta. 

¿No está esta afirmación en directa contradicción con la doctrina católica? ¿Está obligado el fiel a aceptar esta nueva enseñanza? ¿Está permitido al sacerdote cumplir este tipo de bendiciones privadas recién inventadas? ¿Y puede prohibirlas el obispo diocesano en caso de que se dieran en su diócesis? Para responder, veamos qué enseña exactamente este documento quisiera que creyéramos y en qué argumentos se apoya.

El documento en cuestión, que la asamblea general de cardenales y obispos de este Dicasterio no discutió ni aprobó, reconoce que la hipótesis (¿o enseñanza?) que propone es completamente nueva, y que se basa sobre todo en el magisterio pastoral del Papa Francisco. Según la fe católica, el Papa y los obispos pueden poner ciertos acentos pastorales y relacionar de forma creativa la verdad de la revelación con los nuevos desafíos de cada época, por ejemplo en el campo de la doctrina social o de la bioética, respetando los principios fundamentales de la antropología cristiana. Pero estas innovaciones no pueden ir más allá de lo que les ha sido revelado de una vez por todas por los Apóstoles como Palabra de Dios (Dei verbum 8). De hecho, no se encuentran textos bíblicos o textos de los padres o doctores de la iglesia ni documentos anteriores del Magisterio que apoyen las conclusiones de FS. Además, se trata de un salto doctrinal. Pues sólo se puede hablar de desarrollo de la doctrina si la nueva explicación está contenida, al menos implícitamente, en la revelación y, ante todo, no contradice las definiciones dogmáticas. Y un desarrollo doctrinal que alcanza un sentido más profundo de la enseñanza tiene que haberse producido gradualmente, a través de un tiempo largo de maduración (cf. Dei verbum 8). Ahora bien, el último pronunciamiento magisterial sobre este tema lo dio la misma Congregación para la Doctrina de la Fe en marzo de 2021, hace menos de tres años, negando categóricamente la posibilidad de bendecir estas uniones. Esto se aplica tanto a las bendiciones públicas como a las bendiciones privadas sobre personas en condiciones de vida pecaminosas. 

¿Cómo justifica FS que, aun proponiendo una doctrina nueva, no se niega con ella cuanto afirmaba el anterior documento de 2021? 

FS reconoce, en primer lugar, que tanto el Responsum como la doctrina valida y vinculante tradicional sobre las bendiciones no permiten que se bendigan situaciones que son contrarias a la ley de Dios y el Evangelio de Cristo, como es el caso de las uniones sexuales fuera del matrimonio. Esto es claro para los sacramentos, pero también para otras bendiciones que Fiducia supplicans llama “litúrgicas” y que se encuentran entre los ritos que la Iglesia ha llamado “sacramentales”, como se describen en el Ritual Romano posterior al Vaticano II. En estos dos tipos de bendiciones tiene que darse consonancia entre la bendición y la enseñanza de la Iglesia (FS 9-11).

Por eso, para poder aceptar la bendición de situaciones que son contrarias al Evangelio, el DDF propone una solución original: ampliar el concepto de bendición (FS 7,12). Esto se justifica de la siguiente forma: “Se debe también evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones solo a este punto de vista [las bendiciones “litúrgicas” de los sacramentos y de los sacramentales], porque nos llevaría a pretender, para una simple bendición, las mismas condiciones morales que se piden para la recepción de los sacramentos” (FS 12). Es decir, es necesario un nuevo concepto de bendición, que llegue más allá de los sacramentos, para poder acompañar también el camino de quien vive en pecado. 

Ahora bien, esta expansión más allá de los sacramentos ya se daba, de hecho, a través de los sacramentales. La Iglesia no ha pedido las mismas condiciones morales para una bendición que para recibir un sacramento. Esto ocurre, por ejemplo, ante un penitente que no quiere abandonar su situación de pecado, pero que puede humildemente pedir una bendición personal para que el Señor le de luz y fuerza para llegar un día a entender y seguir las enseñanzas evangélicas. Para esto no haría falta un nuevo tipo de bendición. 

