(Stefano Chiappalone en la Nuova Bussola Quotidiana)-Tradición y misión: una combinación ganadora, confirmada por la experiencia de campo del padre João Silveira, sacerdote portugués, misionero de la Santa Cruz, ordenado en 2022, que ejerce su apostolado en varios países africanos.
El padre João habló de ello durante la conferencia celebrada en Roma, en el contexto de la 12ª peregrinación del Populus Summorum Pontificum, que reunió a los fieles vinculados a la liturgia tradicional del 27 al 29 de octubre. Un testimonio -del que el blog messainlatino.it ha ofrecido un amplio resumen– decididamente contracorriente respecto a la concepción, difundida y malentendida, de la inculturación que termina más bien por «tribalizar» la misa, confundiendo el culto con un laboratorio de antropología cultural. En cambio, el antiguo rito romano resulta inesperadamente fecundo incluso entre los pueblos de la nueva evangelización y en tierras de misión, como cuenta el padre João a La Bussola.
Padre João, antes de hablar de su ministerio en África, ¿cómo descubrió usted la liturgia tradicional?
Descubrí la misa tradicional en 2012, cuando fui a Roma a estudiar teología. Por supuesto, ya sabía de ella, pero nunca había tenido la oportunidad de experimentarla directamente. Vivía en Portugal, donde la misa tradicional no existía y casi nadie hablaba de ella, ni siquiera los sacerdotes más conservadores. En Roma, empecé a asistir a ella todos los días. Superada mi ignorancia inicial, me di cuenta de que este rito me permitía rezar más durante la misa. También me di cuenta de que los gestos y las palabras del sacerdote manifestaban una mayor sacralidad y explicaban mejor la doctrina del sacrificio de la misa. Por último, me di cuenta de que el Santísimo Sacramento era más adorado y custodiado.
¿Cuándo experimentó por primera vez el contacto entre África y el rito antiguo?
Durante la peregrinación Summorum Pontificum en Roma, en 2018, Christian Marquant [presidente de Paix Liturgique y del Coetus Internationalis Summorum Pontificum, N.d.E.] me «retó» a ir a Angola y acepté. Christian y Paix Liturgique querían demostrar que la misa tradicional no es algo predominantemente francés, norteamericano u occidental, sino que había demanda de esta liturgia en todo el mundo. Como no tenían información sobre Angola a este respecto, pensaron que sería buena idea enviar a un portugués para que viera la situación concreta.
Nadie en Angola conocía la liturgia tradicional, pero fue un descubrimiento positivo y emocionante. ¿Puede hablarnos de ello?
En aquel momento, a principios de 2019, por lo que yo sabía solo un pequeño porcentaje de católicos angoleños conocía el rito antiguo. Y lo conocían gracias a internet. Eran sobre todo los jóvenes, probablemente debido a su mayor uso de la tecnología que las personas mayores, los que conocían la existencia de la «misa en latín» y querían asistir a ella. Sin embargo, todas las personas con las que hablé del tema se mostraron abiertas e interesadas, ya fueran fieles, sacerdotes o el propio arzobispo. Y esta falta de prejuicios, junto con la enorme piedad, fue lo que más me impresionó de la primera relación que establecí entre los africanos y la antigua liturgia.
Durante la conferencia, usted ha citado a un misionero franciscano que consideraba que la liturgia tradicional se adaptaba muy bien al espíritu africano. Entonces, ¿no es un elemento «extraño» para ellos?
Conocí a este misionero franciscano español, ya de cierta edad, en septiembre de 2019, durante la visita del papa a Maputo (Mozambique). Me contó que para esas personas es normal estar en sintonía con el rito antiguo porque tienen tiempo para Dios. Para ir a misa el domingo, mucha gente camina durante horas. No les importa si la misa dura dos horas, tres horas o más. No miran el reloj. No tienen otros compromisos. El tiempo que pasan allí lo dedican a Dios y eso es lo más importante para ellos. Ese misionero también me dijo que cada vez que vuelve a Europa le angustia el poco tiempo que la gente reserva para Dios: siempre tienen otra cosa que hacer. El domingo ya no es para Dios.
¿Cuál es la situación actual, sobre todo después de las restricciones impuestas por Traditionis Custodes?
El amor por la misa tradicional crece en todo el mundo, especialmente entre los jóvenes, y África no es una excepción. Se están formando nuevos grupos en todo el continente para estudiar la liturgia y la doctrina católica perenne. Paradójicamente, el motu proprio Traditionis Custodes ha favorecido este crecimiento, porque ha acabado dando publicidad a la misa antigua, de modo que incluso muchos que no la conocían han oído hablar de ella. Por otra parte, hay algunos prelados y sacerdotes -por estricta obediencia o porque han recibido órdenes directas de las autoridades romanas- que se han convertido en feroces opositores del rito antiguo tras la publicación de este documento. Sin embargo, en general, el clero no odia el rito antiguo ni adopta una actitud ideológica hacia él.
Y a nosotros, los europeos, ¿qué nos dice el entusiasmo de los africanos por la liturgia romana clásica?
Yo diría que deberíamos aprender de estos africanos a creer en lo sobrenatural. No solo cuando vamos a la iglesia o cuando rezamos, sino en la vida cotidiana. La confianza en Dios de quienes saben que lo necesitan para sobrevivir cotidianamente se manifiesta en una piedad que se nutre más del culto público a Dios, es decir, de la liturgia. Así pues, si nos damos cuenta de cuánto anhelan estas personas la liturgia tradicional y del amor que demuestran por esta forma ritual cuando tienen la oportunidad de experimentarla, seguramente apreciaremos lo que tenemos relativamente cerca de casa y que, sin embargo, despreciamos o no disfrutamos como podríamos.
Publicado por Stefano Chiappalone en la Nuova Bussola Quotidiana
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana
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«En aquel momento, a principios de 2019, por lo que yo sabía solo un pequeño porcentaje de católicos angoleños conocía el rito antiguo. Y lo conocían gracias a internet».
Sin embargo, me parece que en Angola y hasta la mitad de los años 60 del siglo pasado, como en todos los lugares y rincones del mundo católico, se practicaba el rito de siempre (dicho hoy antiguo) en Angola.
Y aunque el comunismo a partir de los años de la Independencia fue feroz. Pensemos, sin embargo, en los católicos angoleños y en sus sacerdotes de una cierta época.
Un árbol solo muere si se consigue quemar todas sus raíces…
Hay que estar muy agradecidos al Santo Padre Francisco que apoya e impulsa la Santa Misa Tradicional.
TROLL (ni caso).
Enzo. Sí, desde que se promulgó Praedicate Evangelium.
Enzo: deje de tomar L.S.D que además de alucinar como un pepino, le sienta fatal.
Desde el Concilio Vaticano II, a la gran mayoría de los fieles de todo el mundo les privaron de la Santa Misa como siempre la Iglesia la había celebrado.
Por gracia de Dios, se perseveró y se sigue celebrando la Misa de los Santos.
El intento fue acabar con el Sacrificio Perpetuo.
Cambiaron la liturgia, cambiaron la fe.
Cambiaron la Misa por una expresión tipo fast food, Mc Donalds, irreverente, sport, casual, al paso.
El gran apostol del África fue ese hombre santo y magnífico, odiado por Satanás y sus secuaces: Monseñor Marcel Lefebvre.