El ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, no aparece entre los cardenales que firman las dubia pero ha confirmado su apoyo a Burke, Sarah y compañía.
El purpurado alemán, que participará en el Sínodo por elección directa del Papa Francisco, ha confirmado a este medio que apoya a sus colegas cardenales.
«He defendido especialmente en los últimos 10 años la enseñanza católica contra el pseudomodernismo y, de esta manera, cumplo con mi responsabilidad como obispo y cardenal ante Dios en mi conciencia», ha declarado Müller a InfoVaticana.
El cardenal Müller afirma que «me alegra que otros, a su manera, hagan lo necesario y recuerden al Papa su responsabilidad dada por Dios para preservar a la Iglesia en la ‘doctrina de los apóstoles’ (Hechos 2, 42)». El cardenal alemán lamenta que «actualmente existe una posición herética que, aunque puede promover carreras, sostiene que solo el Papa Francisco recibe revelaciones directas de Dios a través del Espíritu Santo y que los obispos solo deben repetir ciegamente estas revelaciones celestiales y actuar como títulos mecánicos. Sin embargo, un obispo es un sucesor de los apóstoles por la consagración y un auténtico maestro del Evangelio de Cristo».
Müller defiende que «a través de la consagración, el obispo es sucesor de los apóstoles y auténtico maestro del Evangelio de Cristo», con el Papa como principio siempre presente y visible de la unidad de la Iglesia en la verdad revelada y en su sacramental comunión».
«Ésta es la verdadera doctrina de la primacía del Papa y no el neopapalismo de quienes quieren entregar la Iglesia de Cristo a la ideología del capitalismo ateo y antihumano de Davos», agrega el purpurado. El ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe lamenta que «su pretexto fraudulento es la adaptación de la Palabra de Dios supuestamente obsoleta, como si toda la verdad no nos fuera dada en Cristo, a los estándares de una antropología pseudocientífica antimatrimonial y de una civilización de muerte (aborto, tráfico de embriones, eutanasia y mutilación corporal mediante la llamada reasignación de sexo)».
Además, remarca que «todo católico cree en la verdad divina y católica de que en Pedro los obispos de Roma están instalados como sus legítimos sucesores».
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Cuando la apostasía ha invadido gran parte de la jerarquía eclesiástica, alegra ver que todavía quedan buenos cardenales y obispos como Muller, Burke, Sarah, etc., que se mantienen fieles y hacen frente contra los errores del Papa Francisco y otros.
Ante las “dubia” de los cardenales, la única contestación posible a cada una, es negativa. Cualquier otra respuesta no es católica.
Por eso, la ambigüedad deliberada del Papa ante esas dudas (entre otras cosas), demuestra que no tiene interés de confirmar en la fe a sus hermanos, y como señaló el obispo Schneider, Francisco se ha convertido en “promotor de una agenda globalista mundana.”
Oremos con la oración del obispo de Kazajistán, para que “donde abunda el pecado y la apostasía en la Iglesia”, el Señor nos conceda “un Papa Santo, celoso en promover y defender la fe.”
Los 5 cardenales presentan objeciones como dubbia, que entendemos como petición de aclaraciones, pero ellos no piden aclaración que no van a obtener naturalmente. Demasiado maticismo canónico, que suena pusilánime, mejor ir al grano, aunque quizá quieren que conste que el papa está informado de disconformidad.
Muller sí que va al grano, pero todavía habla como si todo fuera un problema de papofilia modernista y este papa fuera sucesor petrino. Pero tenemos una disociación: como elegido en cónclave es Sumo Pontífice, pero algo se ha quebrado en esa transmisión sucesoria: Francisco no enseña la doctrina de Cristo desarrollada a lo largo de la historia por el Magisterio. Según los cánones jurídicos es pontífice, pero su voz no es la del pastor según el Divino Pastor. Si se tratara de pecados personales como los de tantos papas no hay problema en la falta de santidad, pero sí lo hay en predicar un evangelio distinto al recibido, que no debe aceptarse incluso si nos lo predica un ángel.
¿Y los cardenales españoles?
No quieren hacer lío
Un aplauso al cardenal Muller y compañía.
Ha llegado el momento de plantar cara contra Francisco.
-Al sínodo «sinodalizador» no ha sido invitado ninguno de los cinco cardenales de las dubia; pese a que estas se presentaron a principios de julio.
-Tras una respuesta a las mismas extrañamente rápida, de un día para otro, esos cardenales se vieron obligados a reformular sus dubia ese mismo mes, puesto que, como dicen en su escrito: «sus respuestas no resolvieron las dudas que les habíamos planteado, sino que las profundizaron». Una vez más, silencio administrativo….
-El nuevo prefecto de Doctrina de las Fe, que no tomó posesión hasta el mes pasado, se permite la frivolidad de presentar esa respuesta exprés, que no resuelve las dudas, como si esos cardenales no las hubiesen tenido que reformular.
-El anterior prefecto del DDF renuncia a participar en el sínodo.
-Se impone el secreto pontificio en un sínodo supuestamente dedicado a la sinodalidad, aunque las conclusiones enviadas al mismo lo desmientan.
– ¿Qué podría salir mal…?
Ese segundo escrito de los cinco cardenales está fechado el 21 de agosto, y en él le dicen textualmente a Francisco: «Vuestras respuestas no han resuelto las dudas que habíamos planteado, sino que, antes bien, las han profundizado».
El gran problema es que en 2000 anos el Espiritu Santo no ha hablado. Empieza en octubre de 2023.