Cómo perder una guerra

LGTB
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(David Carlin-The Catholic Thing)-Si eres un general y quieres romper la línea defensiva del enemigo, busca su punto más vulnerable y atácale precisamente en ese punto con una concentración excepcional de fuerzas. Cuando la rompas  en ese punto, es muy probable que toda su línea defensiva se derrumbe. Habrás ganado la batalla, tal vez incluso la guerra.

El punto más vulnerable del catolicismo, en su defensa contra el asalto que le está haciendo el ateísmo actual, es su antigua enseñanza de que la práctica homosexual es un gran pecado. Muchos de nuestros defensores nominales no creen realmente que valga la pena defender este punto de nuestra línea de defensa, al menos no con energía heroica. Algunos de nuestros «defensores» están incluso bastante dispuestos a permitir que el enemigo se cuele por una brecha en este punto.

Una vez que fracasamos en la defensa de nuestra enseñanza sobre la homosexualidad, una vez que permitimos que el enemigo rompa nuestras líneas en ese punto, ¿puede alguien, salvo un necio, dudar de que otras secciones de nuestra defensa también se derrumbarán? Si la conducta homosexual es permisible, ¿cómo podremos decir que la fornicación es gravemente pecaminosa, o incluso el adulterio?

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Una vez que abandonemos las antiguas doctrinas morales en materia sexual, ¿cómo podremos mantener nuestras antiguas doctrinas morales en materia de mentir, engañar y robar, por no hablar de nuestras enseñanzas sobre el uso de la fuerza física?

Y una vez que abandonemos nuestras doctrinas morales, ¿cómo podremos mantener nuestros dogmas respecto a ciertos milagros esenciales, por ejemplo, el Nacimiento Virginal, la Resurrección, la Presencia Verdadera de Cristo en la Eucaristía? Por último, nos resultará difícil creer en la Encarnación o en la Trinidad, o incluso en la existencia misma de un Dios mal definido.

El catolicismo es un sistema; cada parte está conectada con todas las demás y depende de ellas; si una parte se derrumba, todo el sistema estará en peligro. Dejemos que el enemigo irrumpa en el Fuerte de la Homosexualidad y, con el tiempo, todos nuestros otros fuertes doctrinales caerán. Tal vez no de la noche a la mañana. Pero tarde o temprano lo hará. Roma no se construyó en un día; tampoco cayó en un día.

El enemigo ateo siente que está cerca de la victoria. De ahí su inmensa concentración de fuerzas propagandísticas en este punto vulnerable: fuerzas como Hollywood, la música popular, los medios de comunicación, nuestras universidades y facultades de derecho, nuestras escuelas públicas, el Partido Demócrata y el actual presidente de Estados Unidos.

Cualquiera que no esté al tanto de esto debe haber dormido durante el pasado mes de junio, el Mes del Orgullo. Pero este gran asalto propagandístico no se limita al Mes del Orgullo, ni mucho menos. Es un asalto de 12 meses/24 horas al día. Y nos dice, sin cesar, que el deseo homosexual y las relaciones homosexuales son algo espléndido. Y que pronunciar palabras negativas sobre ello, o incluso tener pensamientos negativos al respecto, es muy malo, incluso francamente perverso.

¿Por qué los católicos estadounidenses son ineptos a la hora de defender la fe en este punto tan vulnerable?  Por varias razones.

 

  1. Los católicos, antaño un grupo marginado en Estados Unidos, hace tiempo que se americanizaron por completo; por lo tanto, si estar a favor de la homosexualidad es ahora lo americano (que parece serlo), los católicos no podemos evitar estar a favor de la homosexualidad.
  2. Muchos católicos han adoptado la teoría moral ahora dominante en Estados Unidos, según la cual todo está moralmente permitido si no causa un daño obvio y tangible a otro. Dado que los actos homosexuales no causan la caída del cielo, deben ser moralmente permisibles.
  3. Vivimos en una sociedad altamente comercial en la que «todo vale» siempre que no sea malo para el negocio. La homosexualidad, al parecer, no es mala para los negocios.
  4. Solemos interpretar que el mandamiento «ama a tu prójimo» incluye el submandamiento «no hieras los delicados sentimientos de tu prójimo homosexual».
  5. Como conocemos -o sabemos de- personas homosexuales que parecen llevar una vida inofensiva, suponemos que sus inclinaciones sexuales también deben ser inofensivas.
  6. La mayoría de nuestros obispos y párrocos evitan hacer un gran escándalo sobre la maldad de la conducta homosexual. Y si un obispo imprudente llega a hacer un gran alboroto (véase el obispo Strickland de Tyler, Texas), el Vaticano puede hacerle una «visita» de advertencia.
  7. El papa Francisco no ayuda cuando rinde honores extraordinarios al padre James Martin, S.J., el sacerdote pro-homosexualidad más famoso/notorio de Estados Unidos.

