La Iglesia vive momentos de zozobra y de oscuridad, pero aquellos que tenemos puesta nuestra confianza en Dios sabemos que tras la tempestad llegará la calma y volverá a amanecer.
Mientras tanto, nos toca estar alerta y vigilantes en medio de esta larga noche que por momentos parece no tener fin. Sabemos que la Iglesia está en manos de Dios y Él nunca la abandonará a pesar de que los hombres nos empeñemos en triturarla desde dentro dando un mensaje nefasto al resto de la humanidad.
A pesar de todo, la responsabilidad del futuro de la Iglesia recae a partes iguales entre los laicos y los sacerdotes y obispos que están al servicio de los fieles para administrar los sacramentos, hablar de Dios y guiar a las almas al Cielo.
Es por ello que aquellas personas que dentro de la jerarquía eclesiástica tienen algún tipo de responsabilidad (obispos o cardenales) tienen una responsabilidad aún mayor de ser garantes del mensaje de Cristo. Son muchos los cardenales, obispos y sacerdotes que cumplen con su trabajo divino. Pero solo unos pocos valientes son los que se atreven a hablar en voz alta para defender esas verdades que están hoy en entredicho. Estamos ante una tesitura en la que ya no vale solo con cumplir y hacer las cosas bien, sino que también es necesario salir a la palestra a defender aquellas cuestiones que algunos desde dentro tratan de modificar a su antojo.
Con estas líneas pretendemos zarandear y agitar la conciencia de aquellos buenos pastores pero mudos, que callan por comodidad o por temor a represalias. Es el momento de alzar la voz -ahora que se acerca el Sínodo de la sinodalidad- para defender que no es la doctrina de Jesús la que se debe adaptar a los tiempos, sino que son los tiempos los que han de abrirse a la luz del Salvador.
Estamos en un momento en el que se desprecia a los que quieren permanecer constantes en la fe y se alaba a los apóstatas y herejes, escandalizando a las almas sencillas que se sienten confundidas y turbadas ante tanto escándalo. Son los pastores quienes han de resistir a estos nuevos modernistas, -progresistas se llaman ellos mismos- cuando de hecho son retrógrados, porque tratan de resucitar las herejías de los tiempos pasados.
Estos modernistas buscan ‘protestantizar’ la Iglesia católica desde dentro y cuentan con el aval de altos jerarcas que han cambiado el Evangelio por la ideología. Su táctica es trazar a las almas un camino anchísimo en el que caben todas las maldades, y por tanto la soberbia, que es su raíz, como si fueran cosas buenas.
Han de saber los buenos pastores que salvar a las almas es enseñarles la doctrina de Jesucristo, la de siempre y no ir a adular sus errores teóricos y prácticos y a granjear simpatías afirmando que todo lo que piensan y dicen y obran es santo y bueno. ¿De dónde viene este mal? Muchos de los que nos lean compartirán que el mal, en general, proviene de aquellos medios eclesiásticos que se constituyen como una fortaleza de clérigos mundanizados. Y aquí viene el cóctel perfecto de tanto desvarío: individuos que han perdido, con la fe, la esperanza; sacerdotes que apenas rezan; teólogos -así se llaman ellos- pero contradicen hasta las verdades más elementales de la revelación; profesores de religión que hablan de cualquier cosa menos de Jesús y pastores mudos que junto con los agitadores de sacristías y conventos pretenden liderar el cambio de timón de la barca de Pedro.
Uno de los grandes peligros a los que se enfrenta el Sínodo es a comprar las teorías de algunas organizaciones y movimientos cuyas ideas nocivas se propagan entre el pueblo y se imponen después a la autoridad eclesiástica como si fueran movimientos de opinión de base.
Es en medio de estas circunstancias, cuando se espera ese paso adelante de nuestros pastores para que junto con los laicos y religiosos comprometidos con la verdad inmutable alcen la voz en defensa de la verdad y doctrina segura. No olviden que también existe el pecado de omisión por mucho que se empeñen algunos en eliminar la conciencia de pecado de nuestra sociedad.
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El Papa no sólo es un pastor mudo ante males gravísimos como el aborto, la ideología de género, el avance del nuevo orden mundial, y otras tropelías, sino que es un promotor de estos desórdenes, y no sólo porque el que calla otorga, sino porque en sus discursos está transmitiendo mensajes de apoyo a muchos de estos males, y con sus nombramientos está promocionando a los defensores de estos errores.
Y en cuanto al episcopado, salvo honrosas excepciones como Müller, Burke, Schneider, Strickland, Demetrio Fernández, y algunos más, la mayoría, en cambio, se mantienen mudos frente a la deriva del Papa , con lo cual se hacen cómplices de sus errores.
