Obispo Strickland sobre el Sínodo: «Es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen»

Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (EE.UU) Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (EE.UU)
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El obispo de Tyler, Joseph Strickland ha dado un paso adelante de cara a la celebración del próximo Sínodo de la sinodalidad y ha denunciado los peligros a los que se enfrenta la Iglesia.

La reciente ‘visita apostólica’ del Vaticano a la diócesis del obispo estadounidense parece no haberle amedrentado lo más mínimo. En una reciente carta pastoral escrita por Strickland a los fieles de Tyler, hace un llamamiento a «salvaguardar el Depósito de la Fe como nos ha sido transmitido por Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires».

El prelado de Estados Unidos hace una enumeración de unas cuantas verdades y subraya que «serán examinadas como parte del Sínodo sobre la Sinodalidad«. Ante esta situación, Joseph Strickland remarca que «La base más segura que podemos encontrar es permanecer firmemente en las enseñanzas perennes de la fe».

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Al mismo tiempo denuncia que «es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen«. Es por ello que el obispo texano insiste en que «debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir. Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos».

Les ofrecemos la carta completa escrita por el obispo Strickland:

Mis queridos hijos e hijas en Cristo:

¡Que el amor y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros siempre!

En este tiempo de gran agitación en la Iglesia y en el mundo, debo hablaros con corazón de padre para advertiros de los males que nos amenazan y para aseguraros la alegría y la esperanza que siempre tenemos en nuestra Señor Jesucristo. El mensaje malvado y falso que ha invadido a la Iglesia, Esposa de Cristo, es que Jesús es sólo uno entre muchos, y que no es necesario que Su mensaje sea compartido con toda la humanidad. Esta idea debe ser evitada y refutada en todo momento. Debemos compartir la gozosa buena noticia de que Jesús es nuestro único Señor y que Él desea que toda la humanidad de todos los tiempos pueda abrazar la vida eterna en Él.

Una vez que comprendamos que Jesucristo, el Divino Hijo de Dios, es la plenitud de la revelación y el cumplimiento del plan de salvación del Padre para toda la humanidad para todos los tiempos, y lo aceptemos con todo nuestro corazón, entonces podremos abordar los otros errores que plagan nuestra Iglesia y nuestro mundo que han sido provocados por un alejamiento de la Verdad.

En la carta de San Pablo a los Gálatas, escribe: “Estoy asombrado de que tan pronto estéis abandonando al que os llamó por {la} gracia {de Cristo} por un evangelio diferente {no es que haya otro}. Pero hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero incluso si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciamos un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como hemos dicho antes, y ahora lo repito, si alguno os predica un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema! (Gálatas 1:6-9)

Como su padre espiritual, creo que es importante reiterar las siguientes verdades básicas que la Iglesia siempre ha entendido desde tiempos inmemoriales, y enfatizar que la Iglesia existe no para redefinir las cuestiones de fe, sino para salvaguardar el Depósito de la Fe como nos ha sido transmitido por Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires. Nuevamente, recordando la advertencia de San Pablo a los Gálatas, cualquier intento de pervertir el verdadero mensaje del Evangelio debe ser rechazado categóricamente por ser perjudicial para la Esposa de Cristo y sus miembros individuales.

Cristo estableció Una Iglesia—la Iglesia Católica—y, por lo tanto, sólo la Iglesia Católica proporciona la plenitud de la verdad de Cristo y el camino auténtico hacia Su salvación para todos nosotros.

La Eucaristía y todos los sacramentos son divinamente instituidos, no desarrollados por el hombre. La Eucaristía es verdaderamente el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo, y recibirlo en la Comunión indignamente (es decir, en un estado de pecado grave e impenitente) es un sacrilegio devastador para el individuo y para la Iglesia. (1 Corintios 11:27-29)

El Sacramento del Matrimonio es instituido por Dios. A través de la Ley Natural, Dios ha establecido el matrimonio entre un hombre y una mujer fieles el uno al otro de por vida y abiertos a los hijos. La humanidad no tiene el derecho ni la verdadera capacidad de redefinir el matrimonio.

Cada persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios, hombre o mujer, y se debe ayudar a todas las personas a descubrir su verdadera identidad como hijos de Dios, y no apoyarlas en un intento desordenado de rechazar su innegable identidad biológica y dada por Dios.

La actividad sexual fuera del matrimonio es siempre un pecado grave y ninguna autoridad dentro de la Iglesia puede tolerarla, bendecirla ni considerarla permisible.

La creencia de que todos los hombres y mujeres serán salvos independientemente de cómo vivan sus vidas (un concepto comúnmente conocido como universalismo) es falsa y peligrosa, ya que contradice lo que Jesús nos dice repetidamente en el Evangelio. Jesús dice que debemos “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo”. (Mateo 16:24) Él nos ha dado el camino, a través de Su gracia, a la victoria sobre el pecado y la muerte a través del arrepentimiento y la confesión sacramental. Es esencial que abracemos el gozo y la esperanza, así como la libertad, que provienen del arrepentimiento y de la confesión humilde de nuestros pecados. A través del arrepentimiento y la confesión sacramental, cada batalla contra la tentación y el pecado puede ser una pequeña victoria que nos lleve a abrazar la gran victoria que Cristo ha ganado por nosotros.

