La conciencia ecológica: ¿un intento de darnos gato por liebre?

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DIARIO DE UNA FILOTEA

2 septiembre 2023

El viernes 1 de septiembre se ha “celebrado” la jornada de oración por el cuidado de la creación. 

Vaya por delante que esto es el diario de una pobre Filotea rural, sin pretensiones de hacer reflexiones profundas ni mostrar un vasto conocimiento de este asunto, ni de ninguno. Bastante y muy interesante se ha dicho ya sobre este tema, especialmente como es lógico esta semana, en la que los obispos han salido en tromba a hablar sobre la necesidad de formar a los fieles en la “conciencia ecológica”. Comencemos, pues, dejando claro que nuestra perspectiva es la de unas pobres católicas perplejas.

Vayamos por partes.

La Iglesia siempre ha enseñado sobre la colaboración del hombre con Dios en el cuidado de la creación, encargada por el mismo Dios al hombre. Es imposible, leyendo el Génesis y atendiendo a la doctrina católica, concluir que la cuestión de la creación y su cuidado hayan sido descuidadas en la enseñanza católica. Además, sin ir más lejos, a Benedicto XVI ya le llamaban el “papa verde” o el “papa ecológico”. No hay más que teclear su nombre en Google, seguido de la palabra “ecología”, y ver cómo aparecen innumerables resultados. Veamos un ejemplo muy sencillo en una noticia publicada en El Heraldo de Aragón en el año 2014, que dice, además, que “el Papa «verde» tomó el testigo de su predecesor, Juan Pablo IIquien ya introdujo la preocupación por el medio ambiente en su mensaje». El artículo pasa posteriormente a citar palabras textuales de Benedicto: «Sin una clara defensa de la vida humana, sin una defensa de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer (…) nunca se podrá hablar de una auténtica defensa del medio ambiente», afirmó el pontífice. Según el Papa, el hombre ocupa una posición superior en la naturaleza, como «guardián y administrador responsable de la creación», un papel del que «no debe abusar», pero «tampoco puede abdicar (https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2013/02/11/vaticano_pierde_papa_mas_ecologico_222060_306.html). Creemos que se ve aquí un mensaje que muestra la creación siempre en relación con Dios y con el hombre, con el orden natural dado por Dios. La pregunta es: ¿es así como lo sigue enseñando la Iglesia hoy, a partir de Laudato si? Tal vez nos equivoquemos, pero a nosotras nos parece que no. De hecho, nos acecha una muy desagradable sensación de que el contenido de la enseñanza de la Iglesia, la fe y la moral, están siendo sustituidas por “enseñanzas” no cristianas, sospechosamente alineadas con el mensaje climático catastrofista de la ONU, en el contexto de la Agenda 2030 y sus objetivos de reducción de la población, con la promoción del aborto y la eutanasia.

La cuestión ya no es tan sólo que ésta no es la perspectiva que debiera ser la de la Iglesia en la cuestión de la naturaleza, de la creación de Dios; sino que esta defensa de una tierra que estamos destrozando los humanos por nuestra maldad de corazón y nuestra tendencia a reproducirnos como conejos (alguien nos dijo una vez: “creced y multiplicaos”; y esa voz es la única cuya autoridad no es cuestionable por nadie) es ridícula, por acientífica y porque contradice toda evidencia seria. Ya se alzan voces, de hecho, con datos, desmontando este catastrofismo climático. Por cierto, ¿dónde están los brillantes científicos que siempre ha habido en la Iglesia, y concretamente en el Vaticano? ¿No tienen nada que aportar? No querríamos caer en la malicia de pensar que no es que no tengan nada que aportar, sino que no pueden; que no puede contradecirse la versión oficial; riesgo de perder el empleo. Siguiendo con este símil laboral, por aquí no tenemos una edad demasiado avanzada, pero nunca antes vimos a los obispos funcionar ante el papa, como ahora, como empleados sumisos y sin criterio superior que el de las ocurrencias de su jefe. Tampoco se les pide que lleguen al extremo de rebelarse si no tienen vocación martirial, pero tal vez sí se trate, si tienen miedo a ser misericordiados, de hacerse los suecos sobre ciertos temas y seguir enseñándonos lo que están obligados a enseñarnos.