¿Para qué es necesario entonces ampliar el sentido de una bendición, si ya las bendiciones como las entiende el ritual romano van más allá de los sacramentos? 

Es que la bendición entendida en forma tradicional, aunque va más allá de los sacramentos, solo permite bendiciones de “cosas, lugares o circunstancias que no contradigan la norma o el espíritu del Evangelio” (FS 10, citando el ritual romano). Y este es el punto que se quiere superar, pues se quieren bendecir circunstancias, como una relación estable entre personas del mismo sexo, que contradicen la norma y el espíritu del Evangelio. Es verdad que la Iglesia puede añadir „nuevos sacramentales “a los ya existentes (Vaticano II: Sacrosanctum Concilium 79), pero no cambiar su significado de tal manera que trivialicen el pecado, sobre todo en una situación cultural cargada ideológicamente que además induce a error a los fieles. Y este cambio de significado es precisamente lo que sucede en FS, que inventa una nueva categoría de bendición más allá de la que está ligada a un sacramento o a los sacramentales como los había entendido hasta ahora la Iglesia. FS dice que se trata de bendiciones no litúrgicas, propias de la piedad popular. Tendríamos así estos tres niveles: 

  1. Oraciones ligadas a sacramentos, que piden que la persona esté en gracia para recibirlas, o que se quiera apartar del pecado. 
  2. Bendiciones como las que recoge el Ritual Romano y como las ha entendido siempre la doctrina católica, que se pueden dirigir a personas, incluso cuando viven en pecado, pero no a “cosas, lugares o circunstancias contrarias a la norma o al espíritu del evangelio” (FS 10, citando el Ritual Romano). Así, por ejemplo, podría bendecirse a una mujer que ha abortado, pero no una clínica abortista. 
  3. Las nuevas bendiciones que propone FS serían bendiciones pastorales, no litúrgicas ni rituales. Por tanto, ya no tendrían tampoco la limitación de las bendiciones descritas en el Ritual Romano (tipo “b”). No sólo podrían aplicarse, como en las bendiciones del Ritual Romano, a personas en pecado, sino también a cosas, lugares o circunstancias contrarias al Evangelio. 

La novedad está en estas bendiciones de tipo “c”, o “bendiciones pastorales”, que por no ser litúrgicas sino más bien de “piedad popular”, no comprometerían, según FS, la doctrina evangélica, y no tendrían que guardar coherencia ni con las normas morales ni con la doctrina católica. ¿Qué decir de esta nueva categoría de bendiciones?

Una primera observación es que no se encuentra base para este nuevo uso en los textos bíblicos que se aducen, ni tampoco en ninguna declaración anterior del Magisterio. Incluso los textos que se ofrecen del Papa Francisco tampoco ofrecen pie a este nuevo tipo de bendiciones. Pues ya las bendiciones de acuerdo con el Ritual Romano (tipo “b”) permiten bendecir a alguien que vive en pecado. Y este tipo de bendiciones puede aplicarse sin problema a quien está en la cárcel o en una casa de rehabilitación, como dice Francisco (citado en FS 27). Las nuevas bendiciones pastorales (tipo “c”) van más allá de lo dicho por Francisco, pues con estas bendiciones se podría bendecir también una realidad contraria a la Ley de Dios, como la relación extramatrimonial. De hecho, según el criterio de estas bendiciones pastorales se llegaría al absurdo de poder bendecir, por ejemplo, una clínica abortista o un grupo mafioso. 