Para seguir a Jesucristo, debemos elegir voluntariamente tomar nuestra cruz en lugar de intentar evitar la cruz y el sufrimiento que Nuestro Señor nos ofrece a cada uno de nosotros individualmente en nuestra vida diaria. El misterio del sufrimiento redentor, es decir, el sufrimiento que Nuestro Señor nos permite experimentar y aceptar en este mundo y luego ofrecerle de nuevo en unión con Su sufrimiento, nos humilla, nos purifica y nos lleva más profundamente a la alegría de una vida vivida en Cristo. Eso no quiere decir que debamos disfrutar o buscar el sufrimiento, pero si estamos unidos a Cristo, al experimentar nuestros sufrimientos diarios podemos encontrar la esperanza y el gozo que existen en medio del sufrimiento y perseverar hasta el fin en todo nuestro sufrimiento. (cf. 2 Tim 4,6-8)

En las próximas semanas y meses, muchas de estas verdades serán examinadas como parte del Sínodo sobre la Sinodalidad. Debemos aferrarnos a estas verdades y ser cautelosos ante cualquier intento de presentar una alternativa al Evangelio de Jesucristo, o de impulsar una fe que hable de diálogo y hermandad, mientras intentamos eliminar la paternidad de Dios. Cuando buscamos innovar en lo que Dios en Su gran misericordia nos ha dado, nos encontramos en un terreno traicionero. La base más segura que podemos encontrar es permanecer firmemente en las enseñanzas perennes de la fe.

Lamentablemente, es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen. Sin embargo, tenga la seguridad de que nadie que permanezca firmemente en la plomada de nuestra fe católica es un cismático. Debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir. Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos. Como dijo San Pedro: “¿Señor a quién iremos? Tu tienes las palabras de la vida eterna.» (Jn 6:68) Por lo tanto, permanecer firmes no significa que estemos buscando salir de la Iglesia. En cambio, aquellos que proponen cambios a lo que no se puede cambiar buscan apoderarse de la Iglesia de Cristo, y ellos son, de hecho, los verdaderos cismáticos.

Les insto, hijos e hijas míos en Cristo, a que ahora es el momento de asegurarse de mantenerse firmes en la fe católica de todos los tiempos. Todos fuimos creados para buscar el Camino, la Verdad y la Vida, y en esta era moderna de confusión, el verdadero camino es el que está iluminado por la luz de Jesucristo, porque la Verdad tiene un rostro y de hecho es Su rostro. . Tengan la seguridad de que Él no abandonará a Su Novia.

Sigo siendo tu humilde padre y servidor,

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Comentarios
63 comentarios en “Obispo Strickland sobre el Sínodo: «Es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen»
  1. Monseñor Strickland tiene razón.
    Los que actúan de forma cismática son los que, como Francisco, pretenden cambiar la doctrina y asumir ideologías del mundo. Con esa actitud, se separan de la verdad y fomentan la división en la Iglesia.

    1. Grande el Obispo Strickland! No importa como nos llamen, VAMOS A OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LA MASONERIA enquistada en la Iglesia!

      Viva Monseñor Lefevbre!

      1. Mons. Stricland no es lefevrista, al igual que el obispo que te ordenó no tiene reservas doctrinales como tenes vos contra el Concilio Vaticano II y, a diferencia de varios que aquí lo elogian, no tiene la más mínima dificultad en celebrar la Santa Misa en el novus Ordo. No cree que sea herético y no engaña a los fieles con ideología neomodernista contra el Santo Sacrificio de la Misa celebrado dignamente con un rito aprobado por la Iglesia.

        1. Yo que usted no abusaría del «aprobado por la Iglesia», porque también utilizan ese argumento quienes sostienen que desde el motu proprio de Francisco «Mitis Iudex Dominus Iesus» («Mitis et misericors Iesus» para las iglesias orientales), y no digamos tras «Amoris laetitia», el adulterio está «aprobado por la Iglesia».

          Y no sé qué reservas doctrinales se pueden tener con ese concilio del siglo pasado que no fue doctrinal, y cuyos documentos afirman que los católicos no tienen obligación de creer nada de lo que se dijera en él que no estuviera definido expresamente por la Iglesia previamente (Declaración de la Comisión doctrinal del Concilio adjunta a la «Lumen gentium»).

          1. Antes de responder a su pregunta, le pido tenga a bien aclarar su pensamiento: por qué estaría “abusando” del término “aprobado por la Iglesia? Acaso Usted cree que el “novus Ordo” no está aprobado por la Iglesia? Usted cree que la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía en una Santa Misa celebrada con el Vetus Ordo o el Novus Ordo o el rito bizantino o el rito Siro malabar es diversa? Me sabría decir en qué parte de los documentos que cita la Iglesia ha aprobado el adulterio? Le agradezco anticipadamente su respuesta. Tal vez haya solo un problema de “exégesis”. Cuando tenga su respuesta, le daré la mía, apenas disponga de tiempo para responderle. Que tenga muy buenas noches, o muy buen día.