El papa no es la Iglesia; pero el papado forma parte de la estructura de la Iglesia Católica y no puede existir la Iglesia Católica sin papado. Tampoco los obispos son la Iglesia. Así que podríamos también practicar la sana indiferencia ante ciertas ocurrencias de la jerarquía y seguir bebiendo de las fuentes bimilenarias de la Iglesia. Eso sí, por caridad cristiana, insistiendo a tiempo y destiempo en lo que dice la Iglesia sobre todos los temas. Pero, al hacerlo, en la mayoría de casos uno se pregunta qué le pasa a la gente, que les ocurre a los fieles “normales” de Misa dominical y hasta “enterados” de “cosas de Iglesia” que se tragan todos estos temas por poco cristianos que suenen? Es un espectáculo sin duda lamentable el de estos católicos desinformados y poco formados, entre víctimas y colaboradores del discurso, que responden que “la ecología es importante” y se apuntan a los festejos ecologistas y a las denuncias catastrofistas. ¿Cómo se suman tan alegremente a estos circos? ¿Por falta de fe y necesidad de rellenar de contenido, del que sea, que siga justificando que somos “gente de Iglesia”? El fuero interno sólo lo juzga Dios; pero el Señor también dijo que “por sus frutos, los conoceréis”.

Hemos ilustrado este texto con un párrafo de la oración de las criaturas de san Francisco de Asís. Todos ustedes ya lo saben, pero por si esto lo leyera algún despistado; simplemente para aclarar que Laudato si significa “Alabado seas”… mi Señor. No es la “casa común” ni ningún ídolo masónico parecido. Es Dios solamente quien debe ser alabado y adorado.

En cuanto a nosotras, rezamos y pedimos al Señor el sensus fidei que expresó hace unos años una fiel devota de la advocación de la Virgen María de este santuario: “cuando un cura dice algo diferente a lo que nos han dicho siempre, dejo de escucharle”.

Filotea 

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Comentarios
18 comentarios en “La conciencia ecológica: ¿un intento de darnos gato por liebre?
  1. Lo grotesco es que estos Príncipes de los Sacerdotes te lanzan el anatema por calentarte o refrescarte en casa con «combustibles fósiles de efecto invernadero», subidos a una aeronave transoceánica que es puro azote para la atmósfera y el Planeta…

    1. Parten de un error interesado: que los cambios en el clima los provocamos los hombres. Ni los provocamos nosotros ni tampoco podemos pararlos, según dicen los mejores expertos en la materia, todos censurados por la ONU. Los que mandan en el mundo quieren hacer de la Ecología una religión, a ver si acaban con la católica… No creo que sea preciso estar rezando todo el día por esto, en el Catecismo pone bien claro que la Providencia de Dios cuida a toda su Creación. Esto los canallas del NOM no lo saben pero el papa sí debería saberlo…

      1. Pero si al final somos los humanos quienes cometemos el pecado ecológico, los de los faldones y el del camisón irán a la Gehenna los primeros: porque mientras condenan a la gente corriente por lavarse con agua caliente, ellos y sus séquitos de chupamedias no se bajan de las carísimas aeronaves súper-contaminantes.

      2. Estoy de acuerdo plenamente con tu respuesta. Satanás es muy osado. Si se atrevió a tentar a Jesús mientras oraba en el desierto y éste le dijo simplemente: «¡Apártate, Satanás!»… ¿Nos extraña que tiente al Papa? Y si osa tentar al Papa ¿No se va a lanzar a tentar a todos los medios de comunicación, a todos los creyentes, especialmente si tienen alguna influencia? No debemos creer a ciegas todi lo que corre por los medios. En estos tiempos tan perversos y coinfusos, nuestra mejor y única VERDAD Y DEFENSA, SIGUEN SIENDO la oración Y LEER LA BIBLIA, incluso cualquier SACERDOTE que refleje en su mirada y su palabra, LA BONDAD, LA SENCILLEZ, ya que lois ojos son , siguen siendo, el mejor espejo del alma.