 

¿Qué podemos hacer los católicos, sobre todo nuestros obispos y sacerdotes, para defender la fe en este momento de máxima vulnerabilidad? Para empezar, podríamos adoptar como lema las palabras del gran abolicionista William Lloyd Garrison: «Lo digo en serio, no me equivocaré, no me excusaré, no retrocederé ni un ápice, y seré escuchado«.

Esto no significa que tengamos que volver a penalizar la conducta homosexual.  Es demasiado tarde para eso. Además, tenemos que distinguir claramente entre permisibilidad moral y permisibilidad legal. Una religión como la nuestra, que durante siglos permitió la tolerancia legal de la prostitución, puede permitir la tolerancia legal de la homosexualidad.

Pero debemos hacer lo posible por acabar con la glorificación pública de la homosexualidad, una glorificación que socava los cimientos de nuestra religión y corrompe los corazones y las mentes de nuestros jóvenes. Como mínimo, debemos gritar a los cuatro vientos un mensaje que nuestra religión ha proclamado desde los tiempos de los Apóstoles, a saber, que la conducta homosexual es un gran pecado, un vicio contrario a la naturaleza.

Esto requerirá cierto valor. Pero no un coraje tremendo. No el coraje necesario para afrontar la muerte por martirio. Más bien, el valor necesario para enfrentarse a insultos como «homófobo», «intolerante» u «odioso». En algunos pocos casos, el valor necesario para afrontar la pérdida de una oportunidad laboral, incluso la pérdida del puesto de trabajo.

Si, por el contrario, elegimos no defender la enseñanza sobre la homosexualidad que se remonta a la época de los Apóstoles, e incluso antes en la tradición judía, la fe que heredarán nuestros descendientes no será más que una sombra de la fe católica transmitida por los Apóstoles.

Podemos despedirnos del catolicismo estadounidense.

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Comentarios
69 comentarios en “Cómo perder una guerra
  1. Es patético leer a Antonio Pelayo –corresponsal en el Vaticano y miembro del Opus Dei– indignarse con puro desprecio ideológico hacia los pocos discípulos de Cristo que intentaban frenar la «Aktion» pro LGBT que Bergoglio y sus jerarcas han introducido en la JMJ sin embozo alguno.

    1. Estimado LECTOR: ¿De dónde saca vd. la peregrina idea de que Antonio Pelayo es miembro del Opus Dei? El Rvdo. D. Antonio Pelayo Bombín es sacerdote diocesano de Madrid y no pertenece a la Obra. Me atrevo a decir que está en las antípodas, por decir algo suave, del Opus Dei. ¿Se imagina vd. a un sacerdote del Opus Dei sin vestir de sacerdote? Por favor, no haga afirmaciones tan erradas que tanto daño pueden hacer.

      1. Es verdad, no lo es. Será por los bandazos acomodaticios que van todos dando de papa en papa, que había hecho yo a éste del Opus sin confirmarlo. Ustedes perdonen.

        1. No voy a decir por qué mi conocimiento de Antonio Pelayo es muy completo porque se me vería demasiado el plumero pero confirmo lo que dice LECTOR MEJOR INFORMADO, es decir, que el sacerdote Antonio Pelayo, que ahora dicen que está en Madrid pero procede de Valladolid, JAMÁS ha sido del Opus. Más bien un tipo acomodaticio insubstancial pero del Opus nada.

        2. En línea con el artículo diría que la primer línea de defensa ya ha sido rota. Se trata de la comunión de personas en situación de adulterio.