          2. «Antes de responder a su pregunta…»

            ¿A qué pregunta? No he formulado ninguna.

            «Usted cree que el “novus Ordo” no está aprobado por la Iglesia?»

            Así que, era usted quien quería formular una pregunta. Pero está mal planteada: la Iglesia, que es el conjunto de todos los fieles, vivos y difuntos, con Cristo la cabeza, no la ha aprobado: ese rito, creado ex nihilo para sustituir al Rito Romano (del que conserva lo mínimo imprescindible) fue impuesto por Pablo VI a toda la Iglesia Latina. Si a éso usted le llama «aprobar», pues sí: está aprobadísimo.

            «Usted cree que la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía en una Santa Misa celebrada con el Vetus Ordo o el Novus Ordo o el rito bizantino o el rito Siro malabar es diversa?»

            Es que Santa Misa y transubstanciación no son sinónimos.

            «Me sabría decir en qué parte de los documentos que cita la Iglesia ha aprobado el adulterio?»

            Francisco no es «la Iglesia». Él, en «Amoris laetitia».

          3. «Cuando tenga su respuesta, le daré la mía, apenas disponga de tiempo para responderle»

            Mi respuesta la tengo hace mucho tiempo. Así que, como usted tiene poco tiempo, le facilito el trabajo y así no tiene que perderlo aquí: use su buscador de Internet y simplemente busque: «catholicvs amoris laetitia». Le saldrán enlaces a mi blog, con las entradas tituladas «Análisis de la Exhortación Apostólica post-sinodal «Amoris laetitia», del Papa Francisco (Parte I)» (son un total de 8 partes). No se va a aburrir. Todas las dudas y preguntas que tenga, tienen ahí su respuesta.

      2. Al final, habrá que recurrir a la FSSPX… pero donde vivo no están presentes… muchos quedaremos sin poder ir a misa, ni tener acceso a los sacramentos, cuando se instale la herejía como doctrina en la iglesia oficial, que es la que tiene el poder, los templos y la gran mayoría de curas y obispos seguirán la palabra de Bergoglio, aunque esté contra la Palabra de Cristo (ya lo estamos viendo)…

  2. Es seguro que algunos tildan de cismáticos a quienes no aceptamos las innovaciones y reformas salidas del concilio Vaticano II.

    De manera que, como dice el obispos Strickland, es posible, en realidad seguro, que también algunos nos tilden de cismáticos por no aceptar las innovaciones y reformas que salgan de esta fase sinodal de la misma revolución conciliar.

    1. «…reformas que salgan de esta fase sinodal de la misma revolución conciliar»

      Este «sínodo», en el sentido en que Francisco lo entiende y lo ha planteado, es un invento suyo y sólo suyo, y no guarda ninguna relación con un concilio pastoral del siglo pasado del que sólo se acuerdan los viejos, y que en ningún caso planteó consagrar «sacerdotas», ni dijo que la homosexualidad no fuera pecado, ni planteó bendecir parejas del mismo sexo, ni que se comulgara en pecado mortal (blanqueando el adulterio, encima), ni que los laicos hagan labores de cura, etc. Deje ya de blanquear a Francisco con sus absurdas comparaciones, que no hay por donde cogerlas.

      1. Yo no blanqueo a Francisco, lo veo con tintes muy oscuros. Pero no es un meteorito que nos cayera inopinadamente encima el miércoles 13 de marzo de 2013. Sino producto agudizado de sus antecedentes, que se remontan al menos al primer modernismo condenado por San Pío X, al segundo condenado por Pío XII y al triunfante de las innovaciones y reformas salidas del concilio Vaticano II.

        Cierto que el modernismo acabado y llegado a maduración de Francisco se caracteriza por nuevos frutos pútridos inimaginables hasta él. Es la misma progresión por fases de toda revolución. Oscuro Francisco y oscura la espantosa crisis doctrinal, litúrgica y disciplinar que sufre la Iglesia desde hace más de medio siglo. Mas terrible que la crisis arriana del siglo IV y que la crisis protestante del siglo XVI.

        1. Y, aunque no soy viejo, me acuerdo del Vaticano II.

          Y del Vaticano I y Trento. Concilios más antiguos y mucho más importantes que el pastoral Vaticano II.

          1. «no es un meteorito que nos cayera inopinadamente encima el miércoles 13 de marzo de 2013»

            De la caída de un meteorito no puede culparse a nadie. De la elección de Francisco, sí: a los cardenales que le votaron (sea por ignorancia o con mala intención), y sólo a ellos. Usted sigue negándose a reconocer que es un verso suelto, totalmente opuesto a sus predecesores, aunque en sus discursos emplee frases suyas de aquí y de allí (generalmente sesgadas) como excusa, para a continuación, tergiversándolas, decir justo lo contrario.

