Desde que entró en vigor en España la totalitaria ley de Memoria Democrática, el Gobierno socialcomunista ha puesto al Valle de los Caídos, o Valle de Cuelgamuros como ellos le llaman, en el punto de mira.
Que el Valle de los Caídos sea el lugar con la cruz más grande del mundo les molesta, al igual que la existencia de un grupo de monjes benedictinos que se encargan de custodiar la Basílica y rezar por las almas de todos los difuntos allí enterrados.
Demoler la cruz y la resignificación del Valle, entre los objetivos del Gobierno
En el año 2018, Podemos presentó sus planes sobre el futuro del Valle de los Caídos. En esa propuesta estaba prevista la «resignificación» del Valle de los Caídos para transformarlo en un «centro memorialista» al estilo de Auschwitz y despojarlo de la «simbología fascista» y religiosa.
Por ello, fruto de esa resignificación, la formación ultraizquierdista afirmó que hay que «demoler» la gran cruz que preside el complejo y arrebatar el control de la basílica a la Iglesia.
En el año 2020, la socialista Carmen Calvo dijo que se abría “periodo de reflexión” para pensar que hacer con la cruz del Valle. Además, fruto de ese proceso para desacralizar la Basílica, el Gobierno tiene entre sus planes la expulsión de los monjes Benedictinos del Valle de los Caídos.
Para ello, ele Gobierno deberá contar de algún modo con el apoyo o la complicidad de la Iglesia. Por su parte, el prior del Valle, Santiago Cantera, ya ha anunciado en numerosas ocasiones que defenderán su presencia en dicho lugar.
Desde la entrada en vigor de la ley de Memoria Democrática, VOX ha exigido a Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, que declare el Valle de los Caídos como Bien de Interés Cultural para evitar cualquier intento del derribo de la cruz. Precisamente esta misma semana, Ayuso anunció que protegerá los símbolos religiosos de la Comunidad de Madrid con la nueva ley que pretende aprobar.
La manipulación de Patrimonio Nacional
Para cumplir con lo previsto por la ley de Memoria Histórica, la página web de Patrimonio Nacional ya no habla de Valle de los Caídos, sino de «Valle de Cuelgamuros». Sobre la Basílica, Patrimonio Nacional ofrece la siguiente definición: «Fue concebido por el dictador Francisco Franco para conmemorar su victoria militar en la guerra (1936-1939), desencadenada tras el golpe de estado de parte del ejército contra el gobierno democrático de la Segunda República el 18 de julio de 1936, y para enterrar a sus partidarios».
Patrimonio Nacional, afirma que «Franco concibió el Valle para conmemorar su victoria militar y enterrar a sus partidarios. La nueva Ley 20/2022 establece que es un lugar de reconocimiento, conmemoración, recuerdo y homenaje a todas las víctimas», lo cual es rotundamente falso ya que en el Valle descansan los restos de caídos de ambos bandos desde los comienzos. Ya era un lugar de paz y recuerdo a todas las víctimas antes de la ley totalitaria de Memoria Histórica.
La labor de la Asociación Para la Defensa del Valle de los Caídos
A mediados de 2009 un grupo de ciudadanos crean la «Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos». Este pequeño grupo de españoles, tienen como nexo común fundamental su estado de alarma ante las recientes noticias y asombrosos acontecimientos sobre el Valle de los Caídos, monumento erigido en mitad del siglo pasado, como símbolo de reconciliación entre las dos tristemente famosas Españas que se enfrentaron en la guerra civil de 1936.
La asociación, que dirige Pablo Linares, denuncia que «el Valle de los Caídos, olvidado en atención y mantenimiento por todos los gobiernos de la democracia y hoy salvajemente atacado desde la esferas del poder, es un monumento que consideramos que tenemos la obligación de defender en todos los frentes que tiene abiertos en su contra, y que por desgracias, son muchos».
Esta asociación afirma que «nace en un momento especialmente complicado para el Valle de los Caídos. Las autoridades en una decisión que supone un grave caso de recorte de libertades, han cerrado el Valle, dejando tan solo abierta la Basílica para el culto una hora diaria. Al mismo tiempo se proponen actuaciones de mantenimiento que bordean la locura y se anuncian obras de mantenimiento que nunca comienzan».
Además, también denuncian que «se hostiga de forma grave a la Comunidad religiosa que desde hace mas de 50 años abnegadamente cumplen con su obligación de rezar por todos y cada uno de los restos de los españoles que, de ambos bandos de la contienda, reposan en los osarios de la Basílica, restos de los cuales, los monjes benedictinos, son custodios».
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