  2. Yo creo que el punto más débil de la Iglesia, ahora, es el no creer, por parte de buena parte de la Iglesia, especialmente Jerarquía, en la condenación eterna. Si no se cree en ello, dogma de fe, todo vale…

  3. No tengo ni la erudición ni la formación teológica de muchos comentaristas, pero debo decir que estoy muy de acuerdo con lo expuesto en el artículo, con el añadido que todo lo expuesto se puede aplicar no sólo a la Iglesia estadounidense si no a la Iglesia en general.

    S. Pablo y otros muchos padres de la iglesia, además de toda la tradición judía, condenaron como intrínsecamente pecaminoso el acto homosexual pero actualmente se está «desvirtuando» ese aspecto y, como bien dice, una vez «derribado» eso, el camino para derribar las bases de la Iglesia está completamente abierto.

    Lo que más me duele es que esa campaña de acoso y derribo se está llevando a cabo desde dentro de la misma Iglesia.

    1. Con la que está cayendo es más importante que nunca remontarse al detonante de la crisis y entender sus causas.

      Para que, con la ayuda de Dios, algún día se le pueda poner remedio.

      La Iglesia aceptó siempre que, según las circunstancias, la prudencia política puede aconsejar o requerir la tolerancia de ciertos males y errores, inclusive los religiosos. Como en el caso de la España de Franco que usted recuerda.

      Lo cual es radicalmente diferente del innovador derecho natural a la libertad religiosa afirmado por el concilio Vaticano II en la declaración Dignitatis humanae.

      1. Creo que ha puesto su comentario aquí por error y que era respuesta al mío. Ya le he puesto la respuesta más abajo, donde el suyo aparece repetido.

  4. Desgraciadamente ya está extendida por todo el mundo y, los pastores de la Iglesia (salvo claras excepciones), está dormitando y se han negado en redondo a hablar del grave pecado de la idolatría al LGTB, hablar de que la homosexualidad entre seres del mismo género es pecado grave, de que el amancebamiento es pecado grave, el adulterios es pecado grave y todo lo concerniente a la carne es pecado grave; tendrán que dar cuentas a Dios por la grave ofensa al creyente y por supuesto y primero a Dio. ¿Nada que decir la Confesión? ¿Que pintan los concesionarios en las iglesias? ¿Por qué tanta soberbia? ¿Por qué este abandono?

  5. «Esto no significa que tengamos que volver a penalizar la conducta homosexual. Es demasiado tarde para eso». Enorme frase para defender la homofobia más casposa.

    1. Como todo defensor de la homofilia más casposa, usted no se entera de que dice justo lo contrario. Unas buenas clases de lectura comprensiva no le vendrían mal.

  6. Si nuestras defensas se mostrarán igual de coherentes y beligerantes contra otros temas que también afectan a la moral… Como defraudar impuestos, robar material de tu puesto de trabajo, llegar borracho a casa y pegar a tus hijos o abusar de tu mujer, abusar de los puestos de autorizar, vender droga que atenta contra la vida, la guerra injusta, la explotación infantil…etc, etc… Pensaríamos que sí, que la moral es un sistema integrado… Nunca leí un artículo en Infovaticana denunciando este pecado…. Sólo son monotemas con la homosexualidad…. Y claro, los fieles no somos tontos, entre un pecado de alcoba y la muerte de un niño en una mina de coltán, sólo claman y se escandalizan por lo primero…. Muy desequilibrado tienen ustedes el radar moral, yo lo llevaría a calibrar.

    1. Yo entiendo lo que quieres decir Jeremías,pero respóndeme por favor :¿La sodomía es un pecado mortal o no?.Es algo sencillo de contestar.

    2. Falacia de falso dilema de libro. ¿Quién le ha dicho que una cosa parezca mal y las otras no? ¿O quien le ha dicho a usted que ante males morales haya que elegir? Por otro lado, la homosexualidad no previene de defraudar impuestos, robar material de tu puesto de trabajo, llegar borracho a casa y pegar a tus hijos (si son propios) o a los hijos ajenos (si no lo son) o abusar de la persona del mismo sexo con la que se vive amancebado, abusar de los puestos de autorizar, vender droga que atenta contra la vida, la guerra injusta, la explotación infantil…etc, etc… Como ve, todos los males hay que condenarlos; los actos homosexuales también. ¿Por qué se incide en este tema? Por el ataque del lobby gay (extra e intra eclesial) a la moral católica y porque sobre otros temas hay consenso: nadie defiende el maltrato infantil, pero sí la práctica de la homosexualidad, cuando ambas cosas son males morales. Mejor calibre y actualice sus sofismas.