            «Es la misma progresión por fases…»

            Pero, ¿de qué «progresión» habla, si se produjo en un solo día? El 13 de marzo de 2013, fecha que usted ya ha señalado. A partir de ese momento, Francisco se ha dedicado a enmendar la plana a Pablo VI, JPII y BXVI siempre que ha podido. Ningún progreso ni evolución: ruptura total. Con su final coincido: razón de más para no obsesionarse ni sacarlo sin venir a cuento.

  3. Que la suscriban los obispos fieles a la fe católica y apostólica y la publiquen en sus diócesis. ¿A que no hay coj…? Bravo obispo Strickland, así se enseña y se predica. Dios le bendiga y la Virgen María le proteja.

    1. En España ninguno dirá nada, ni tampoco mencionaran esto en la COPE o en Radio María… Este obispo está defendiendo la Palabra de Cristo y con valentía se está ganando el cielo… Otros sacerdotes que yo sigo que se dicen «contrarevolucionarios»(Juan Razo, Olivera Ravasi, los de «la Sacristía de la Vendée»…. ) están escandalosamente callados, demostrando que hay miedo a perder el puesto o a ser enviados a destinos más ingratos… qué triste todo, no hay ni «mártires de perder el sueldo» …

  4. Gracias, Señor, por este obispo fiel, inteligente y valiente que como San Juan Bautista lo arriesga todo por amor a Ti y a Tus ovejas. Bendícelo grandemente y por medio suyo salva a muchos en esta hora de asedio infernal dentro y fuera de Tu Iglesia amada. Que Tu santa Madre sea su refugio y consuelo en la batalla que libramos, amén.

  5. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. La jerarquía que no tiene Fe, abusa de su poder, dictando normas abusivas que cambian la Moral, la Fe y la Tradicion.
    Hay que denunciar y resistir estos cambios hereticos.
    Volvemos a los tiempos de S. Atanasio cuando dijo que ellos tienen los templos, pero nosotros la Fe.

  6. No sólo es que sea posible ese libelo acusatorio, es que ya es frecuente entre los prebostes de la nueva iglesia sinodal. Ya podemos ir preparándonos los católicos, porque en breve nos harán elegir: o Iglesia Católica o la Sinodal del nuevo paradigma, con su paquete de ecoconversiones, adulterios y homosexualismo disfrazado de falsa compasión, ordenación de sacerdotisas (quizás con el preliminar de la supresión del celibato sacerdotal tomando como excusa los abusos), consolidación de los excesos litúrgicos…etc

  7. Es curioso que a estos que se les llena la boca hablando de la sacrosanta tradición cuestionen que como se hizo siempre quien no está «con Pedro y bajo Pedro» está contra Pedro, y por tanto es un cismático. Es la tradición de la Iglesia amigo…

    1. Marquitos, el cisma no se mide con respecto a los errores u opiniones de un Papa, sino respecto de las Escrituras y la Tradición, las dos fuentes de la revelación de Dios.

      La Tradición es lo que nos enseña que la autoridad del Papa no puede contravenir lo revelado por Dios.

      Ignoras hasta lo más básico de la fe católica.

      1. Hidaspecita, tu pensamiento concuerda perfectamente con el del patriarca Fozio y del patriarca Cerulario. La defensa de la “ortodoxia” es estar contra el Papa de Roma en defensa de la Revelación (Escritura y Tradición), porque se cree “Pedro”, cuando en realidad “Pedros” son todos los sacerdotes (eclesiologia eucarística ortodoxa) o también todos los laicos (“eclesiología” de los anglicanos del siglo XVI). Muy elocuente tu conocimiento de la “Tradición” (Misa Tridentina?) y de las Escrituras (libre examen “neomodernista”?)

        1. «Hidaspecita, tu pensamiento concuerda perfectamente con el del patriarca Fozio y del patriarca Cerulario»

          ¿En serio? ¿En qué? Me parece a mí que no ha entendido un pimiento lo que hidaspes ha dicho, o no habría soltado su absurda parrafada a continuación.

          «La defensa de la “ortodoxia” es estar contra el Papa de Roma…»

          ¿Quién está «contra el Papa de Roma»? ¿Usted? Hidaspes no. Yo tampoco. Pero igual usted considera que no aceptar los errores u opiniones personales de Francisco es «estar contra él». Problema de usted, si equipara esos errores a la persona que los comete.

          «Muy elocuente tu conocimiento de la ‘Tradición'»

          Bastante menos elocuente que su «lectura comprensiva».

          Por cierto, entre los errores de Francisco también está el libre examen “neomodernista” de las Sagradas Escrituras. Así que, aclárese usted: ¿es bueno o malo? ¿O según quien lo haga? Recuerde que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo.