A partir de aquí surge una segunda observación: es siempre arriesgado inventar nuevos términos contrarios al uso corriente del lenguaje. Pues este modo de proceder da lugar a ejercicios arbitrarios del poder. En nuestro caso, la bendición tiene una objetividad propia, y no puede ser redefinida para que se amolde a una intención subjetiva contraria a la esencia de una bendición, pues se caería en la arbitrariedad. Viene a la mente la famosa frase de Humpty Dumpty en Alicia en el País de las Maravillas: “Cuando yo uso una palabra significa lo que yo elijo que signifique, ni más ni menos”. Alicia responde: “la cuestión es si puedes hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes”. Y Humpty Dumpty sentencia: “la cuestión es quién es el que manda aquí; eso es todo”. 

La tercera observación se refiere al concepto mismo de “bendición no litúrgica”, con la que no se pretende sancionar nada (FS 34), y que sería la bendición pastoral (tipo “c”). ¿En qué se diferencia de la bendición contemplada en el Ritual Romano (tipo “b”)? La diferencia no es la espontaneidad, que ya es posible en bendiciones de tipo “b”, pues no es imprescindible que estén regladas o aprobadas en el Ritual. Tampoco está la diferencia en la piedad popular, pues las bendiciones de acuerdo con el Ritual Romano son ya aptas para tal piedad popular, que necesita la bendición de objetos, lugares y personas diversas. Parece que esta bendición pastoral (tipo “c”) está creada ad hoc para poder bendecir situaciones contrarias a la norma o espíritu del Evangelio. 

Esto nos lleva a una cuarta observación, que se refiere al objeto de esta bendición pastoral, que la diferencia de la bendición de acuerdo con el Ritual Romano, pues la bendición pastoral se imparte sobre situaciones contrarias al Evangelio. Nótese que aquí no se bendicen solo a personas pecadoras, sino que, al bendecirse a la pareja, se bendice a la relación pecaminosa en sí misma. Ahora bien, Dios no puede enviar su gracia sobre una relación que se opone directamente a Él, y que no puede ordenarse en un camino hacia Él. La relación sexual extraña al matrimonio, qua relación sexual, no puede acercar a los hombres a Dios, y no puede por tanto abrirse a la bendición de Dios. Por eso, aun cuando se realizara esta bendición, su único efecto sería confundir a las personas que la reciben o que asisten a la bendición, que pensarían que Dios ha bendecido lo que Él no puede bendecir. Es verdad que el cardenal Fernández, en declaraciones al medio Infovaticana, ha aclarado que no se está permitiendo bendecir a la unión, sino a la pareja, pero esto es jugar con los conceptos, pues la pareja se define precisamente por su unión.

La dificultad de bendecir la unión es especialmente clara en el caso de la homosexualidad. Pues la bendición, en la Biblia, tiene que ver con el orden creado por Dios, que Él vio que era bueno. Este orden se apoya en la diferencia sexual de hombre y mujer, llamados a ser una sola carne. La bendición de una realidad que se opone a la creación, no solo no es posible, sino que constituye una blasfemia. Pues, de nuevo, la cuestión no es bendecir a personas que “estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio” (FS n.30), sino bendecir esa misma unión que no puede paragonarse al matrimonio. Para eso precisamente FS quiere crear un nuevo tipo de bendición (FS 7; FS 12).

Algunos argumentos aparecen en FS para intentar justificar estas bendiciones. En primer lugar, la posibilidad de condiciones que eximen de la culpabilidad moral. Pero estas condiciones se refieren a la persona, no a la relación misma. Se habla también de que solicitar la bendición es el bien posible que estas personas pueden realizar en sus condicionamientos, como si pedir la bendición constituyese ya una apertura a Dios y a la conversión. Pero eso puede ser verdad de la persona que pide la bendición para sí, no de la que pide que se bendiga su relación o su pareja, pues esta persona quiere entonces justificar ante Dios la relación misma, sin percibir que, como tal relación, aleja a la persona de Dios. Finalmente, se alega que en la relación hay elementos positivos, y que estos pueden bendecirse, pero estos elementos positivos (por ejemplo, que se ayude a la otra persona en una enfermedad) son accidentales a la relación misma, cuya naturaleza es compartir la sexualidad, y no cambian la naturaleza de esta relación, que en ningún caso puede dirigirse hacia Dios, como ya indicaba el Responsum de la Congregación para la Doctrina de la fe de 2021. También en una clínica abortista hay elementos positivos, desde los anestesistas que evitan el dolor físico de la persona, hasta el deseo de los médicos de proteger el proyecto de vida de la mujer que aborta. 

