La Rota condena a un franciscano de Arantzazu por dos casos de “falso misticismo y solicitación en confesión”

Santuario de Arantzazu Santuario de Arantzazu
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El Tribunal de la Rota ha comunicado a la comunidad franciscana de Arantzazu que Francisco Javier Garrido Goitia, miembro de la misma ha sido condenado canónicamente.

El franciscano, que ahora tiene más de 80 años, ha sido condenado por dos casos de “falso misticismo y solicitación en confesión”, sentencia que ha sido ratificada por dicho tribunal.

La Provincia franciscana de Arantzazu reconoce el daño infringido y rechaza «profundamente cualquier práctica que suponga un abuso de poder, de conciencia y sexual y pide perdón sin paliativos por el sufrimiento causado».

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«Asimismo, reconocemos que, como Provincia, en este proceso no hemos sabido siempre ponernos del lado de las víctimas. Por ello, pedimos perdón a ellas, a la Iglesia y a la sociedad. Estamos dispuestos a dedicar todos nuestros esfuerzos a reparar el daño causado», se lee en la nota publicada por la comunidad.

La comunidad franciscana confirma que a Francisco Javier Garrido Goitia se le han aplicado las medidas dictadas por la sentencia que incluyen entre otras sanciones: quedar apartado de todo ejercicio ministerial o pastoral, prohibición de publicar libros y artículos o ejercer la dirección o consejo espiritual.

«Como entidad religiosa estamos poniendo todos los medios para que este tipo de situaciones no vuelvan a producirse en ningún caso. Ello supone aplicar con rigor las medidas que estamos implementando de prevención, reparación, formación, códigos de conducta, supervisión externa», reza el comunicado de los franciscanos.

El religioso condenado es licenciado en filosofía y teología por la Universidad de Friburgo (Suiza). Se dedicaba desde fundamentalmente a pastoral y al acompañamiento espiritual de las personas, especialmente en sus grupos de reflexión a universitarios y a personas de todas las condiciones y edades. Ha sido un conferenciante reconocido, escritor y ha publicado muchos libros de espiritualidad cristiana, moral, procesos de fe, franciscanismo…

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Comentarios
53 comentarios en “La Rota condena a un franciscano de Arantzazu por dos casos de “falso misticismo y solicitación en confesión”
  1. En vez de «el daño infringido» debería decir «el daño infligido». Hay que evitar confundir el verbo «infringir» con el verbo «infligir».

    1. Justo eso estaba pensando.
      He mirado el enlace, y en la nota de los franciscanos está literalmente así, incorrecto.

      La noticia de infovaticana debería poner un «(sic)» al lado de esa palabra. Lo propongo.

      Ese santuario parece un búnker.

  2. Parece imposible demostrar la culpabilidad del Padre Garrido, ya que sólo disponemos de la palabra de dos mujeres que en edad adulta dicen haber recibido solicitación en confesión, pero que no pueden probarlo, y podrían ser acusaciones falsas.
    No olvidemos que en la Historia, muchos santos han sido falsamente acusados. Así por ejemplo San Juan María Vianney fue acusado de fornicar con una joven.
    Por eso hay que ser muy prudentes a la hora de formar una opinión sobre este asunto, y en cualquier caso recordar lo de la mujer adúltera: «El que esté limpio de pecado que tire la primera piedra.»

      1. Pero si ha habido un juicio eclesiástico y se ha reconocido vergonzantemente la culpabilidad por parte de la comunidad progresista y nacionalista, pedazo de irresponsable.

        1. Apreciado Lector: Así como anda la «Iglesia de Francisco», no podemos fiarnos de una sentencia de la Rota. Recuerde la nula imparcialidad del Papa en el caso de Gaztelueta.

          1. El caso del solicitador Javier Garrido Goitia –autor recomendado en sus clases por el enemigo de la fe y franciscano de su misma edad Santiago Agrelo– no tiene nada que ver con el atropello contra los derechos humanos perpetrado por Bergoglio con el maestro inocente de Gaztelueta. Son ellos, Garrido, Agrelo y Bergoglio, los que han echado a perder la Iglesia. Eres un irresponsable.

          2. A ver, Lector, seamos objetivos. Sacerdote mariano ha señalado varias obviedades:

            1) «Parece imposible demostrar la culpabilidad del Padre Garrido». No dice que lo sea, sino que lo parece. Y, ciertamente, es muy difícil.

