El Papa “respeta” la sentencia que pone fin al aborto como ‘derecho constitucional’ en EEUU

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En la misma entrevista de la agencia Reuters de que hablábamos ayer, el Papa opinó al fin de la extraordinaria victoria provida que suponía, tras medio siglo de lucha pacífica, la sentencia del Tribunal Supremo norteamericano poniendo fin al ‘derecho constitucional’ al aborto.

Nos hacíamos eco hace unos días del extraño silencio de Roma ante la más espectacular victoria del causa provida en toda su historia, la reversión por el Supremo de Estados Unidos de la sentencia Roe vs Wade que hacía de esta masacre un ‘derecho’ protegido por la Constitución y, como tal, intocable por los estados o el gobierno federal.

Nos parecía desconcertante por dos razones. La primera es que la Iglesia Católica ha sido durante buena parte de este medio siglo la voz que clama en el desierto, la institución internacional que se ha opuesto a todas las fuerzas del siglo en favor de la vida del no nacido y el alma de todo el movimiento provida en Estados Unidos y en el mundo. Es, de hecho, no solo una victoria resonante, que salvará cientos de miles, quizá millones de vidas humanas, sino también un triunfo insólito, que nadie hubiera esperado hace solo unos años.

Y la segunda es que no tenemos en la Cátedra de Pedro un pontífice lacónico y taciturno, o exclusivamente centrado en aclarar doctrinas y gobernar la Iglesia ‘ad intra’, sino un Papa extraordinariamente locuaz y amante de los medios al que se le ve más suelto opinando sobre las cuestiones de la actualidad secular, desde el Cambio Climático a los movimientos migratorios, que tratando cuestiones de doctrina. Y él mismo ha hablado repetida y elocuentemente de la perversidad del aborto, si bien alternando sus pronunciamientos con acercamientos y elogios a orgullosos abortistas, pero eso es otra cuestión.

Ya no tenemos que esperar más, aunque casi hubiera sido más estimulante conformarnos con su silencio, para ser sinceros. Tampoco es que haya salido de él comentarlo, sino que lo ha hecho en respuesta a una pregunta del entrevistador, Phil Pullella.

Francisco dice que “respeta” la sentencia. Menos mal, no se opone, aunque el verbo no transmite exactamente entusiasmo; no nos imaginamos que, ante una sentencia que aboliese la pena de muerte, el Papa se limitara a “respetarla”.

Añade simplemente Francisco que no tiene mucho más que decir porque carece de información no para hablar de ella desde un punto de vista legal. Eso es todavía más desconcertante, suponer que lo que los católicos en particular y todo el mundo esperan en general es su dictamen jurídico, y no su reacción como Vicario de Cristo y líder de los más de mil millones de católicos en el mundo.

Aunque por otro lado, el Papa condenó enérgicamente el aborto, comparándolo, como ya había hecho en otras ocasiones, con «contratar a un sicario». «¿Es legítimo, es correcto, eliminar una vida humana para resolver un problema?», se preguntaba Francisco.

También se le preguntó, cómo no, su parecer sobre el debate en torno a la conveniencia de prohibir la Comunión a los políticos activamente abortistas, como ha hecho el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, con la ‘speaker’ de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La respuesta fue: «Cuando la Iglesia pierde su naturaleza pastoral, cuando un obispo pierde su naturaleza pastoral, esto provoca un problema político», comentó el Papa. «Esto es todo lo que puedo decir».

“Pastoral”, como “rígido” o “clerical”, es una de las ‘palabras fetiche’ de este pontificado, que valen tanto para un cosido como para un barrido. Se pueden usar para justificar cualquier caso, defender cualquier postura o atacar cualquier actitud, y de tanto oírla contrapuesta a la doctrina, se diría que la verdad rara vez es “pastoral”.