          1. Respondo a su defensa de su “lectura comprensiva” de Hidaspes con el canon 751 del CIC, que define claramente qué cosa es “herejía” y qué cosa es cisma: “Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia”. Según esa noción los cismas no se definen por la no aceptación de las verdades de la Divina Revelación (S. Escritura y Tradición apostólica, que no se identifica con “tradiciones eclesiales”), sino por la sujeción al Sumo Pontífice. Me alegra mucho saber que Usted al igual que Hidaspes no son sedevacantistas y que reconocen “la autoridad” del Papa como “sucesor de Pedro”, y que por tanto no está contra el Papa de Roma, como Focio y Cerulario, con sus pretensiones de defender la “ortodoxia” contra los errores de la Iglesia de Roma!

          2. «cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia»

            ¿ y qué tiene que ver lo que ha transcrito con aceptar y aplaudir los disparates pontificios y sus errores doctrinales? ¿Encuentra en alguna parte del Código de Derecho Canónico (algo relativamente nuevo en la historia de la Iglesia, por otro lado, sin el cual ha vivido la mayor parte de su historia: nada menos que diecinueve siglos), que esa «sujeción» sea lo que acabo de señalarle? ¿A que no? ¿Ve como necesita usted, además de menos inventiva, un curso de lectura comprensiva? Ni entiende el comentario de hidaspes (o finge no hacerlo), ni entiende el Código de Derecho Canónico, ni tampoco el hecho de que no es el CIC el que establece lo que es el cisma, que ya existía siglos antes de que el CIC se creara por primera vez. Se limita a recoger lo que ya existía (y que usted no entiende o finge no entender).

          3. «Me alegra mucho saber que Usted al igual que Hidaspes no son sedevacantistas»

            Pues me alegro de que se alegre, y de que no se haya quedado usted Calvo para llegar a tan difícil conclusión. Cualquiera se habría dado cuenta de que no íbamos a perder el tiempo en corregir los errores doctrinales y disparates de su vecino fontanero. Si corregimos a Francisco es por ocupar el puesto que ocupa y por la repercusiones que tienen sus errores (especialmente sobre los más ignorantes).

            «y que reconocen “la autoridad” del Papa como “sucesor de Pedro”, y que por tanto no está contra el Papa de Roma»

            La «autoridad de un Papa como sucesor de San Pedro» no incluye difundir errores ni decir disparates, por lo que no hay nada que rechazar cuando la ejerce. Cuando aparca dicha autoridad, no sólo no hay que reconocer tales disparates, sino que hay obligación de corregirlos, precisamente para defender a la Iglesia de Roma contra los errores de Francisco.

        2. Ningún obispo será cesado por decir verdades como las expresadas en esta carta intachable de Mons. Strickland. Ningún obispo es cesado por defender la doctrina católica y alertar de los peligros que amenazan la integridad de la fe y moral tradicional. El problema está en cómo un obispo administra su diócesis, si hace o planea algo que socava la unidad de la Iglesia universal y la colegialidad con el sucesor de Pedro – «cum et sub Petro».

          1. «Ningún obispo es cesado por defender la doctrina católica y alertar de los peligros que amenazan la integridad de la fe y moral tradicional»

            Parece tener usted un pequeño retraso: lo que describe no es un supuesto o algo futuro, sino que ya ha ocurrido. Y no sólo una vez.

            Y el final de su comentario es falso: le contradice la propia realidad, como se puede ver en el caso de los obispos belgas y alemanes, a los que Francisco sigue sin echarles. Por cierto, a ver si en vez de tanto nombrar la «colegialidad», viaja usted al Vaticano y convence a Francisco para ejercerla, porque en el último siglo no ha habido un Papa menos «colegial» y más autócrata que él. Ah, y le vuelvo a aclarar el concepto: la única «unidad» posible en la Iglesia es la unidad en la Verdad; la «unidad en el error» la puede tirar a la basura: ¿quién quiere condenarse en grupo, por muy «unido» que éste esté? Los más de 35 anti-papas seguro que tenían una cla muy unida.

    2. Este tal Marcos es un izquierdista gallego progre e ignorante, como todos ellos, el cual trata de aparentar una supuesta fidelidad al Santo Padre que no es tal. Su seguidismo enfermizo es a su camarada Bergoglio y solo a él, que no disimule el muy cretino de lo que no es, mamarracho infectó.

      1. Pepito, al menos podrías aprender de carta de mons. Stricland que toda persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios; y que por tanto lo de “gallego” está demás! Hoy, por viernes, has sido un poquito más moderado. Bravo, Pepito! Adelante! Estás rezando por el almita de tu pobre tío?

        1. Me encantan sus cambios de nick. No se notan nada, nada, nada. Y son tan «ingeniosos» como el contenido al que acompañan. Pero cuide su redacción, que diez faltas ortográficas (10) son demasiadas para tan breve deposición (no sea vago y, aunque sea un iletrado, podría pasarlo por un corrector ortográfico antes de publicarla, ¿no cree?).

