Mucho se ha hablado durante estos últimos meses sobre el futuro de los laicos dentro del Opus Dei.
El motivo subyace en el motu proprio del pasado 8 de agosto por el cual, el Papa Francisco modificaba los cánones 295-296 sobre las prelaturas personales.
Desde la promulgación de la Constitución apostólica Predicate Evamgelium enfocada en la reforma de la curia, existe cierta obsesión en el Vaticano (especialmente por parte del cardenal Gianfranco Ghirlanda) en ‘colocar’ al Opus Dei en el sitio que le corresponde según la escuela de canonistas que lidera Ghirlanda y que no triunfó en el año 1982.
La reforma de las prelaturas personales
En el motu proprio de agosto, se reformuló el canon 295 que afecta a las prelaturas personales. Con esa reforma, el Papa estableció que las prelaturas personales (en este caso el Opus Dei al ser la única), «se asimila a las asociaciones clericales públicas de derecho pontificio con capacidad para incardinar clérigos, se rige por estatutos aprobados o emanados por la Sede Apostólica y su gobierno se confía a un Prelado como Moderador, dotado de las facultades de un Ordinario, que tiene el derecho de establecer seminarios nacionales o internacionales e incardinar alumnos, y promoverlos a las órdenes con el título de servicio de la prelatura».
Como acostumbra el Pontificado de Francisco, a pesar de tratarse de documentos de alto nivel, en muchas ocasiones sus escritos plantean dudas que nadie en Roma se atreve a resolver dando lugar a múltiples interpretaciones. ¿Alguien sabe que quiere decir Francisco con que las prelaturas se «asimilan» a las asociaciones clericales públicas de derecho pontificio? Pues por ahora existen tantas opiniones como expertos en derecho canónico.
Por otra parte, el canon 296 queda reformulado de la siguiente manera: «Respetando el can. 107, mediante acuerdos establecidos con la prelatura, los laicos pueden dedicarse a las obras apostólicas de la prelatura personal; pero ha de determinarse adecuadamente en los estatutos el modo de esta cooperación orgánica y los principales deberes y derechos anejos a ella».
En el motu propio, Francisco insiste que varias ocasiones que la prelatura solo tiene facultad para «incardinar clérigos» dando por buena la visión clerical de Ghirlanda, sobre lo que deben ser las prelaturas personales. Francisco establece que los laicos podrán «cooperar» con las tareas apostólicas de la prelatura. Y esto, ¿qué significa? Que será la Santa Sede -previa aprobación de los Estatutos que presente la Obra- quien dictamine como se concreta esa cooperación.
El nombramiento del obispo de Helsinki
El pasado 29 de septiembre, la Santa Sede hizo público el nombramiento del sacerdote español Raimo Goyarrola como obispo de Helsinki. Hasta entonces, había ocupado el cargo de vicario general de la única diócesis católica que existe en Finlandia.
Raimo Goyarrola, es de origen español y pertenece al clero de la prelatura del Opus Dei, es decir, primero pidió la admisión como numerario para más tarde ordenarse como sacerdote.
Lo cierto es que en Roma también existe gran confusión sobre la situación en la que se encuentra actualmente la Obra, por no hablar de la cantidad de clérigos y altos cargos de la curia que no entienden ni comprenden qué es el Opus Dei.
Cabe señalar un detalle, que quizá pasó por alto, en el comunicado que emitió la Santa Sede cuando hizo público el nombramiento de Raimo Goyarrola como obispo de Helsinki. En la breve biografía que aporta siempre el Vaticano sobre el nuevo obispo, en la que ofrecen sobre Goyarrola se lee lo siguiente: «Monseñor Raimo Ramón Goyarrola Belda nació el 20 de julio de 1969 en Bilbao, España. En 1987 ingresó en la Prelatura Personal del Opus Dei.»
«Se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra y posteriormente realizó sus estudios filosófico-teológicos en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, obteniendo el Doctorado en Teología Dogmática. El 1 de septiembre de 2002 fue ordenado sacerdote, pasando a formar parte de la citada Prelatura Personal».
En la descripción que ofrece el Vaticano, reconocen que Raimo Goyarrola «ingresó» en el Opus Dei en 1987. Ese ingreso lo hizo como numerario, es decir, como laico, de modo que la Santa Sede (a no ser que se trate de un error de quien escribe esos comunicados) viene a reconocer que los laicos sí que forman parte del Opus Dei, ya que «ingresar» no es lo mismo que «cooperar». De todos modos, saldremos de dudas cuando el Opus Dei haga público los nuevos Estatutos que deben contar con la aprobación de la Santa Sede.