Una quinta observación toca la coherencia interna de esta misma bendición pastoral (tipo “c”). ¿Puede darse una bendición no litúrgica? ¿O una bendición que no represente oficialmente la doctrina de Cristo y de la Iglesia? La clave para responder no está en saber si los ritos han sido aprobados oficialmente o, por el contrario, se improvisan espontáneamente. La cuestión es que quien realiza la bendición es un sacerdote, representante de Cristo y de la Iglesia. FS afirma que no hay problema en que el sacerdote se una a la oración de las personas que se encuentran en esta situación contraria al Evangelio (FS 30), pero en esta bendición pastoral el sacerdote no se une a la oración de ellos, sino que invoca el descenso de los dones de Dios sobre la relación misma. En cuanto que el sacerdote obra en nombre de Cristo y de la Iglesia, pretender separar esta bendición de la doctrina es postular un dualismo entre lo que la Iglesia hace y lo que la Iglesia dice. Pero la revelación, como enseña el concilio Vaticano II, se da con signos y palabras intrínsecamente unidos entre sí (Dei Verbum 2), y la predicación de la Iglesia no puede tampoco separar signos y palabras. Precisamente la gente sencilla, a la que el documento quiere favorecer fomentando la piedad popular, es la más vulnerable a ser engañada por un signo que contradice la doctrina, pues capta intuitivamente el contenido doctrinal del signo. 

A la vista de esto, ¿puede un fiel católico aceptar la enseñanza de FS? Dada la unidad entre signo y palabra en la fe cristiana, la única forma en que se puede aceptar que sea bueno bendecir, en cualquier modo, estas uniones, es porque se piensa que tales uniones no son objetivamente contrarias a la Ley de Dios. De aquí se sigue que mientras el Papa Francisco siga afirmando que las uniones homosexuales son siempre contrarias a la Ley de Dios, está afirmando implícitamente que tales bendiciones no se pueden dar. La enseñanza de FS se encuentra, por tanto, en contradicción consigo misma, lo cual pide una clarificación ulterior. La Iglesia no puede celebrar una cosa y enseñar otra, porque, como escribió san Ignacio de Antioquía, Cristo fue el Maestro “que dijo y se hizo” (Efesios 15,1), y no se puede separar su carne de su palabra. 

La otra pregunta que nos hacíamos era si un sacerdote puede aceptar bendecir estas uniones, algunas de las cuales coexisten con el matrimonio legítimo o en las que no es infrecuente cambiar de pareja. Lo podría hacer, según FS, con una bendición pastoral, no litúrgica ni oficial (tipo “c”). Esto significaría que el sacerdote tendría que dar estas bendiciones sin actuar en nombre de Cristo y de la Iglesia. Pero esto implicaría no actuar como sacerdote. De hecho, estas bendiciones tendría que hacerlas, no como sacerdote de Cristo, sino como quien ha renegado de Cristo. Pues el sacerdote que bendice estas uniones está presentándoles, con sus gestos, como un camino hacia el Creador. Por tanto, comete un acto sacrílego y blasfemo contra el designio del Creador y contra la muerte de Cristo por nosotros para llevar a plenitud el designio del Creador. Esto implica también al obispo diocesano. Éste, como pastor de su Iglesia local, está obligado a impedir que estos actos sacrílegos sucedan, o se haría él partícipe de ellos y renegaría del mandato que le dio Cristo de confirmar en la fe a sus hermanos. 