          1. Catholice, perdone usted mis errores de ortografía. Veo que Ud. es muy quisquilloso con ella y me parece excelente! A veces uno escribe apurado y se olvida de pasar el corrector. Trataré de no disgustarlo en ese punto, porque veo que es Usted un corrector innato. Ya que le agradan mis ingeniosos nick, aprovecho hacerle una pregunta “ingeniosa”: tiene Ud. “acciones” en Infovaticana? Es Usted el moderador o su propietario? Por qué no puedo usar los nick que quiera? Cuál es el problema?

          2. «perdone usted mis errores de ortografía. Veo que Ud. es muy quisquilloso»

            No se equivoque: a mí los errores de ortografía ajenos me importan un rábano. Sólo los señalo para poner en evidencia que quien desconoce algo tan básico como la ortografía, no es el más indicado para dar lecciones sobre otros temas más complicados, cuyos conocimientos no serán mayores que los de ortografía, sino incluso menores. Y claro, volvemos al dicho: la ignorancia es muy atrevida. Y respondiendo a sus preguntas finales: sí, usted puede trollear tanto como guste, puede decir disparates, puede utilizar 500 nicks diferentes… y, como usted, cualquiera puede escribir lo que le dé la gana, incluyéndome a mí, e incluyendo respuestas a sus deposiciones, que sólo puede evitar no escribiendo. ¿Cuál es el problema?

    3. ¿De qué está hablando usted? Para volver a repetir la misma cantinela, al menos espere a que haya una noticia medianamente relacionada, ¿no? Léase la noticia y deje de decir chorradas, porque no hay ni una sola mención a nada parecido a la tontería que dice usted.

      Pero, ya que se pone, le recuerdo que en la Iglesia, lo que se hizo siempre con quien no está «con Pedro y bajo Pedro», especialmente con algunos que han ocupado su cátedra (porque los católicos no creemos que los Papas sean reencarnaciones de San Pedro), ha sido declararlos anti-papas, precisamente por ir «contra Pedro» y contra la fe católica, que sus sucesores deben guardar y transmitir íntegramente. Es curioso que a impíos, modernistas y anticatólicos de todo pelaje ahora se les llene la boca con «Pedro» («San» Pedro, para los católicos), habiendo puesto a los Papas a caer de un burro hasta llegar Francisco, que contradice a todos sus predecesores. Qué casualidad, ¿verdad?

        1. ¿»Carcas»? ¡Qué palabro tan carca! Sólo lo utilizan los progresaurios y sus contemporáneos (ya quedan pocos, por ley natural). Y, hablando de «aperturistas», a ver si emplea usted alguna vez los signos de interrogación de apertura: ni esto es WhatsApp, ni se va a morir por gastar un segundo más en escribir bien. Además, no se entiende un pimiento qué dice de los Papas que cita: poca apertura y poco modernismo puede achacarle usted a JPI: en 33 días no le dio tiempo. Ni a Juan XXIII tampoco: tan sólo abrió un concilio… y se murió.

    4. Marcos, para ese presupuesto Pedro debería ser Pedro y no un impostor comunista, cabalista y masón con lengua bífida que con malas artes ha tomado el mando. Que nadie se atreva a decir las verdades por su nombre no significa que éstas no existan. Siempre con Dios.

      1. Filemón, no aprendiste de tu maestro el apóstol San Pablo a “no injuriar al Principe de tu pueblo”? Relee Hechos 23,3-5. Si no le crees a San Pablo, al menos créele al rey David y no pongas vilmente tu mano contra “el Ungido del Señor”. Dios es muy paciente, pero no te olvides que ha prometido: “maldeciré a los que te maldigan”. Que la indignación los Santos Apóstoles Pedro y Pablo no caiga sobre tu cabeza por haber injuriado al Principe de tu Pueblo calumniándolo.

        1. «no pongas vilmente tu mano contra ‘el Ungido del Señor'»

          ¿Qué tiene que ver Nuestro Señor Jesucristo (el Ungido del Señor o Mesías), con lo dicho por Filemón?

          Y su comienzo también es «glorioso»:

          «Filemón, no aprendiste de tu maestro el apóstol San Pablo…»

          Mire qué bien enseñaba el apóstol S. Pablo:

          «Pero cuando Cefas [es decir, San Pedro, el primer Papa] fue a Antioquía, en su misma cara le resistí, porque se había hecho reprensible» (Gál 2, 11).

          Y lo hizo públicamente, como aclara en el versículo 14: «dije a Cefas delante de todos».

          Conclusión: estudie usted un poco más, que de exégesis bíblica no sabe un camino (atribuir el título de Mesías a un Papa es de ser un ignorante integral), y no sea usted tan histriónico con esas maldiciones mal disimuladas (que son apropiadas en documentos pontificios, pero que en usted quedan ridículas), pues parece una gitana enrabietada porque no le compran la ramita de romero.

