La carta de un padre católico a los obispos, preocupado por la alianza de la JMJ con la Agenda 2030

JMJ Lisboa
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El pasado mes de noviembre desde InfoVaticana dimos la voz de alarma sobre la extraña alianza entre la JMJ de Lisboa de este verano y la Agenda 2030.

La página web de la JMJ de Lisboa 2023 contiene un apartado dedicado expresamente al compromiso organizativo de este evento mundial de la juventud católica con el Papa Francisco y la Agenda 2030.

Dentro de este compromiso por la «sostenibilidad» se está terminando de crear una “Guía de sustentabilidad JMJ Lisboa 2023”, y se están llevando a cabo ya una serie de acciones para promover la sustentabilidad ambiental de la JMJ en Lisboa. Estas acciones contemplan, entre otras, una calculadora de huella ambiental de la JMJ Lisboa 2023 y la promoción de acciones de compensación que contribuyan a su reducción.

Esta mención expresa a la Agenda globalista 2030 en una página oficial de la Jornada Mundial de la Juventud ha levantado ampollas entre numerosos fieles. Incluso el obispo Munilla, voz que clama en el desierto, se atrevió hace algunos días a denunciar esta colaboración JMJ-Agenda 2030.

«Nuestra misión es construir la JMJ Lisboa 2023 teniendo en cuenta los objetivos de sostenibilidad abrazados en todo el mundo, los Laudato Si’ Goals presentados por el Vaticano y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ODS)», se lee en la carta de compromiso de la JMJ.

Un padre de familia ha compartido con nosotros una carta que le ha enviado a todos los obispos españoles para denunciar esta situación y que por su interés, reproducimos a continuación:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de (Diócesis), 

Me dirijo a usted para hacerle partícipe de un suceso de extremada gravedad que está  sucediendo en la Iglesia y de la que usted, como obispo y pastor de las almas, tiene  responsabilidad y tiene potestad para ayudar a corregir. 

Este verano, miles de jóvenes acudirán a Lisboa enviados por sus párrocos y sus obispos  a vivir una experiencia de fe y de comunión en un ambiente propicio para despertar, reavivar o fortalecer su fe en Cristo y su pertenencia a Su Iglesia. En esta gran oportunidad  de gracia, se ha colado la cizaña del Maligno, que quiere hacerse presente y malograr los  bienes espirituales que esperan a estos jóvenes, a través del acuerdo que la organización  de la JMJ ha suscrito con la Agenda 2030. 

El origen de la agenda 2030 es la Carta de la Tierra, cuyo objetivo según sus impulsores  es «sustituir los 10 mandamientos y el sermón de la montaña» por una serie de «valores»  globales, entre los que están el aborto, la anticoncepción y la ideología de género (puede  consultar más detalles aquí: http://www.arbil.org/(53)cart.htm). Es por tanto  objetivamente contraria al Evangelio y a la fe católica y está impulsada por aquellos que quieren malograr a la Iglesia. 

Monseñor, no sé por qué se ha permitido todo esto en un evento al que acuden miles de  jóvenes para tener una experiencia de fe y un encuentro personal con Cristo. Y no entiendo que nadie esté haciendo nada, ni levantando siquiera la voz, para corregirlo. Los católicos no podemos colaborar con el mal y no podemos conjugar la Verdad y el error,  porque eso conduce a la confusión, y posteriormente a la pérdida de la fe. 

Personalmente, si me permite contarle una experiencia, he estado en varias JMJ durante  mi juventud y soy testigo de los frutos y las gracias que el Señor derrama en ellas. Pero  echando la vista atrás, la que más me ayudó fue la de 2000 en Roma. Yo tenía 13 años y  fui con otros jóvenes, acompañados de varios sacerdotes y seminaristas. Fuimos en furgonetas desde Valencia, 24 horas de viaje en carretera hasta llegar a Roma. Anduvimos  varias horas hasta llegar a Tor Vergata, en un día de muchísimo calor. Al llegar al sitio,  unas 6 horas antes de que empezaran los actos de la JMJ, se empezaron a juntar muchos  jóvenes en torno a las fuentes y puntos de agua, algunos se quedaron en ropa interior y se  empezó a formar un ambiente que no era sano. Los sacerdotes decidieron que ese  ambiente era peligroso para nosotros y decidieron que nos fuéramos de allí y nos  quedamos sin participar y sin ver al Papa. Recuerdo que me enfadé mucho y que me  pareció una reacción exagerada, pero ahora, después de 22 años y siendo padre de niños,  entiendo y doy gracias a Dios, porque lo que les movió a una decisión tan drástica no  fueron los respetos humanos, sino la salvación de mi alma y la de mis amigos. 

Hay situaciones dolorosas en la Iglesia, como los asesinatos de cristianos en Nigeria, ante  las que lo único que podemos hacer probablemente es rezar; pero en este caso, que lo tenemos tan cercano y todavía a seis meses vista, creo que el Señor nos pide algo más que  permanecer callados. De ahí esta carta. 

Abusando de su atención, me atrevo a proponerle tres acciones sencillas que puede usted  poner en marcha y que estoy seguro que pueden suponer un cambio en esta situación: 

  1. Pida luz al Señor para que le guíe en este discernimiento, y valentía para poner por  obra las decisiones que Él le inspire. 
  2. Póngase en contacto con la organización de la JMJ y pida que den marcha atrás,  públicamente, en la vinculación de la JMJ y la Agenda 2030. Hay que mandar un mensaje  claro: la Iglesia no está con la Agenda 2030, ni puede estarlo. 
  3. Hable con otros obispos y anímelos a hacer lo mismo, porque como el Señor nos  promete en Mateo 18, 20: “allí donde dos o tres están reunidos por causa mía, allí estoy  Yo en medio de ellos.” 

En el caso de que estas acciones no tengan el efecto deseado, haga lo posible por informar  y prevenir a los jóvenes que el Señor le ha encomendado de la posición de la Iglesia sobre  los peligros y los puntos más oscuros de la Agenda 2030, para así evitar que terminen  confundidos o adoctrinados en contra de la fe. 

Además, estas acciones son de vital importancia porque esta JMJ puede sentar un  peligroso precedente; puede que en poco tiempo veamos la imagen de la Agenda 2030 en  infinidad de actos organizados por la Iglesia y muchas personas buenas piensen que es  algo bueno porque la Iglesia lo apoya. 

Los católicos podemos defender principios humanitarios siguiendo los mandamientos, la  doctrina social y el magisterio de la Iglesia, sin tener que adherirnos a agendas y planes  liderados por personas y organismos que son abiertamente contrarios a la Iglesia. 

Rezo de forma especial para que el Señor y la Virgen le guíen y protejan la fe de los  jóvenes que le han encomendado. 

Agradeciendo de antemano su atención, reciba un cordial saludo en Nuestro Señor.  En Madrid, a día 20 de enero de 2023, 

Un católico