La arbitraria y despótica destitución del obispo Strickland

Strickland Obispo Strickland
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El Papa Francisco, apoyado por el prefecto del Dicasterio de los obispos, Robert Prevost y por el nuncio en Estados Unidos, Christophe Pierre, ha vuelto a enseñar como en el Vaticano existe una doble vara de medir.

Mientras se actúa sin piedad y sin misericordia contra obispos fieles a la doctrina, la Misa Tradicional o movimientos considerados conservadores dentro de la Iglesia, el otro extremo eclesiástico que proclamas herejías, que atacan abiertamente la doctrina y el Magisterio o si son amigos del Papa como el ex jesuita Rupnik, no solo gozan de total impunidad, sino que incluso son promocionados dentro de la Iglesia.

Mientras a Daniel Fernández, ex obispo de Arecibo (Puerto Rico) se le exige la renuncia y a Strickland se le quita directamente del cargo, el Papa no se atreve a quitar a ningún obispo alemán hereje o incluso se permite aupar a cardenales heterodoxos como Hollerich o a coquetear con grupos LGTB que no defiende la doctrina católica sobre estas cuestiones.

La situación actual es grave y la Santa Sede no ha dado ningún motivo concreto para quitarse de en medio al obispo Joseph Strickland. Como ya hemos contado, la Visita Apostólica que recibió el obispo en la diócesis fue casi un mero trámite -o la excusa- para tener algo a lo que aferrarse para exigirle la renuncia.

La declaración del cardenal DiNardo

La noticia de la destitución del obispo de Tyler ha dado la vuelta al mundo y ha trascendido más allá de la prensa religiosa. Se trata de un hecho insólito. Incluso desde Vatican News -medio oficial del Vaticano- han dado parte de esta situación y han tratado de explicarlo asegurando que «la decisión se produjo tras la visita apostólica ordenada por el Papa el pasado mes de junio en la diócesis de Tyler y encomendada a dos obispos estadounidenses».

Por su parte, el cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Houston, ha emitido una nota en la que cuenta que en junio de este año Francisco ordenó que se llevara a cabo una Visita Apostólica a la Diócesis de Tyler. «El obispo Dennis Sullivan de Camden y el obispo emérito Gerald Kicanas de Tucson fueron designados para realizar la Visitación. Los Prelados llevaron a cabo una investigación exhaustiva sobre todos los aspectos del gobierno y liderazgo de la Diócesis de Tyler por parte de su Ordinario, el Obispo Joseph Strickland».

DiNardo explica que «como resultado de la Visita, se recomendó al Santo Padre que la continuación en el cargo del obispo Strickland no era factible. Después de meses de cuidadosa consideración por parte del Dicasterio para los Obispos y el Santo Padre, se llegó a la decisión de solicitar la dimisión del obispo Strickland. Tras recibir esa solicitud el 9 de noviembre de 2023, el obispo Strickland se negó a dimitir de su cargo. Posteriormente, el 11 de noviembre de 2023, el Santo Padre destituyó al obispo Strickland del cargo de obispo de Tyler».

Por último, pide que «mantengamos al obispo Strickland, al clero y a los fieles de la Diócesis de Tyler, y al obispo Vásquez en nuestras oraciones».

Motu proprio de 2016

Expertos y canonistas ya hablan de un nuevo atropello jurídico perpetrado por Francisco contra este obispo, aunque bien sabemos que el derecho canónico se emplea como venga en gana a Roma según sus necesidades.

Lo cierto es que Francisco podría haberse apoyado en la reforma del Código de Derecho Canónico de 2016 que hizo él mismo con el motu propio ‘Como una madre amorosa’. En ese documento, Francisco recordó que el derecho canónico ya prevé la posibilidad de la remoción del oficio eclesiástico «por razones graves» y esto se refiere también a los obispos diocesanos. Con este Motu Propio, el Pontífice precisó que entre esas «razones graves» se encuentre la negligencia de los obispos en el ejercicio de sus funciones, en particular en relación a los casos de abuso sexual de menores y adultos vulnerables.

Aunque está pensado para ‘dimitir’ obispos por casos de abusos sexuales, lo cierto es que la remoción «por razones graves» es un cajón de sastre que sirve para todo. En el artículo cuarto se lee que en el caso de que la congregación considere oportuna la remoción del obispo, determinará, en función de las circunstancias del caso si emanar , en el menor tiempo posible, el decreto de remoción o exhortar fraternalmente al obispo a presentar su renuncia en un plazo de 15 días. Si el obispo no responde dentro del plazo señalado, la Congregación puede emitir el decreto de remoción.

El caso del obispo de Toowoomba

Esta es la primera vez que el Papa Francisco aparta él directamente a un obispo sin que este renuncie ya sea voluntariamente o forzado por Roma.

La última vez que ocurrió algo similar fue en el año 2011 y lo hizo Benedicto XVI pero por causas radicalmente contrarias a las de Francisco. Ratzinger destituyó al obispo australiano de Toowoomba tras una carta pastoral donde abogaba por la ordenación de hombres casados y mencionaba, sin pronunciarse, la ordenación de mujeres, este se negó a dimitir. El Papa publicó entonces un decreto de remoción. William M. Morris, quien levantó gran polémica propuso también que los ministros protestantes celebren la Eucaristía.

Mientras Benedicto XVI cesaba obispos que atentaban contra el depósito de la fe, el Papa Francisco ha decidido seguir la senda contraria: cesar a obispos fieles a la fe y mantener en el cargo a los que crean confusión.

El Papa Francisco se carga al obispo de Tyler, Joseph Strickland