Creo que algunos de los pastores mudos, lo son por cobardía, pero también los hay que se han contaminado de esos errores y piensan igual que Ftancisco.
Pienso que la Iglesia ha sido gravemente infiltrada, desde los seminarios hasta los puestos episcopales en general están seriamente comprometidos.
No es solo el silencio complice ante el avance de la heterodoxia, es también la deformación de la moral cristiana, la liturgia y el magisterio.
Solo hay que leer los resultados o “síntesis” ya sea diocesana, regional o continental del sinodo que se enviaron a Roma, esa es la radiografía de la podredumbre interna. Lo único que parece no estar contaminado son las ordenes tradicionales que están siendo perseguidas implacablemente, lo demás esta plagado de masones l tibios mal formados.
El Papa, además de ser un pastor mudo, es un pastor insensato.
Llevan cincuenta años nombrando a los peores por algo, sin importarles que se desangre a borbotones la Iglesia. Si aun así eliges siempre lo más servil y cutre, tú tienes un objetivo inconfesable a largo plazo. O confesable, porque los promocionan con un descaro…
Muy cierto Aura, Que lo ALCEN que no lo OCULTEN….. se piensan que Cristo no los ve…….han perdido la fe y el temor a Dios.
«Uno de los grandes peligros a los que se enfrenta el Sínodo es a comprar las teorías de algunas organizaciones…»
No es un peligro, sino una certeza, puesto que el sínodo se ha convocado para poder colarlas de matute y comprarlas al por mayor. El peligro es este Sínodo de la impostura.
No se amargue demasiado! Los demonios no pueden hacer más de lo que Dios les permite! Los “Adolfitos sinodales” no prevalecerán. De todos modos, que bueno sería que inviten al Sínodo al cardenal Simon, exorcista experimentado y único sacerdote sobreviviente de la persecución comunista en Albania: que en el Sínodo, los minutos de silencio para la oración, les haga un buen exorcismo de León XIII! El lo sabe de memoria y en latín, para su gusto. Los “Adolfitos sinodales” lo necesitan, no menos que todos los sedevacantistas y que el resto de todos los cristianos, que estamos en la misma arena, contra los enemigos del alma.
Verita Liberabis. Lo que amarga y duele, es la actitud de esos que se dicen católicos, que cuando lass papas queman, esconden la cabeza como el avestruz.
Sabemos que Dios permite muchas cosas para purificarnos, pero molestan muchos que no son verdaderos católicos.
Jesucristo está aquí, los ve, nos ve, los mira y contempla lo que sucede y es ruina y desastre, sea que pongan paños para evitar que se contemple. Allí en Roma saben su Venida, su Estar… pero los que gobiernan rechazan su Presencia ahora. No les conviene que aparezca y les diga lo que han de corregir, tanto… Lo que han de alzar, lejos del globalismo con las otras creencias, con la Europa que también desea mantener a Cristo marginado y olvidado. Esta es la situación y la Iglesia está dividida y cobarde también. Muchos saben alli lo que se les ha notificado, la Voz del Señor que les ha sido enviada: QUE LA ALCEN.
Muy cierto Aura, Que lo ALCEN que no lo OCULTEN….. se piensan que Cristo no los ve…….han perdido la fe y el temor a Dios.
No son ellos solos los que callan. Vosotros también.
Me disculpo; otras veces no se ha incluido mi comentario y he creído que ahora no lo llegarían a poner. Pido perdón si les he ofendido.
En 1534, cuando el Rey Enrique VII empezó su ataque a la Iglesia, había 19 obispos y solo uno se opuso a las fechorías del rey, San Juan, Fisher, Obispo y Mártir. No se puede esperar nada de la mayoría de los obispos de hoy en día. Son iguales que los obispos ingleses de la época. Tampoco, en el siglo IV, cuando la casi totalidad de los obispos fallaron y no cumplieron su sagrado deber de defender la doctrina católica. En la ocasión de la Revolución Francesa, un buen porcentaje de los obispos claudicaron, aunque hubo algunos que sí cumplieron su deber. Si los laicos católicos no salvan la Iglesia, de ella quedará casi nada. Entonces comprenderemos lo que dijo Jesús «¿Cuándo venga el Hijo del hombre, encontrará fe en la tierra? Parece que poca entre los obispos.