    1. También estoy de acuerdo 100% con el artículo.
      Y mira que soy amante de la naturaleza, de los animales y las plantas, pero siempre con el pensamiento puesto en que son criaturas del Señor, y es a Él a quien pertenece la alabanza y la gloria, y a quien hay que darle gracias por habernoslas dado y podamos disfrutar de ellas.

      Pero para nada poner el énfasis en la ecología, nuestro centro debemos ponerlo en Jesuscristo y sus enseñanzas, en la salvación de nuestras almas y en la vida eterna que se nos promete. El resto es todo muy secundario.

      1. Jesucristo es el centro de nuestra vida, y si Dios, tal como nos enseña Jesucristo en el Evangelio, se preocupa de las aves del cielo y de la naturaleza, nosotros, que estamos llamados a ser como Dios, debemos igualmente preocuparnos y cuidar la naturaleza viviendo con sencillez y austeridad si es necesario, para que no seamos sus destructores, sino sus cuidadores.
        Y, por supuesto, no es matar vidas inocentes la solución, pues entre ellas seguro Dios proveerá la inteligencia capaz de un desarrollo, tal vez menos placentero y ególatra, pero si colaborativo con un medioambiente sano, el cual necesitamos para nosotros y futuras generaciones.
        No se trata de parar la economía, sino de que el desarrollo económico sirva para enriquecer al ser humano en su dimensión natural ( pues necesitamos una naturaleza sana porque ella puede seguir sin nosotros, pero nosotros no podemos sobrevivir sin ella) y espiritual trascendente pues ambas son queridas por Dios.

  2. Buscad el Reino de Dios y su justicia y lo demás os lo darán por añadidura. Dadme vuestro amor y gracia que eso me basta. Lo que urge es aumentsr la conciencia cristiana, con el favor divino, y desde ahí sanar las relaciones con Dios, con los hermanos, con uno mismo y con la creación.

  3. La nueva encíclica ecologista es un timo que sirve para desviar y despistar la atención del verdadero problema cismático y apostático que puede darse en el Sínodo de la sinodalidad, porque ambas, la encíclica y el Sínodo, empieza en el 4 de octubre.

    Donde quieran volverás eran muy bonitos el objetivo único y preferente de la Iglesia es la salvación de las almas, por lo que la Iglesia carece del presupuesto y la tecnología medioambientales.

    La única cosa sorprendente que puede hacer esta encíclica es declarar que hay pecados contra la Naturaleza con valor equivalente a un crimen de lesa Humanidad.

    También puede haber alguna declaración retórica de que el aborto forma parte del pecado ecológico, pero no pasará de ser un formalismo sin pastoralidad práctica alguna.

  4. Laudate si … , no es solamente para los católicos .

    Es también para los católicos que se olvidaron de la enseñanza
    permanente de la Iglesia .

    1. Ah, no sabía que iba a hacer hincapié en que no «todos, todos, todos» se van a salvar (esa «enseñanza
      permanente de la Iglesia» de la que algunos se han olvidado). Debe de tener usted mucha confianza con el Trucho para haber logrado que le enseñe la segunda parte de la encíclica ecolojeta antes de que Francisco le dé el visto bueno y la firme.

    1. Quienes ven publicidad (existen bloqueadores, por si no lo sabe) no ven siempre la misma, sino que ésta se personaliza dependiendo de lo que uno suele ver en ese dispositivo. Usted sabrá dónde se mete para que le salga esa publicidad.

        1. Claro que cambia: nadie ve la publicidad que dice, salvo usted. Así que, ya sabe dónde no debe meterse para que no le salga. Y en cuanto a su afirmación de que esta página «hace creer que es católica», ¿qué significa exactamente? ¿Que no lo es, y por eso la visita usted? Igual el fallo está en usted (como en el caso de la publicidad). Pues, habiendo tantas páginas en internet, si ésta no le gusta no sé qué hace aquí sufriendo.

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