El pasado 28 informamos de que, según fuentes vaticanas, un grupo de cardenales logró bloquear el nombramiento del ultraprogresista obispo de Hildesheim, Heiner Wilmer, como prefecto de Doctrina de la Fe. Ahora, aseguran las mismas fuentes, tras la muerte de Benedicto, el nombre vuelve a las quinielas.
Según fuentes anónimas citadas por LifeSiteNews, el previsto nombramiento de Wilmer se detuvo no solo por la presión de un grupo de cardenales, liderado por el exprefecto Gerhard Müller, sino también por el disgusto del Papa Emérito al conocer los rumores de su elección.
“Tengo buenas razones para temer que el nombramiento de Wilmer solo se haya retrasado por la inminente muerte de Benedicto”, señala a LifeSite una fuente de alto rango del Vaticano. “Pero pronto se efectuará el nombramiento, una vez ‘liberado’ el camino”.
La fuente continuó diciendo que “ciertamente se puede decir públicamente, basado en la mejor fuente, que esto ocurre en contra de la voluntad del difunto, que quedó conmocionado por la heterodoxia del candidato y que veía su nombramiento como un traición a su legado”.