Los sacerdotes deben proclamar el amor y la bondad de Dios a todas las personas y también apoyar con consejos y oraciones a los pecadores y a los débiles que tienen dificultades para convertirse. Esto es muy distinto que señalarles con signos y palabras autoinventados pero engañosos que Dios no es tan exigente con el pecado, ocultando así que el pecado de pensamiento, palabra y obra nos aleja de Dios. No hay bendición no sólo en lo público, sino tampoco en lo privado, para condiciones de vida pecaminosas que contradicen objetivamente la santa voluntad de Dios. Y no es prueba de una sana hermenéutica que los defensores valientes de la doctrina cristiana sean tachados de rigoristas, más interesados en el cumplimiento legalista de sus normas morales que en la salvación de personas concretas. Porque esto es lo que dice Jesús a la gente corriente: „Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.  Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera“ (Mt 11,28-30).  Y el Apóstol lo explica así: « Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?». (1 Jn 5,4-5). En un tiempo en que una falsa antropología está socavando la institución divina del matrimonio del hombre y la mujer con la familia y sus hijos, la Iglesia debería recordar las palabras de su Señor y Cabeza: „Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos“ (Mt 7,13-14).

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Comentarios
55 comentarios en “Müller advierte a los sacerdotes de que cometerán sacrilegio si bendicen parejas homosexuales
  1. El año 2021 la SCDF rechazó estas bendiciones, y ahora Francisco, contradiciendo la enseñanza de la Iglesia, dice lo contrario. Pero como no puede haber contradicción en la doctrina, y la doctrina es inmutable, entonces se concluye que Francisco se ha equivocado, y que Fiducia Supplicans no es magisterio de la Iglesia, sino ideología al servicio de la Agenda 2030 que promueve el nuevo orden mundial, que entre otras felonías quiere imponer la ideología de género.

    1. Y en cuanto a los sacerdotes que realicen estas bendiciones, además de sacrilegio harán un acto nulo, ya que el que bendice es Dios a través del sacerdote, y como Dios no quiere bendecir estas uniones, aunque pastores confundidos digan palabras de bendición, eso no tiene efecto, pues Dios no da su bendición a esas parejas.

      1. ¿ Y esos curas que cometan sacrilegio luego serán agradables a Dios o los repudiará? ¿Sus posteriores bendiciones, consagraciones serán efectivas o al estar vendidos al mal ya se anulan? Es que son blasfemos, o sea herejes, es decir, se excomulgan directamente… en estas cosas tengo dudas siempre…

        1. No se preocupe. Dios conoce desde la eternidad la formación y la conciencia de esos sacerdotes y su intención. Nosotros solo podemos prevenir y no acercarnos al error aunque venga de un documento del =DDF.

      2. «Dios no da su bendición a esas parejas». Qué limitado reservar el Reino para los que piensan como usted. Más bien, creo que Jesús se escandalizaría de estas palabras.

    2. Más escandaloso es que usted, siendo un anticatólico irredento, finja «defender» a Francisco y luego le llame mentiroso en varias ocasiones. Y, en vez de amenazar a Sacerdote Católico con hacerle vudú, debería usted someterse a un exorcismo, farsante.

      1. Este comentario sería más útil en una revista de telenovelas que en una publicación seria eclesial. Así nuestra iglesia no llega a ningún lado.

    3. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres!!!.

      Bergoglio se ha desacreditado a sí mismo hace mucho tiempo yendo en contra de la Voluntad de Dios y sirviendo los planes del Nuevo Orden Mundial como ejemplos: Amoris Laetitia, Pachamama, entronizar a un hereje excomulgado en el Vaticano ( Lutero) y apoyando la Agenda LGTB, esta bendición es sólo el primer paso, pronto querrán imponer el Matrimonio homosexual, el Diaconado femenino, etc. Por lo pronto ha dicho que todas las Religiones son iguales, gran mentira y que Todos somos Hijos de Dios, otra mentira, Dios nos ama a TODOS pero sólo se es Hijo de Dios por medio del Bautismo.