            2) «sólo disponemos de la palabra de dos mujeres que en edad adulta dicen haber recibido solicitación en confesión, pero que no pueden probarlo…». Salvo que cuenten con grabaciones, ya me contará si no es verdad.

            3) «…y podrían ser acusaciones falsas». Sí, podrían serlo.

            4) «Por eso hay que ser muy prudentes a la hora de formar una opinión sobre este asunto». La prudencia evita el juicio temerario; y más ante la falta de pruebas objetivas (que, de haberlas, quienes leemos la noticia no conocemos).

            Dicho lo cual, es evidente que en el caso de la Confesión los únicos testigos son el confesor y el penitente, por lo que, de diferir las versiones, siempre es la palabra del uno contra el otro.

            Por tanto, prudencia.

          3. Prudencia tú, que no crees en nada. A mí todavía me queda una brizna de fe y un soplo de inteligencia como para no blanquear nunca a esta clase de corruptores religiosos y sexuales de largo recorrido.

          4. «Prudencia tú, que no crees en nada»

            Y hablando de juicios temerarios…

            «…no blanquear nunca a esta clase de corruptores religiosos…»

            ¿Usted puede demostrar que lo sea? No. Pues vuelva a releer el punto anterior.

    1. Medio siglo pudriendo la fe y corrompiendo a los creyentes, y el resto de la vida lloriqueando perdón sin dejar de multiplicar los destrozos. Vaya primavera…

      1. Esto escribía el brontosaurio Antonio Aradillas en Religión Digital el 2 de abril de 2019:
        «La honradez educadora de Javier Garrido está más que demostrada».
        Vaya banda los Vidal-Bastante y sus patronos. Menudo putiferio de post-Concilio con la complicidad tenaz de casi todos.

    2. Desde el momento en que la confesión es un acto estrictamente privado entre el sacerdote y la confesante, no es nada sencilla la prueba de la solicitación, fuera del testimonio de esta última. Pero el hecho de que sea más de una junto con el proceso a que ha debido ser sometido el confesor conducen razonablemente a poder sostener lo contrario de lo que usted afirma.
      Y el argumento de que hay que estar libre de pecado para poder acusar a nadie de algo es estimable, desde luego, pero es que entonces nadie podría acusar a otra persona nunca de nada y esta misma web, p.e., donde se denuncian a veces omisiones del Papa -que son pecados- que usted secunda fervientemente y afea en el comentario a cada catequesis en la que no habla del aborto como a usted le gustaría carecerían de razón de ser.

      1. De acuerdo con la primera parte de su comentario. Pero, la segunda hay que matizarla:

        «el argumento de que hay que estar libre de pecado para poder acusar a nadie de algo…»

        ¿Quién sostiene tal argumento? Para lo que hay que estar libre de pecado es para condenar a alguien, no para acusarle, que no es sinónimo. Y, tras una acusación, hay que probarla, porque acusar es gratis y no implica culpabilidad (todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario).

        1. Lo condena hasta el tribunal eclesiástico de La Rota y para ti sigue siendo inocente porque, por lo visto, no ha bajado del empíreo una Erinis y desde la cúspide de la Torre Eiffel no ha declarado aún al pueblo: «Este hombre es culpable».
          Vale, tío, seguiremos esperando y aconsejando al menos a hijas y hermanas que no se confiesen con él…

          1. «Lo condena hasta el tribunal eclesiástico de La Rota…»

            ¿Con qué pruebas? Estoy deseoso de que usted las aporte (o las cite, al menos).

            «y para ti sigue siendo inocente porque…»

            Para mí no es inocente este cura en concreto, porque no lo sé. Me limito a recordar que hasta que no se demuestre lo contrario todo el mundo es inocente. Y usted aún no lo ha demostrado. Y, que yo sepa, el Tribunal de la Rota tampoco, aunque haya emitido una sentencia condenatoria (que no va a ser ni la primera, ni la última, injusta). También la Rota emite declaraciones de nulidad a montones sabiendo que son falsas. Así que, efectivamente, usted sí que tiene fe en dicho tribunal: demasiada.