      1. Buena respuesta. La Iglesia y la sociedad, por convicción o por corrección política , ya defienden aquellos males morales contra la infancia, la mujer y otros. El caballo de Troya está en la interpretación moral de la sexualidad, que autodestruye al hombre y a la sociedad con conductas que buscan satisfacer el placer » per se» sin un cauce abierto al amor por la vida y al desprendimiento de si mismo. «No se hizo la vida para el sexo, sino el sexo para la vida’ o ‘ ¿Porqué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?».
        Si alguien quiere ser perfecto, como Cristo, a quien como cristianos estamos llamados a imitar en nuestra vida siguiendo sus enseñanzas, debe ( debemos ) estar dispuestos a vivir desprendidos de nuestra carne mortal, que es y se volverá polvo, para vivir la verdadera vida en Cristo. Amando a todos por igual ,niños, mayores, jóvenes, deficientes, hermosos o feos, con el mismo amor de Jesucristo, libre de toda carne.

      2. Aun estás por aquí, EH? Los sacerdotes y tú EH? Los tres juntitos como la Trinidad, EH? Tres personas distintas y un sólo TROL verdadero 😄😄😄😄😘😄😄😘😘😘😘😄😄😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘

        1. ¡Qué ingeniosssso! (a la par que graciosssso). Autodenominarse usted, que es el troll, de «trinidad», demuestra que se saltó todas las clases de matemáticas en el cole (y no solo las mates, habida cuenta de su proverbial ignorancia): en todo caso, debido a sus múltiples nicks, sería todo un panteón pagano. Pero, con «ocurrencia» o sin ella, no puede rebatir a las Sagradas Escrituras ni los cánones de un concilio de dogmático. Así que, por más que se salga por peteneras, troll se queda.

  7. La tolerancia legal de la homosexualidad fue explícitamente condenada por San Juan Pablo II y Benedicto XVI. En eso, el artículo «patina» y cae, precisamente, en lo que denuncia, abriendo una brecha muy peligrosa.
    La doctrina católica sobre la homosexualidad está íntimamente relacionada con la enseñanza sobre la santidad del cuerpo humano, magistralmente expuesta por San Pablo. La virtud de la castidad preserva dicha santidad y no sólo en relación a los homosexuales. Por eso, las relaciones sexuales son lícitas sólo en el orden natural, esto es, entre hombre y mujer y en el ámbito del matrimonio.
    En fin…

  8. Y no, no de ninguna manera. No se puede afirmar, como lo hace el artículo: «esto no significa que tengamos que volver a penalizar la conducta homosexual. Es demasiado tarde para eso.» La ley ya está escrita: es una conducta pecaminosa. Mal que le pese a los obispos de mi país (al capo incluido), o a quien quiera. Aún la tolerancia «legal» al mal puede objetarse, sobre todo a este mal que es «pecado que clama al cielo», como me enseñaron en el catecismo de Primera Comunión hace 60 años. Gran parte del mundo lo sigue haciendo mal que les pese a los yanquis. Y ceder es abrir la brecha al enemigo…

    1. Tiene usted toda la razón: la tolerancia con el pecado no existe en la Iglesia (y menos su justificación o promoción). Lo que se tolera (generalmente porque no queda otra), es que las leyes civiles permitan algo malo, sin dejar de condenarlo por ello (con el ejemplo que pone de la prostitución, o con el del aborto, exactamente igual), con el claro deseo e intención de erradicarlo.

  9. No les será tan fácil vencer. Un ejemplo: se derrumban los beneficios de Disney desde que decidió hacer películas «políticamente correctas». No todos tragan ruedas de molino. Los protestantes conservadores de los EEUU, en pleno auge, tienen una visión moral extraordinariamente rígida (más que la mayoría de los católicos) y en los EEUU pintan mucho.

    1. La mayoría de católicos estadounidenses,como los españoles,franceses,alemanes,belgas etc, tienen una cosmovisión totalmente liberal y progresiiiissssta por dos razones: no querer enfrentarse a su entorno y al discurso del poder,y porque sus pastores, muchos,se ponen de perfil o son bergoglianos.