    4. KIKIPOLLAS
      Anda y vete a que te bendigan. No pasa nada porque vayas tu solo, en cuanto te vea el cura comprenderá que no te aguanta ni el que te sopla la nuca.

    5. Kiko, tu si que eres triste y penoso, eres más rojo, que las amapolas del campo. Con el Sacerdote Mariano, estamos todos los católicos de bien. El papa-pachamama, Dios ya lo ha juzgado

    6. Excelente exposición por el exprefecto para la doctrina de la fé; y con éste documento y la escritura, apoyarnos y defender la verdad revelada, contra quién fuerte, a toda costa.

    7. La «segregación de los imperfectos» es el principal problema de nuestra iglesia.
      Parafraseando a Bedoya (El País, 2016): La iglesia perdió en el siglo XIX a los obreros, en el XX a los intelectuales y a los jóvenes, y lleva todo para que en este XXI pierda a las mujeres y a los que no son heterosexuales.
      ¡Qué responsabilidad tan grande estar insistiendo sin fundamento que Jesús no aprobaría la Fiducia!
      ¡Qué responsabilidad tan contracturada acusar al Papa de querer imponer ideología de género!
      ¡Que retroceso pretender que la doctrina sea inmutable a pesar de tantas evidencias contrarias!
      En el siglo XXI, los que formamos iglesia deberíamos preocuparnos por abrirla en vez de cerrarla.

    8. … SIEMPRE hay que hablar con la VERDAD. Al hacerlo, NO SE ATACA, es deber MORAL, de TODOS….¿cuánto más de nuestros SACERDOTES? EL PECADO, NO SE BENDICE. Ruegue al ESPÍRITU SANTO la capacidad de DISCERNIMIENTO para comprender lo que está pasando, en nuestra SANTA IGLESIA CATÓLICA, que NO SERÁ DESTRUIDA, a pesar de los enormes esfuerzos que, para ello, están haciendo. AL FINAL, LOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA, TRIUNFARÁN.

    1. ¿Por qué le gusta a usted mentir tanto? Al cardenal Müller no lo quitó nadie de prefecto (no sabe usted ni escribirlo), sino que estuvo en dicho cargo el período de cinco años estipulado; del primero al último día.

      Y debería usted ir a un psiquiatra a que le cure esas neuras: ayer llamó al cardenal Burke «viejo boca aguada»; hoy llama al cardenal Müller «viejo boca floja» (cuando realmente al único que le pasa algo en la boca es a usted, que la tiene de cloaca). Aparte de tratarse su selectiva gerontofobia (como si los heterodoxos a los que usted finge «defender» fueran unos jovenzuelos), debería ser menos hipócrita (aún se oye el eco de sus farisaicas palabras diciendo que no se podía insultar ni ofender a los sacerdotes porque están consagrados) y someterse a un exorcismo, farsante.

    2. KIKIPOLLAS
      Cuando un muerde almohadas excitao y fatiguitas como tu, habla asi de un recto Cardenal como Muller, debe limpiarse la boca con salfuman.
      No se porque me da que estas cabreado porque has ido a que te bendiga el Padre Angel y como das tanto asco ha pasado de ti. No te preocupes, Dios tambien te quiere, no mucho, pero para lo que tu eres muchisimo mas de lo que te mereces.

    1. Quien seguro que no va a repetir en el cargo va a ser Francisco. Así que, tendrá usted que buscarse a otro al que llamar mentiroso. Mientras llega ese momento, tendría usted que someterse a un exorcismo, farsante.

  2. «En un tiempo en que una falsa antropología está socavando la institución divina del matrimonio del hombre y la mujer con la familia y sus hijos, la Iglesia debería recordar las palabras de su Señor y Cabeza».