          2. Demuestra que esas sentencias de nulidad son falsas como afirmas. Venga: pon aquí las pruebas. Para ti no te pides prudencia, claro. La ley del embudo hasta para justificar abusos a unas monjas en confesión…

          3. «Demuestra que esas sentencias de nulidad son falsas»

            La carga de la prueba recae en usted o en quienes afirmen que un matrimonio no ha sido válido. Yo no tengo que demostrar nada. En ésto ocurre lo contrario que con la inocencia: todos los matrimonios son válidos hasta que se demuestre lo contrario. Pero si le quedan dudas, pregúnteles a los hijos de Julio Iglesias, por ejemplo.

            » justificar abusos a unas monjas en confesión…»

            ¿Qué abusos?

          4. O sea, digo yo por mi bella cara que unas declaraciones de nulidad matrimonial son falsas, y me cruzo tranquilamente de brazos porque yo represento la verdad absoluta y no tengo que demostrar nada. Porque, claro, como todo el mundo sabe, la carga de la prueba la determina la sacrosanta Ley del Embudo.

            Postdata: los abusos cometidos por el franciscano de Aránzazu contra unas religiosas, ser maquiavélico y sin entrañas.

          5. Si dice, en abstracto (no refiriéndose a un caso concreto) que hay nulidades que son falsas, por supuesto que no tiene que demostrar nada, lo mismo que no lo demuestra con el caso de los abusos, pese a que en el primer caso, y a diferencia de éstos, es la inexistencia de matrimonio la que hay que demostrar. Que mucha gente miente para obtener nulidades, lo sabe todo el mundo; lo mismo que se sabe que mucha gente comulga en pecado mortal. Pero, si quiere, nos liamos a poner doscientas réplicas y contrarréplicas; todo menos dar su brazo a torcer.

            «los abusos cometidos por el franciscano de Aránzazu contra unas religiosas…»

            ¿Qué abusos? Debería usted contener su verborragia, ser calumniador y lenguaraz.

          6. El espejito: –No, no hay nadie más redicho que Lector aka Mr. Scrooge.

            Lector: –Ah, bueno, que si dices otra cosa, te acuso de abusos.

          7. Hacerle la competencia al troll multinicks no le deja a usted muy buen lugar. A su edad, ya debería saber cuándo parar (hay que tener un poco de dignidad).

          8. Díganos: usted, ¿cuándo da clase del latín? Porque se pasa aquí todo el día calumniando a sacerdotes. Y su familia bien, ¿verdad? Debería atenderlos más, que los tiene muy abandonados.

    1. Exacto, el edificio del Santuario es de estilo feista, brutalista, para nada religioso y espiritual. El ábside parece una exaltación de la pachamama ya hace decenios, y la cripta tiene un Cristo resucitado rojo que sólo le falta el AK-47… Todo en este santuario es espantoso… Ojalá lo hubieran reconstruido entre 1850 y 1940…

  3. No sería de extrañar que ahora el obispo Prado Ayuso, le diera un puesto a este franciscano en la comisión que ha creado para la nueva reestructuración de la diócesis, en el que ha incluido también al sacerdote acusado de abusos a menores Juan Kruz Mendizabal (Kakux).

  4. Estas babosadas escribía Xavier Pikaza sobre Javier Garrido Goitia el 9 de junio de 2018 en RELIGIÓN DIGITAL. Ya está bien, demonios, ya está bien…

    «Garrido es uno de los cuatro o cinco pensadores y guías cristianos más significativos de la iglesia española del momento actual… ha guiado y sigue guiando a millares de personas, estudiantes de universidad, religiosas deseosas de palabras, cristianos de todo tipo… nadie, por ahora, como Javier Garrido que se ha mantenido más de 40 años en la brecha de la palabra y de la vida como ejemplo de interioridad, en sencillez austera… es una propuesta esencial, para que la Iglesia siga siendo Iglesia, y la Eucaristía, Eucaristía…»

    Hay que j…

  5. Esta coba a Javier Garrido Goitia (falso místico al que la Rota ha prohibido publicar) daba José María Lorenzo Amelibia, de la Asociación de Sacerdotes Casados de España, el pasado 17 de mayo (¡2023!) en Religión Digital:

    «Javier Garrido es un sacerdote franciscano, buen teólogo, escritor y director de Ejercicios Espirituales. Estuvo durante varios años con otro compañero en la ermita e Arnotegui, en Obanos, viviendo de su trabajo, ayudando a quienes necesitaban y recibiendo a cambio el alimento para subsistir. Ha escrito varios libros de espiritualidad y compré algunos. Ahora estoy leyendo “Encuentro con Jesús de Nazaret”. Es preciso leerlo muy despacio, subrayarlo y repetirlo. Muy bueno. Si bien me gustaría fuera un poco más ágil y de lectura menos pretenciosa. Pienso seguir leyendo todas las obras de él».

