¿Cerveza en la Biblia?

Opción cervecera
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Hoy les ofrecemos este extracto del libro La opción cervecera, de R. Jared Staudt. La opción cervecera propone una renovación de la cultura católica atendiendo a las pequeñas cosas de la vida. La cerveza ha desempeñado un papel sorprendente en el desarrollo de la cultura católica, impulsada por la oración y el desempeño de los monjes. La cerveza puede ser parte en la refermentación de la economía local, reuniendo a la gente en la celebración de las tradiciones perdidas. Consumida con moderación, puede ser ingrediente de una vida sana, santa y feliz.

Staudt nos ofrece un recorrido siguiendo la estela trazada por Rod Dreher en La opción benedictina. A imitación de los monjes en su elaboración, los cristianos pueden llegar a servir a los demás, contribuyendo de este modo, quizás inesperado, a la tarea más amplia de remodelar la sociedad.

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¿Cerveza en la Biblia?

El papel de la cerveza en la Biblia se reduce esencialmente al significado de la palabra judía shekar. Los expertos generalmente la traducen como «bebida fuerte», sin atribuir ninguna palabra concreta a la cerveza en la Biblia, una decisión que se remonta a San Jerónimo. La omisión de la cerveza es sorprendente si consideramos que los israelitas vivían en medio de dos culturas que bebían cerveza, Mesopotamia y Egipto, y vivieron exiliados en ambas civilizaciones. De hecho, tenemos pruebas arqueológicas de elaboración de cerveza en el antiguo Israel. Además, Dios describe la Tierra Santa a los israelitas, justo antes de que entren, como una tierra de abundante cebada: «Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada» (Dt. 8, 7-9). La cebada era una parte fundamental de la vida agrícola y de la dieta de Israel.

El alcohol también tiene relación con la vida religiosa de Israel. Vemos la palabra shekar utilizada en el voto nazir (núm. 6,3), con el que se renuncia tanto al vino como al licor. Al no haber un alcohol destilado prevalente en esa época, tendría sentido que las Escrituras se refirieran a las dos bebidas principales de ese tiempo (a veces enumeradas juntas). Un estudioso, Michael Homan, ha aportado argumentos sólidos para afirmar que shekar debe traducirse como cerveza, observando que su origen está en la palabra acadia para cerveza, sikaru.

Shekar no se referiría a la cerveza tal como la conocemos hoy en día, sino a una bebida elaborada a base de cebada que puede incluir miel, uva, dátiles y otros frutos. Traducir shekar ligándolo a bebidas basadas en la cebada, que tiene mucho sentido, significaría que la cerveza era un elemento de los ritos ceremoniales de la Antigua Alianza. En Números 28,7-8, se establece que la ofrenda de shekar es parte tanto del sacrificio diario como del sabbat: «Y la libación correspondiente: unos dos litros por cada cordero. La libación de bebida fermentada para el Señor la derramarás en el santuario. El segundo cordero lo ofrecerás al atardecer: lo ofrecerás con la misma oblación y libación que el de la mañana, como manjar al fuego de aroma que apla al Señor». La ofrenda de la bebida, que también podía ser vino, tenía lugar tanto en los días sagrados de Israel como en las ofrendas mensuales.

Homan indica una referencia a la cerveza más significativa, a menudo ignorada, en el Antiguo Testamento, sin utilizar la palabra shekar. En el Eclesiastés 11, 1-2 se lee: «Envía tu grano por el mar y después de cierto tiempo podrás recuperarlo. Divide lo que tienes en siete u ocho partes, pues no sabes la desgracia que puede sobrevenir en tierra».

El verbo «enviar» en el pasaje es el mimo verbo que «elaborar». Este verbo explica por qué se necesitan días para conseguir los resultados y por qué debe servirse a mucha gente, que deben disfrutar de los frutos de la tierra. También indica que Israel llevaba a cabo la elaboración poniendo hogazas de pan en agua, mientras siete u ocho personas lo consumían al mismo tiempo con pajitas. Claramente, en Israel se daba preferencia al vino, y esta tradición llegaría al Nuevo Testamento, a medida que la Pascua judía fue absorbida por el misterio pascual.

Aunque la cerveza también estaba presente en la sociedad grecorromana, tanto los griegos como los romanos preferían el vino. Se despreciaba la cebada por ser una fuente alimenticia de las clases más bajas. Jenofonte habla, sin emoción, de la cerveza de Armenia, de la que dice que «sin mezclar, tenía un sabor agrio». Para los romanos, la cerveza era la bebida de los bárbaros, ya fueran celtas o germanos. Plinio el Viejo, hablado sobre España y Galia, relata: «También los pueblos de occidente tienen su propia manera de embriagarse a base de cereales puestos a remojo. […] Pero ¡ay, la admirable habilidad de los vicios! Se ha inventado el modo de que incluso el agua emborrache».

Tácito la describió en su Germania como «una bebida de cebada y trigo, alterada por la fermentación a manera del vino». Los bárbaros del norte, sin embargo, pronto arrasarían el Imperio romano. Con ellos, la cerveza se convirtió en una bebida prominente y enbcontró su lugar en la nueva cultura cristiana que estaba surgiendo.

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Este fragmento, ha sido extraído del libro La opción cervecera (2022) de R. Jared Staudt, publicado por Bibliotheca Homo Legens.

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Comentarios
3 comentarios en “¿Cerveza en la Biblia?
  1. Luego si algunos pseudoprogres consagran con rosquillas no os quejéis.
    Mañana consagraciones con birra sin alcohol…
    No maten al mensajero ni digan que no aviso.

    1. ¿Quejas? Tratándose de ellos, mejor que «consagren» cerveza: así no hay consagración alguna ni, por tanto, sacrilegios (que sí se dan cuando consagran con vino).

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