    Me parece bien lo que dice, pero el cardenal no puede olvidar que la semilla de esa falsa antropología, el modernismo, entró por la puerta ancha a partir del concilio y las nuevas «teologías» a que dio lugar. Hoy cosechan y lamentan lo que sus predecesores sembraron, revestidos de un tinte de seriedad académica, pero en razón de ello, mucho más sutil y pernicioso. Recordemos que no ha sido Francisco quien besó un corán, recibió una «bendición» animista ni organizó un aquellarre ecuménico en Asís.

    1. Ni tampoco Francisco y los que son como Francisco se consagraron obispos y arzobispos ni se crearon cardenales a sí mismos: son el ‘fruto’ de los dudosos reinados de Juan Pablo y Benedicto.

      1. Ah, que las decisiones personales de cada persona, incluyendo a Francisco, no son fruto de su libre albedrío, sino que están predeterminadas por quien les consagró como obispos, ¿no? Ya, va a ser éso: Francisco estaba predestinado y el pobrecito no ha podido elegir ninguna de las decisiones que ha tomado.

        1. Sí: el que consagró obispos y creó cardenales a todos los seres infernales que hoy someten la Iglesia al poder del Diablo, es responsable. Porque no es uno, no es sólo el amoral Bergoglio: son muchísimos los que eligió.

          1. En casi tres décadas nombró a buenos, malos y regulares, y si usted piensa que los conocía a todos, es que es un ingenuo: simplemente delegaba y se fiaba de los candidatos propuestos, que, por otro lado, disimulaban en ese momento, aunque luego se les haya visto la patita.

          2. Ni esquivó la «culpa in eligendo» promocionando a los colegios episcopal, arzobispal y cardenalicio a todos estos monstruos de ahora; ni le importó la «culpa in vigilando», permitiendo con su pasividad que el m a r i c o n e o se expandiera sin freno por muchísimos seminarios, a pesar de las denuncias y los avisos (yo era un simple joven anónimo y lo sabía). Los ‘frutos’ hoy los cosechamos…

          3. ¡Ay qué malo era San Pío X, con su culpa «in vigilando» y sus nombramientos de todos esos curas, obispos y cardenales modernistas que vimos después! Que lo descanonicen. ¡Pero ya!

  3. El cardenal Müller fue un buen prefecto defensor de la doctrina, a diferencia de su sucesor Ladaria, que incurrió en varios errores, si bien el peor es Fernández, que ya es la debacle.
    La Biblia enseña que no debemos aceptar nunca las novedades que pretenden cambiar la doctrina, como están intentando el Papa Francisco y el cardenal Tucho, y por eso dice «Si alguno de nosotros o un ángel del Cielo os predicara un evangelio distinto, sea anatema.» (Gal 1,8-10)
    Las bendiciones de parejas homosexuales y demás lgtbi, así como de adúlteros y de fornicadores, son inaceptables, y suponen un quebranto de la moral católica.

  4. Bendito sea Dios por darnos verdaderos pastores como el Cardenal Müeller, son un manantial en tiempo de sequía. Con que claridad desmonta cada argumento y situación. Dios debe aborrecer la ambigüedad que padecemos, contribuyamos a desterrarla y proclamemos la Verdad.

  5. Pero ademas tampoco habia un torrente de parejas homosexuales solicitando a la iglesia que bendijese su relacion, quizas algun homosexual friki de esos que les encantan las virgenes de su pueblo y las procesiones, son contados con los dedos de la mano, estas bendiciones no van a llenar la plaza de San Pedro, al contrario la vacian, porque ahora ¿a quien le queda gana de ir a aplaudir al Papa Francisco?

  6. Si el papa permite algo que es sacrílego, ¿por qué nadie le pide responsabilidades a él y la responsabilidad recae solo en el sacerdote «obediente»?

    1. Ya ve que en otras ocasiones, cuando algún cardenal se ha permitido pedirle que le explicara algo que no estaba claro (como casi siempre), ni siquiera le ha contestado.