  6. El nuevo complejo del santuario de Aranzazu tiene ya 70 años y fue convertido en un ejemplo perfecto de la hibridación entre modernismo constructivo, del género brutalista, con una base modernista teológica. Aránzazu es modernismo seudoteológico en piedra ¿por qué?.
    Hubo un primer proyecto neorrománico para hacer un santuario más grande en los años 20 del siglo pasado, debido al aumento de las peregrinaciones, que quedó paralizado por falta de fondos. Será en 1949 cuando el franciscano Pablo Lete, provincial de Cantabria, asuma el proyecto de llevar a cabo la ampliación, que no sería tal, sino un proyecto de nueva planta, que incluía la destrucción de la anterior iglesia. No sabemos de dónde le vino a este hombre la idea de que se creara un complejo «moderno», que daría vía libre a la falsa revelación de los arquitectos y artistas, a los que claro está había que dar autonomía; simplemente el provincial les dejó que actuaran bajo propia inspiración.

  7. al texto de Roma firmado por el Cardenal Constanti, no un simple funcionario,

    Cardenal Giovanni Constantini
    sino gran autoridad en arte sacro junto con su hermano también cardenal, Celso, ambos editores de la revista Arte Sacra: «La iglesia debe parecer iglesia, nunca asimilable a un edificio profano. Tal es la admonición de la Instrucción sobre el Arte Sagrado emanada del Santo Oficio el 30 de junio de 1952. La iglesia en cuestión, a primera vista, puede parecer una fortaleza más que una iglesia. La construcción en puntas de diamante no tiene razón de ser, ni funcional, ni decorativa en una iglesia.
    Falta también la cruz en lo más alto. La escultura es llevada hacia las formas elementales; pero la escultura debe ser clara, funcional, esto es, debe expresar el pensamiento con formas correctas. Eso lo requiere también la dignidad de los temas.

    Aquellas imágenes recientemente introducidas por algunos, parecen ser depravaciones y deformaciones del verdadero arte y que a veces repugnan.

    1. Edificios como ése han descristianizado más la sociedad que todos los inexistentes «abusos» difundidos por la prensa anticatólica (valga la redundancia), con la inestimable ayuda de mucho tonto útil que se hace eco de los mismos (y que encima abronca a quienes denuncian estas orquestadas campañas contra la Iglesia, que no tienen precisamente la finalidad de «limpiarla», sino de destruirla).

          1. Hay muchas palabras que riman con «bien». Pero, lo que yo quiera o no quiera, lo sé yo, no usted. Como tampoco sabe qué curas son abusadores o no lo son. Pero, ya lo dice su credo: calumnia, que algo queda (porque nadie cree en la precisión de su bola de cristal).

          2. No sé si es consciente de que sus ridículas réplicas no me dejan mal a mí, sino como sino a usted, que queda como un auténtico alienado.

          3. No sé si es consciente de que sus ridículas réplicas no me dejan mal a mí, sino a usted, que queda como un auténtico alienado.

          4. Pues explíqueselo a sus hijos, que luego le saldrán rana y se preguntará por qué (mientras usted hace el ridículo aquí).

  8. Lo que no se dice ahora es que este señor ha sido, durante muchos años, uno de los mayores destructores de la fe en Pamplona. Desde los “grupos de Garrido”, como todo el mundo los llamaba, se desarrollaba un proceso de deconstrucción de la fe supuestamente infantil, para construir una fe adulta. Sólo que donde Garrido demostró eficacia fue en la primera parte. Y ha sido de bueno tono para gran parte de las “señoras bien” de la ciudad deformarse en esos grupos. Sin hablar de tantas monjas… Como con tantos gurús, se descubre ahora al personaje. Eso sí, el clero ni estaba ni se le esperaba a la hora de defender la fe de los sencillos. Por los “falsos misticismos” de unos y los silencios de otros se explica el invierno actual. Ojalá sirva esto para conversión de todos…

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