Gracias, Redacción Infovaticana, por esta ferviente invitación a no ser “canes muti non valentes latrare” (Is 56,10)! Hay que ladrar contra todas las falacias y contra todas las mentiras, contra todas las manipulaciones y contra todo lo que, bajo apariencia de bien, vaya contra la voluntad de Dios. En esa lucha Dios nos preserve de seguir “los propios intereses”. Bien dice Isaías en el versículo siguiente: “Y estos perros son voraces, jamás se hartan: los mismos pastores no entienden, cada uno de ellos sigue su propio camino; cada cual va tras su propio interés, hasta el último”. Gracias también por la recomendación de Specola del artículo sobre el “catacumbismo”: “cada cual va tras su propio interés”.
El Papa Pío XI en su encíclica ‘Con ardiente preocupación’ escrita en 1937 y dirigida al pueblo alemán permite colegir que algo ocurría con la figura papal. El numeral 25 de la encíclica bajo el título Genuina fe en el primado dice lo siguiente: “La fe en la Iglesia no se mantendrá pura e incontaminada si no está apoyada por la fe en el primado del obispo de Roma” vosotros estáis cegados por vuestra ideología, mucho cuida, solo Jesús salva.
¿Y quién ha negado el «primado del obispo de Roma»? Usted, que pese a ser un evidente iletrado, se ha convertido de la noche a la mañana en especialista en el magisterio de S. S. Pío XI, ¿podría «iluminarnos» y señalar en qué parte indica que «la fe en el primado del obispo de Roma» (que aquí nadie ha cuestionado, por lo que su «ocurrencia» no deja de ser una falacia del hombre de paja), incluya aceptar la errada ideología personal de Francisco y los disparates de todo tipo que suelta? Ah, vaya: que no lo dice por ninguna parte, sino que tener «fe en el primado romano» significa creer que los Papas tienen jurisdicción sobre los obispos y el resto de fieles, no que sean inmunes a soltar disparates cuando no hablan «ex cathedra», cosa que Francisco no ha hecho nunca (definir un dogma de fe «ex cathedra», no decir disparates, que éso lo hace de continuo). Además de un curso de lectura comprensiva, usted necesita un exorcismo, farsante.
Bueno, eso de que «la responsabilidad del futuro de la Iglesia cae a partes iguales entre laicos y sacerdotes», creo que es un poco relativo. Los laicos no tenemos esa misma responsabilidad entre otras cosas porque no nos dedicamos a tiempo completo. Tampoco administramos los sacramentos, nos preparamos durante años para esos ministerios, no solemos ni sabemos en muchos casos predicar, no conocemos profundametne la teología , el derecho canónico, no hemos estudiado filosofía o teología, etc.
El Señor «escogió a algunos para que estuvieran con El…». Otra cuestión será la santidad personal que se pueda alcanzar según el estado de cada uno, pero no, no somos iguales ni igualitarios. A nivel personal Dios puede pedir más a un no consagrado que a un consagrado pero, a nivel organizativo, no lo pide.
Esto es como los políticos que, después de pagarle bien, quieren hacer caer la responsabilidad sobre los ciudadanos que sólo votamos de tiempo en tiempo y no tenemos información de nivel.
Quien es? Como se llama “ Redactor de Infovaticana “. Es por saberlo. O son varios ?
Y usted, ¿quién es? ¿Joxemi? ¿Cuál de ellos? Es por saberlo. ¿O son varios?
Ya decía mi madre: «la curiosidad mató al gato». Y los buenos consejos: «mira qué dice, no quién lo dice». Siempre han sido malos los argumentación «ad hominem».
No puedo estar de acuerdo con el artículo, al menos no en el título, porque según mi humilde opinión, el mal en la Iglesia son los pastores cuando hablan, porque cuando callan, aún queda el resquicio de la duda de si están aprobando conductas contrarias a la doctrina de la Iglesia, o es que no se han enterado, o es que están esperando el momento propicio para hacer la denuncia pertinente, pero cuando hablan, no queda ya la más mínima duda. O bien hablan de cualquier cosa mundana, de la actualidad, del cambio climático, de salvaguardar la naturaleza, de acoger la masa islámica que viene a colonizar Europa… o bien ya hablan de cosas contrarias a las palabras de Cristo y sus mandatos. El más escandaloso, contradecir el último mandato de Nuestro Señor: «Id y haced discípulos», disculparse por la evangelización del mundo, instalar ídolos paganos en lugares sacro y hacerles ofrendas… en fin, mal si callan, pero mucho peor si hablan.
Hablar quiere decir ‘dolor y a veces ‘muerte’. Pero acuérdate de
Mí. Yo soy más precioso que la ‘alegría’ y que la ‘vida’, porque doy a
quien me es fiel una alegría y una vida que no conoce fin ni medida.