  7. Jose Maria G

    No es usted consciente de nada ,aunque no hubiese ninguna pareja pidiendo nada :
    El emperador persa mandaba a los reyes limítrofes unos emisarios pidiendo una ofrenda de agua y tierra , en señal de sumisión , una vez recibida el era tu señor ( en vez de emperadores eran llamados rey de reyes )
    El Papa Francisco esta ofreciendo «el agua y la tierra «

  8. Ya en Mallorca dan el visto bueno a la aberración de la bendición del pecado… Mucho me temo que donde vivo también hagan ese anuncio, pues es un obispo muy papólatra y una región donde la gente (en general) «presume» de la aberración gay, hasta con fines turísticos. En fin, ojalá me equivoque… esto es un dilema grande…

    1. Pues te toca pegar carteles en la puerta de las iglesias:

      Aquí el cura realiza sacrilegios bendiciendo el pecado nefando. Vayan a otro tempo

      Y así todos los días

  9. Dios bendiga al Cardenal Mûller y lo proteja, como a todos los que mantienen la verdadera doctrina. Que su ejemplo inspire a tantos y tantos sacerdotes, obispos y cardenales que piensan correctamente pero que no osan salir a defenderla.

  10. No os vais a meter en ningún cisma, por la cuenta que os trae, pero ganas dan de que lo hagan cuatro frikis. Sería descogorciante una división por no querer aceptar que el Pueblo Santo de Dios lo constituyen hombres y mujeres a quienes les atraen hombres o mujeres, en proporción desigual afortunadamente.

    1. Deje de repetir la estúpida frase de «no quieren aceptar que existen asesinos en serie». ¿Quién no «acepta» tal cosa? Lo que tiene que aceptar usted es que los actos homosexuales son pecado y que si muere en ese estado se irá al infierno, Ni cisma, ni gaitas: cuando antes se convierte a la fe católica y acepte la verdad, mejor para usted.

    2. Deje de repetir la estúpida frase de «no querer aceptar que existen asesinos en serie». ¿Quién no «acepta» tal cosa? Lo que tiene que aceptar usted es que los actos homosexuales son pecado y que si muere en ese estado se irá al infierno, Ni cisma, ni gaitas: cuando antes se convierte a la fe católica y acepte la verdad, mejor para usted.

    3. Hombreee
      GULLERMO P FLOJA
      Estas desatao… ¿Has ido ya a que te bendigan? Si no has ido, para hacerlo bien, debeis poneos mirando a Cuenca. Busca en google como orientarse con una brujula mirando a cuenca o con google maps. Es facil. Si yo fuese el alcalde Cuenca os cobraría un impuesto a los bendecidos.
      Cada vez dices mas tonterias, y ademas las vas repitiendo como alma en pena por varios portales. Se un poco creativo, no cuentes siempre la misma chorrada.

  11. Yo no se ustedes pero bendecir a una pareja del mismo sexo es como bendecir su unión.

    El documento «fiducia supplicans» es demasiado ambiguo y ha generado mucha división y confusión en el pueblo de Dios.

    Ahora los protestantes se burlan de nosotros los católicos. Es como si la Iglesia hubiera perdido credibilidad. Es una desgracia. Se puede bendecir a una persona mas no se puede bendecir una unión que para Dios es pecaminosa.

    Se cumple lo de Fátima, que la Iglesia caerá en apostasía, cardenales contra cardenales, obispos contra obispos.

    Una pareja del mismo sexo es una relación y unión entre dos personas del mismo sexo. Así de simple. Al bendecir esa pareja se bendice la relación, o me equivoco? Si una pareja del mismo sexo llegan tomados de la mano a una iglesia, no creo el sacerdote vaya a decirles «Los bendigo a ambos, separense y ya no tengan mas sex0 entre ustedes, su unión es pecaminosa ante Dios, separense y vivan en castidad»

  12. Qué aula de moral y de interpretación de lógica teologal simple y veraz!
    Nada que ver con el tucho confuso y su patrón peronista burro y cansino que agoniza y quiere destrozar la Iglesia y la moral.

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