          1. Bravo, Catholice! Te retractaste al menos de un error de ortografía! Estas creciendo en humildad a pasos acelerados. Se ve que las Sagradas Escrituras las frecuentas muy seguido: la frase “el ungido del Señor” la refiere David a Saúl, no al Mesías (“Quien podría extender su mano contra el ungido de Yahvé y quedar impune? (1 Reyes 26,10; “Líbreme Yahvé de extender mi mano contra el Ungido de Yahvé (1 Reyes 26,11); “yo no quise levantar mi mano contra el Ungido de Yahvé” (1 Reyes 26,23). Con tus conocimientos bíblicos tan profundos, te crees San Pablo para “corregir a Cefas? Harás una retractación de la error garrafal que escribiste o sólo haces retractaciones de errores ortográficos? Hermosa tu “lectura comprensiva”. Ánimo!

          2. Pero hombre, troll: disimule usted un poco, que está empleando la misma ridícula variación de mi nick (Catholice) que ha empleado más arriba como «Mirtho Legrand».

            «la frase “el ungido del Señor” la refiere David a Saúl, no al Mesías…»

            ¿No me diga? Es usted quien necesita un cursillo acelerado de exégesis bíblica, no yo. Como tiene esos graves problemas ortográficos, parece desconocer que en el pasaje que cita la palabra «ungido» va en minúscula, mientras que como la ha empleado usted al principio («Ungido», con mayúscula) siempre hace referencia, única y exclusivamente, al Mesías; es decir: a Nuestro Señor Jesucristo. Pero, además, la improvisada excusa que nos pone aquí es aún más ridícula que si no dijera nada: como ya le he dicho, es un disparate que atribuya a un Papa un título sólo atribuible a Cristo; pero es igual de ridículo que ahora lo justifique atribuyendo al mismo Papa un título atribuido a Saúl. ¿Qué pasa, que es su…

          3. …reencarnación? ¡Por favor! Sea más ingenioso en su réplicas, o, si no, cáyese si no quiere hacer el ridículo.

            «1 Reyes 26,10; 1 Reyes 26,11; 1 Reyes 26,23 […] Con tus conocimientos bíblicos tan profundos…»

            Incluso quien carezca de «conocimientos bíblicos tan profundos» puede comprobar que «I Reyes» sólo tiene 22 capítulos. Así que, difícilmente ha podido usted transcribir algún fragmento de «I Reyes 26». Le pasa a usted con la Biblia como con la ortografía y como con sus conocimientos del papado: confunde usted a un Papa concreto con Cristo, o si no con una reencarnación de Saúl, y también confunde el libro de los Reyes con Samuel.

            «te crees San Pablo para “corregir a Cefas?»

            Con sus evidentes carencias culturales y religiosas, va a ser inútil que le recomiende leer a Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia, quien, en la Suma Teológica, le responde a esa misma pregunta de forma mucho más clara y extensa de lo que lo…

          4. …podría hacer yo aquí, pues esta es la sección de comentarios de una página web. Así se entera de una vez, se lo graba en la mollera y deja de recurrir a ese recurso de troll anticatólico más sobado que la fruta en un mercadillo callejero (el recurso, no usted), que no hace falta ser San Pablo para corregir a cualquiera, incluyendo a un sucesor de Cefas (porque, insisto: los sucesores de San Pedro no son su reencarnación).

            «Harás una retractación de la error garrafal que escribiste»

            Cuando me equivoque, haré todas las retractaciones que hagan falta, que a mí no se me caen los anillos. Mientras tanto, no: no voy a hacer como Francisco, pedir perdón por errores ajenos (en el caso de Francisco, por errores ajenos que jamás han ocurrido; en el caso de usted, por los evidentes errores que todo el mundo puede ver). Eso, en todo caso, lo tiene que hacer el que mete la pata, bien sea Francisco, bien sea usted. Por cierto, la palabra «error»…

          5. …es masculina y, por tanto, se escribe «el error», no «la error» (de nada).

            «Hermosa tu “lectura comprensiva”. Ánimo!»

            Muy hermosa. Lástima que no se pueda decir lo mismo de la de usted, al carecer de ella. Así que, es a mí a quien corresponde darle ánimos: estudie usted, hombre, y así evitará no sólo sus garrafales faltas ortográficas, sino también decir tanto disparate exegético para justificar sus errores teológicos. ¡Ánimo!

            P. D.: Lo que he hecho en mi segundo comentario no es «retractarme de un error ortográfico», sino una fe de erratas, siendo éstas una «equivocación material cometida en lo impreso o manuscrito» (RAE), que es algo muy distinto a lo que comete usted continuamente, que no puede achacarse ni a que su móvil cambie las letras (a diferencia de lo que ocurre con palabras como «comino» y «camino», los correctores ortográficos automáticos no cambian, por ejemplo, la palabra «ajeno» por «ageno», palabra que ni…

          6. …siquiera existe: eso es producto de su burricie, no culpa del móvil, ni debido a que haya dado sin querer a una tecla contigua).

    1. Con ese nick, esos acentos al revés y el empleo de la palabra «prefacciòn», que no existe en español, va a abrir ese enlace su tía la del pueblo, porque «moi», no. Y recomiendo lo mismo a los demás lectores, por si acaso.