Acuérdate de Mí que supe purificar mi Casa de las suciedades y se-
guir de frente un solo fin: ‘la gloria de mi Padre’. Esto me consiguió
el odio, la venganza, la muerte, porque los que fueron tocados por
mi cólera encontraron un vendido que por treinta denarios me puso
en su poder.
Siempre, entre los más fiables, tenemos un enemigo, un vendido.
Pero no importa. EI discípulo no es más que el Maestro y si Yo, sa-
biendo que el látigo de mis palabras, más que el látigo de cuerdas
—medio simbólico más que real— me procuraba la muerte, he hablado, habla. Y si por amor hacia los hombres, y hacia ti, Yo he soportado un enemigo y un vendido y el horror de un beso de traición,
tú, mi primero entre los hijos de ahora, no debes retraerte ante lo
que ha sufrido el Maestro antes que tú.
Que si después, a pesar de todos los medios, la Justicia tuviera
que perecer y, arrastrados cada vez más por Satanás, los dominadores y los dominados, por un mimetismo maléfico, se separaran cada
vez más de Dios, entonces quitaré la Luz y la Verdad. Y esto sucederá también cuando en mi morada —la Iglesia— haya demasiados
que, por intereses humanos y por indigna debilidad, estén entre los
dominados por los sembradores del Mal en sus distintas doctrinas.
Entonces conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abando-
nadas, al pastor inútil del que habla Zacarías.
Recuerda el Apocalipsis de Juan. Recuerda el dragón: el Mal ge-
nerador del Anticristo futuro, que le prepara el reino no sólo des-
concertando las conciencias sino envolviendo en sus espirales la
tercera parte de las estrellas y convirtiendo a los astros en fango.
Cuando esta demoniaca vendimia se produzca en la Corte de Cristo, entre los grandes de su Iglesia, entonces, en la luz reducida apenas a resplandor y conservada como única lámpara en el corazón
de los fieles a Cristo —porque la Luz no puede morir, Yo lo he pro-
metido, y la Iglesia, incluso en los periodos de horror, conservará
cuanto es necesario para volverse resplandor tras la prueba— entonces vendrá el pastor ídolo, que será y estará donde quieran sus
dueños.
Poco pasa para lo que nos merecemos. Tomemos esto como lo que es, una prueba, quizá la última, de los últimos tiempos. No tengamos esperanzas vanas en las cosas del mundo. Ningún movimiento, ni religioso dentro de la Iglesia, ni politico, nos va a sacar de esto. Solo Dios, de las forma que decida su providencia nos está administrando lo que necesitamos para volver a él. La oración dispone las almas para hacer lo que Dios quiere que hagamos y nos da la esperanza y la seguridad de que ya hemos ganado. Jugamos un partido en el que el Jefe está de nuestra parte. Es también el Árbitro y el que controla las reglas. Es imposible que perdamos.
Y si no es así…. ¿Qué importa nada?
Ofrezcamos las tribulaciones y padecimientos de estos tiempos a Dios junto con los padecimiento de su Hijo para que aplique nuestros merecimientos para dar la gracia a otras almas. Veámoslo todo con vista sobrenatural. Dios es justo y misericordioso y hasta la misericordia de Dios necesita la justicia de los merecimientos de otros. Necesita almas sufrientes para ayudarle a salvar almas. Es la hipoteca inevitable de nuestra libertad. Libertad que Dios no nos quiere quitar, pero cuya hipoteca se puede transferir gracias a la comunión de los Santos. Quien sabe si los sufrimientos de Su Iglesia aprovechan para la salvación de muchas almas. Son los sufrimientos callados de muchos sacerdotes y laicos siempre que los ofrecen a Dios. Son oraciones, peregrinaciones, enfermedades, ayunos. Ya no se ayuna, ¿Por que?. Si lo vemos sobrenaturalmente, todo tiene sentido. Si lo vemos con ojos sociológicos y politicos de los hombres, todo es desesperación y falsas esperanzas y odios y miedo.
Francisco y los que le siguen, callan cuando deberían hablar y hablan cuando deberían callar.
¡Francisco dimisión!
Y encima Francisco, cual totalitario, intenta hacer callar a los pastores fieles, pero no lo conseguirá, porque antes hay que obedecer a Cristo.
Gracias INFOVATICANA por dar voz a los que predicamos la verdad ante tanto silencio y error de gran parte de la jerarquía.
Cierto que viendo y oyendo tantas desviaciones de la sana Doctrina y de la Verdad misma que es Jesucristo, humanamente nos descorazonamos, sin embargo a mi me consuelan la palabras del Salmo 94:9 El que hizo el oído, ¿no va a oír?; y el que formó el ojo, ¿no va a ver?. Paciencia y oración hermanos católicos