  10. Hay que entender que la Iglesia no funciona como un simple organismo social de tipo natural: su fuerza deviene como consecuencia de la practica sacramental, la oración, el silencio meditativo. como los sacramentos, especialmente la misa, están adulterados, todo el cuerpo místico se ve resentido, al punto de hoy ser sólo una caricatura de lo que era. Si se restaura la verdadera misa y la verdadera doctrina, previa al concilio, estos enemigos tan temidos por la grey neocon van a pasar a ser un chiste.

    1. Usted no podía resistirse, ¿verdad? «¡Los neocones, los neocones; que vienen los neocones! ¡Que nos comen!» Y encima pretenderá que alguien le tome en serio (el TOC es lo que tiene).

      1. Pues yo no creo que vaya desencaminado.Los neocones en la Iglesia,al menos en España,son como los peperos en la política,es decir, gente que va de conservadora pero lo único que conservan en la revolución, generalmente de talante liberal.

        1. En la Iglesia no existe tal categoría. Hay católicos y quienes no lo son (aunque formalmente en el exterior lo sigan siendo). Católico es aquel bautizado que profesa la fe católica, que sólo puede ser profesada íntegramente.

  11. El punto más destructivo de este cambio de la moral católica es que, de hecho, viene a decir que la Iglesia ha estado equivocada por dos mil años, ergo, que la guía e inspiración del Espíritu Santo fallló, erró y permitió enseñar el engaño desde los inicios del cristianismo. Consecuencia, la Iglesia ya no es ni madre ni maestra. Toda la doctrina se pone en duda. Y ya no es la «roca de los tiempos». Diabólica conclusión.

    1. Quizá sea más sencillo y simplemente algunos sólo quieran agiornarse aún más para mantener el negocio y no perder adeptos cada vez más adoctrinados por la ingeniería social globalista.

  12. La brecha se abrió y las defensas comenzaron a derrumbarse cuando no se aceptó la Humanae Vitae, una Encíclica que es más que una exhortación apostólica.
    O quizá antes, cuando comenzó a discutirse Casti Connubi, la última Encíclica sobre el matrimonio.

    1. ¿No se aceptó la Humanae Vitae? No la aceptó una parte de la Iglesia pero el problema es que una parte de la Iglesia que SÍ la aceptó se vio totalmente desprotegida o incluso combatida por el mismo Papa que firmó la citada encíclica. Y no sólo con la Humanae vitae, con todo. La comunión en la mano, por ejemplo. No sólo se explica esta situación actual por factores doctrinales sino también de gobierno. De un pésimo gobierno pontificio.

  13. Podéis estar tranquilos. Al frente de la iglesia está la persona adecuada, el Santo Padre Francisco, capitán general de las fuerzas eclesiales. A golpe de motu proprio, encíclicas, exhortaciones apostólicas y demás instrumentos combate la inmoralidad y confirma la recta doctrina. Recordad amoris laetitia, auténtica arma de destrucción masiva de la inmoralidad.

    1. Totalmente de acuerdo. La doctrina papal es la correcta. Cachetazo al OD. que van a poner la otra mejilla y no presentarán batalla y caricias al padre James Martin porque sí presenta batalla… amén de esos informes que dicen que el 80% aprox de los que pululan por Vaticano, soy de la cofradía del aceite derramado.

      1. «Totalmente de acuerdo»

        Debe de ser el único que está de acuerdo con ChatGPT (a falta de inteligencia propia, hay que recurrir a la inteligencia artificial para trollear).

        «La doctrina papal es la correcta»

        ¿La de quién? ¿La de Francisco o la de todos sus predecesores? Porque la heterodoxa «Amoris laetitia» es una enmienda a la totalidad a la moral católica y contradice a todos ellos (además de a las Sagradas Escrituras y a varios concilios dogmáticos). Aclárese, porque no se puede soplar y sorber al mismo tiempo.

  14. Ser homosexual es un grave pecado, es un pecado capital, Dios no ama a los homosexuales. Dios odia a los homosexuales y para ellos preparo las llamas del fuego eterno del infierno encendidas con su ira santa para que en ellas se consuman en dolores y sufrimientos insoportables las almas malditas de los homosexuales por toda la eternidad sin piedad, misericordia, o perdón.