      1. Catholice, buen día! Gracias por sus correcciones ortográficas. Le respondo a sus últimos comentarios desde aquí porque la página no me da la oportunidad de añadir un comentario al suyo. Tiene usted razón: debería haber escrito “ungido” con minúscula. Tiene usted razón: debería haber citado el primer libro de Samuel con su nombre más conocido, y no como primer libro de Reyes, como hace mons. Straubinger siguiendo a la versión de los LXX y a la Vulgata, que en la versión que utilizo dice: Liber primus Samuelis, quem nos “primum Regum” dicimus. El mensaje bíblico de 1 Samuel 26 es muy interesante también en la versión latina: 1 Sam 26,9: Ne interficias eum; quis enim extendet manum suam in christum Domini et innocens erit?” “A buen entendedor pocas palabras”! Su teología sobre los “ungidos del Señor” y su conocimiento del pensamiento de Santo Tomás me anonada. Por eso le mando mis cordiales saludos! (Si lo ve salude de mi parte al “glorioso” Javito).

        1. «Le respondo a sus últimos comentarios desde aquí porque la página no me da la oportunidad de añadir un comentario al suyo»

          ¡Hay que ver que página tan malvada, por no permitirle a usted lo que le permite a todos los demás!

          «Tiene usted razón: debería haber escrito “ungido” con minúscula»

          Eso es lo de menos: lo que no debería haber hecho es comparar ni a Cristo, ni a Saúl, con Francisco (las comparaciones son odiosas).

          «como hace mons. Straubinger siguiendo a la versión de los LXX y a la Vulgata»

          Eso también es indiferente: su burrada es la misma, y ni en la Biblia de Straubinger, ni en la versión de los LXX, ni en la Vulgata latina, ni en ninguna parte, va a encontrar que dicho término haga referencia a ningún Papa, y menos a Francisco, lo escriba en mayúscula o en minúscula. Así que, deje de marear la perdiz.

          «El mensaje bíblico de 1 Samuel 26 es muy interesante también en la versión latina»

          Tanto, que volvemos al principio:

          1. Así que, «christum Domini», ¿es Francisco? ¡Qué risa! No lo es, tanto si se refiere a Cristo, como si se refiere a Saúl. Y, de nuevo, en la Vulgata latina no encontrará eso en I Reyes, como le he dicho anteriormente. Ni en la versión de los LXX tampoco, donde para encontrar el mismo término también debe hacerlo en el libro de Samuel. Vamos, lo que ya le había dicho.

            «Su teología sobre los “ungidos del Señor” y su conocimiento del pensamiento de Santo Tomás me anonada»

            Cuando uno es un iletrado, como es su caso, es normal que se anodade; pero se le curará estudiando, como también le he dicho ya.

            «Si lo ve salude de mi parte al “glorioso” Javito)»

            Ignoro quién será el tal «Javito», pero ya le aclaro que dudo mucho que tengamos algún conocido en común, por lo que difícilmente le puedo dar recuerdos de parte de usted. Además, como quien parece conocerlo es usted, salúdele usted mismo, que gente pobre no necesita criados.

  8. Strickland se está ganando una beatificación futura cuando Dios purifique el mundo. Ojalá hubiera otros 100 obispos como él. Que bajo ha caído España, por cierto. No veo ni una voz de cordura.

    1. «Que bajo ha caído España, por cierto. No veo ni una voz de cordura»

      Bueno, según cómo se mire: para decir lo que sueltan algunos obispos de otros países (de Bélgica, Alemania, Malta o Argentina, por ejemplo), casi mejor que no digan nada. Pero siempre hay excepciones. Por ejemplo, ante la escandalosa frase: «no queremos convertir a los jóvenes a Cristo» de Mons. Américo Aguiar, obispo auxiliar de Lisboa (que será creado cardenal por Francisco en septiembre) durante la JMJ, el obispo español Mons. Munilla la calificó de «muy impropia, además de contraria al Evangelio», y durante la propia JMJ aclaró a los jóvenes allí reunidos:

      «El fin de la JMJ es dar a conocer a Jesús como luz y salvación del mundo, invitándonos a abrir las puertas de nuestro corazón a Cristo, por medio de nuestra conversión».

  9. ¡¡Muy valiente el Obispo!!.Tenemos que rezar MUCHO por él, porque sin duda la multitud de lobos,de una u otra forma,querrán acabar con él. Que el Señor y la Santísima Virgen le amparen y lo protejan.
    De profúndis clamávit ad te,Dómine;Dómine exáudi vocem meam…

  10. ¡EXCELENTE! ¡BRILLANTE! ¡FORMIDABLE! UN VERDADERO PALADÍN DE LA FE. DIOS LO GUARDE, LO GUÍE Y LO DEFIENDA DE LAS HIENAS Y LOBOS QUE PULULAN EN LA SANTA MADRE IGLESIA.

  11. Como dijo Gamaliel, si no somos fieles a la Iglesia por defender la Verdad que ha sido proclamada por siglos, Dios nos aventará como paja, pero si las altas jerarquías traicionan la Revelación y hasta el Credo, ¡Ay de ellos!

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