    Cualquier persona que diga o enseñe sea quien sea, que Dios ama a los homosexuales y no los odia con todas las fuerzas de su ira santa, miente gravemente.

    1. Dios aborrece el pecado, no al pecador, Dios quiere el arrepentimiento del pecador y que renuncie al mal. Si no lo hace, ya tendrá por justicia,su sentencia eterna.
      Dios no odia a nadie, tiene ud un concepto anómalo.

      1. De acuerdo con Rafael: la brecha se abrió cuando se resistió la enseñanza de la Humanae Vitae: los dos aspectos del acto conyugal, a saber, unitivo y procreativo, no se pueden disociar artificialmente. Dicho en plata, es pecado el uso de anticonceptivos y la esterilización directa.
        Esto, que es la enseñanza tradicional de la Iglesia, quedó bien claro en teoría. En la práctica, fue o bien directamente combatido o simplemente silenciado, salvo honrosas excepciones.
        Pero si el sexo es para el placer y ya no tiene como finalidad la procreación, ¿por qué limitarlo al matrimonio? ¿Por qué no a solas, o con varias parejas, o….?
        El ataque homosexual actual es el último asalto. Pero la brecha lleva abierta décadas, con la complicidad, cuando no traición activa de grandes sectores de la Iglesia, combinado con la dejadez de muchos pastores, que han dejado hacer.
        Pero no podemos abdicar de nuestra responsabilidad. Esto no nos excusa. La doctrina de la Iglesia está clara. A seguirla.

  15. cartas san pablo: los amanerados no entrarán en el reino de los cielos

    otra: el diluvio universal y el fuego en sodoma representa la ira de Dios contra los desviados de la carne que no se arrepienten de sus inconductas

    fín

    1. ¿Fin? ¿Con su enésimo cambio de nick ha decidido, por fin, poner fin a su trolleo? No me lo creo. Tanto si es patológico, como si se trata de una posesión diabólica (o ambas cosas), el voluntarismo no funciona con lo suyo, por lo que tendrá que recurrir a tratamiento farmacológico psiquiátrico y/o a un exorcismo.

  16. Hay un error, que es poner el 7 en lugar del 1.

    Cuando se pudre y agusana la cabeza, el cuerpo se corro pe: corruptio optimi pessima est:

    1. El papa Francisco no ayuda cuando rinde honores extraordinarios al padre James Martin, S.J., el sacerdote pro-homosexualidad más famoso/notorio de Estados Unidos.

    A partir de aquí viene lo demás…

  17. La brecha no se abriría con el abandono de la condena cátolica de la sodomía.

    La brecha se abrió hace décadas con el abandono de la condena católica de la libertad religiosa y demás libertades de perdición.

    Si el concilio Vaticano II y los papas posconciliares pasaron de la afirmación del reinado social de Cristo y la condena de las libertades de perdición, reafirmadas por siglo y medio de magisterio antiliberal desde Pío VI, a la exaltación del Estado laico y la libertad religiosa ¿por qué no podría ahora la Iglesia abandonar la condena de la sodomía?

    1. «…¿por qué no podría ahora la Iglesia abandonar la condena de la sodomía?»

      No hace falta ser un lince para saber la respuesta: porque la sodomía es pecado y la libertad religiosa, en el sentido que la Iglesia le da de no-coacción por parte del poder civil (y no la absurda interpretación que le dan algunos), no lo es.

      O dicho de otro modo: «como la Iglesia dice que el poder civil no puede coaccionar en materia religiosa, entonces hay que aceptar la práctica de la homosexualidad y no condenarla». ¡Menuda forma de razonar! En Lógica, cero patatero.

      1. Claro que la Iglesia no puede apartarse de la Escritura y la Tradición y dejar de condenar la sodomía.

        Tampoco puede apartarse de la Escritura y la Tradición y dejar de afirmar el reinado social de Cristo y condenar las libertades de perdición. Pero lo hace desde el concilio Vaticano II.

        Fue entonces cuando se abrió la brecha que desde entonces no deja de agrandarse.

        Tradición viva y sinodalidad son nombres distintos para la misma deriva de transformaciones de la Iglesia. Que ahora llega al ámbito moral que había sido relativamente preservado del cambio.

        1. Con la que está cayendo, da usted demasiada importancia a un concilio pastoral del siglo pasado que, en sus propios documentos, afirma que los católicos no tienen ninguna obligación de creer lo que en él se dijera, sino sólo lo definido por la Iglesia previamente. Por otro lado, en lo que a libertad religiosa se refiere, no dijo nada raro: ¿cuándo la Iglesia ha sostenido como dogma que el poder civil deba coaccionar a alguien en materia religiosa? Total, para lo que sirve… (nadie puede obligar a otro a creer lo que no cree; es materialmente imposible). La tolerancia religiosa se ha practicado en los países católicos desde siempre (en la España de Franco, sin ir más lejos, donde el culto protestante o el ortodoxo se celebraban de forma pública antes del concilio de marras). Además, la mayoría de los países no son católicos (ni antes, ni ahora), y les ha importado siempre una higa lo que dijera o dejara de decir la Iglesia (antes y ahora).

          1. Con la que está cayendo es más importante que nunca remontarse al detonante de la crisis y entender sus causas. Para que, con la ayuda de Dios, algún día se le pueda poner remedio.

          2. Si uno diagnostica mal, el tratamiento que aplique no dará resultado. Además de que el modernismo ya existía medio siglo antes del último concilio, como se ve en las condenas pontificias (y, por tanto, no puede ser consecuencia del mismo), el desastre posconciliar ha afectado a millones de católicos, pero en absoluto a quienes no lo eran antes y siguen sin serlo, a quienes, como ya le he señalado, les importaba (e importa) un pimiento lo que dijera (o diga) la Iglesia. Y, desde luego, los ataques e intento actual de subvertir la moral católica por parte del lobby gay (externo e interno) no guarda relación alguna con lo que usted señalaba. ¿Que usted quiere buscar la causa última? Pues la tiene, no hace medio siglo, sino en la época de Adán y Eva: se llama pecado original, cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días y continuarán hasta el final de los tiempos.

  18. La Iglesia aceptó siempre que, según las circunstancias, la prudencia política puede aconsejar o hasta exigir la tolerancia para con ciertos males o errores, inclusive religiosos. Como en el caso de la España de Franco a que usted alude.

    Lo cual es radicalmente diferente del innovador derecho natural a la libertad religiosa afirmado por el concilio Vaticano II en la declaración Dignitatis humanae. Tan innovador como la renuncia a la condena de la sodomía.

    1. ¿Otra vez? Que el derecho a no ser coaccionado en materia religiosa por el poder civil no guarda relación con el intento de cambio de la moral católica en materia sexual que se produce en la actualidad. Ni con calzador encaja su argumento.

      1. ¿Otra vez? El innovador derecho natural a la inmunidad de coacción en materia religiosa frente a cualquier potestad humana es radicalmente contrario a lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre sobre los deberes religiosos del poder político.

        1. Si ya directamente pasa de argumentos absurdos a mentir, es imposible ningún tipo de intercambio con usted. Y como le he dicho muchas veces, las obsesiones no se las va a curar nadie en esta página.

          1. No miento, ya que no digo lo contrario de lo que pienso con intención de engañar. A lo sumo podría estar equivocado.
            Pero no lo estoy.
            Nunca hasta el Vaticano II la Iglesia había enseñado que existiera un derecho natural a la inmunidad de coacción frente a cualquier potestad humana para practicar en público y difundir falsas religiones.
            Sin perjuicio de la eventual tolerancia por razones de prudencia política.

          2. «No miento, ya que no digo lo contrario de lo que pienso con intención de engañar»

            Es que mentir no es eso: mentir es decir algo falso con intención de engañar. Y en su caso se cumplen las dos premisas: es falso que la Iglesia alguna vez haya enseñado que hay que coaccionar en materia religiosa, y también es falso que usted no lo supiera, siendo público y comprobable por cualquiera (por usted también). Por tanto, la excusa de que «lo piensa» es de mal pagador, como la de quienes para saltarse la Ley de Dios apelan a su conciencia deformada. Usted no puede escudarse en que no lo sabía, porque antes de hacer las afirmaciones que hace debería informarse. Si no lo hace es ignorancia culpable. Además, realmente tampoco puede apelar a ignorancia alguna, porque se le ha corregido lo mismo muchas veces. No es que usted no lo sepa: es que no lo acepta, porque echa por tierra el constructo que se ha formado, que le será muy cómodo, pero es falso.

          3. «Nunca hasta el Vaticano II la Iglesia había enseñado…»

            Lo que nunca ha enseñado la Iglesia, hasta el pontificado de Francisco (no hasta ese concilio del siglo pasado del que solamente se acuerdan los viejos), es lo que estamos viendo actualmente sobre la homosexualidad, que es de lo que trata este tema.

  19. La «americanización» de los católicos en EEUU es de larga data, y proviene en primer lugar de los inmigrantes católicos irlandeses. Ellos se metieron en la política en lugares como Nueva York, Boston y Filadelfia. Lo digo yo que soy irlandés. Se remonta al siglo XIX cuando los irlandeses formaban una gran parte de los inmigrantes. El siguiente paso se dio en los años 60 del siglo XX, con la campaña del Rector de la Universidad de Notre Dame, considerada muy irlandèsa y obviamente católica. Este Rector, probablemente gracias a dinero que recibió de los Rokefeller y su Fundación, lograron acabar con la unidad de los católicos en la lucha contra la contracepción, y el rechazo de la Encíclica Humanae Vitae, vino abajo el resto de la moral natural y católica. Se iba cerrando las escuelas católicas porque ya no había suficientes religiosas para poder sustentarlas. Incluso, el mismo Rector logró que el jefe de la Fundación Rockefeller consiguiera una entrevista con Pablo para que el papa

  20. Cierto, el concilio Vaticano II tiene antecedentes. También la Revolución francesa de 1789 tiene antecedentes.

    Pero ambos fueron detonantes de crisis decisivas, uno en la Iglesia como otra en el mundo.

    1. Además de falso, está fuera de tema. Cuéntenoslo otro día si se habla sobre eso. Aquí se está hablando única y exclusivamente del ataque actual a la enseñanza de la Iglesia en lo referente a la práctica homosexual. Nada más. No nos interesa si usted se quiere remontar a la Guerra de las Galias: escriba un blog o un diario y, quien quiera, ya se meterá a leerle, sin necesidad de tener que sufrir la misma matraca (que ya nos conocemos todos) en bucle. ¿No le gusta el CVII porque es malo malísimo y la causa de todos los males, incluyendo la subida de los alimentos? Pues no sea pesado y, en vez de quejarse como una plañidera, abróguelo.

      1. La relación entre la apertura al mundo inspiradora del Vaticano II y la claudicación hoy frente a la sodomía es manifiesta. El mundo no deja de progresar en la perversión, y lo que en 1965 era inimaginable es hoy dominante. La misma lógica de entonces lleva hoy a la Iglesia cada vez más lejos en la misma adaptación al mundo.

        Quede usted con Dios, feliz domingo undécimo después de Pentecostés.

        1. «La relación entre la apertura al mundo inspiradora del Vaticano II y la claudicación hoy frente a la sodomía es manifiestan»

          Es tan «manifiesta» que, además de que no encuentra sustento teórico en él, hasta ahora no se había producido nunca, y entre el inicio del concilio de su obsesión y la promoción de la homosexualidad dentro de la Iglesia han tenido que transcurrir más de 60 años y 6 papas. Admítalo: esto es inédito, como lo es el pontificado actual y lo que, con respecto al tema que nos ocupa, hace y dice Francisco, contradiciendo a absolutamente todos sus predecesores.

          1. No, no sólo no es la consecuencia, sino que la total ruptura con absolutamente todos sus predecesores es más que evidente para cualquiera que tenga ojos en la cara y no sólo prejuicios basados en una teoría falsa, que encima contradice uno de los dogmas principales del Concilio de Trento: el del libre albedrío, nada menos. Algunos siguen sin enterarse de que, aunque un Papa haga o diga algo horrible, los siguientes siguen teniendo libre albedrío y no tienen obligación alguna de hacer y decir lo mismo. De hecho, el único que, por su libre albedrío, ha enmendado la plana al mismo Cristo y a todos sus predecesores, ha sido Francisco. Para comprobarlo sólo tiene que leer «Amoris laetitia» o, si quiere más datos, consultar el «Denzinger-Bergoglio».

  21. La homosexualidad ya no es que pueda ser un pecado nefando ni esté condenada por numerosas religiones,es que es una conducta contrabiologica al ser contraria al fin reproductivo y de perpetuación de la especie.

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