Demetrio Fernández: «No hay mayor tristeza para una diócesis que no tener seminaristas»

Demetrio Fernández obispo Córdoba Demetrio Fernández obispo Córdoba (diócesis de Córdoba)
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Este sábado 18 de junio, la diócesis de Córdoba contará con cinco nuevos sacerdotes: Manuel, Abrahám, Pedro, Pablo para la diócesis, y Jesús del Hogar de Nazaret. Fueron ordenados diáconos en la fiesta de la Inmaculada del año pasado. Y han ejercido su ministerio diaconal de múltiples maneras en distintas parroquias de la diócesis.

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, dedica su carta pastoral de esta semana a ellos cinco. «El camino no es fácil, como no lo es ningún otro camino en el que uno quiere hacer lo que Dios quiere. Ha habido momentos de lucidez, momento de turbulencias, momentos de paz y certeza absoluta, momentos de duda y perplejidad. En la serenidad de la oración, con el consejo de los formadores y con la ayuda de los hermanos seminaristas, el horizonte va aclarándose hasta llegar a la certeza moral: Dios me llama para ser su sacerdote, Jesucristo me llama para que sea suyo totalmente, la gente necesita del sacerdote para acercarse a Dios. Aquí estoy, envíame, como dijo el profeta», afirma el obispo.

«El día de Sagradas Órdenes es día de júbilo para todos. No sólo para los que son ordenados, sino para toda la Iglesia diocesana», sostiene Demetrio Fernández. El prelado añade que «las familias viven un momento de plenitud al ver que Dios se ha fijado en uno de sus hijos, de sus nietos, de sus hermanos para un ministerio tan grande. Cada una de estas familias se siente bendecida especialmente por Dios».

Demetrio Fernández relata como «las parroquias han visto crecer en la fe a cada uno de estos jóvenes, han apoyado su maduración en la vocación, y hoy sienten un gozo grande, al ver que Dios sigue enviando sacerdotes a su Iglesia. Los compañeros seminaristas no acaban de creérselo, se trata de un compañero, de un amigo con el que han compartido momentos de todo tipo, y les emociona profundamente que se acerquen al altar y reciban por la imposición de manos el don del Espíritu Santo que los configura con Cristo Cabeza y Esposo de su Iglesia. Un día de Órdenes es un día de gran estímulo para los que se sienten llamados a la misma vocación».

En esa misma línea, el obispo de Córdoba subraya que «hemos de seguir pidiendo continuamente al Dueño de la mies que mande trabajadores a su mies, porque la mies es abundante y los obreros son pocos». Por ello, Monseñor Demetrio explica, con gran lucidez, que «no hay mayor tristeza para una diócesis que no tener seminaristas, aspirantes al sacerdocio, y por tanto no conocer días como éste. Y no hay mayor alegría para una diócesis que tener seminaristas, que van ordenándose sacerdotes para el servicio del Pueblo santo de Dios».

«La Iglesia no puede vivir ni sobrevivir sin sacerdotes. Se trata de una necesidad vital. Porque no puede vivir sin la presencia de Cristo que la vivifica continuamente por los sacramentos, y especialmente por la Eucaristía. Sin sacerdotes no hay Eucaristía ni perdón sacramental de los pecados, ni acompañamiento a tantas personas que buscan esa presencia de Cristo a su lado. Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, nos promete Jesús. Y lo cumple con creces», escribe Fernández en su misiva.

Por último, lanza un mensaje a los jóvenes: «si el Señor te llama por este camino, no tengas miedo. De tu misma pasta son estos jóvenes que hoy son ordenados. Y si tienes alguna inquietud en esta dirección, ponte en manos de algún sacerdote que te ayude a discernir. Te aseguro que si das este paso, serás feliz, porque no hay mayor felicidad que la de entregar la vida para el Señor y hacer felices a los demás, dándoles al Señor», concluye el obispo de Córdoba.

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Comentarios
12 comentarios en “Demetrio Fernández: «No hay mayor tristeza para una diócesis que no tener seminaristas»
  1. El concilio pastoral o no, supuso una carga de profundidad contra los pilares de la iglesia por que introdujo la revolución como filosofía aceptable por la jerarquía. Fue una rendición incondicional al liberalismo imperante en el mundo. De esta forma el relativismo entró en los postulados pontificios, y la Verdad revelada dejó de serlo, ya que se consider´ó que el resto de religiones y sectas también tenían sus verdades. Tamaña herejía pagana provocó el destronamiento de Cristo como rey en la sociedad, siendo apartado como un Dios mas en el rincón de la historia. Del concilio no se puede salvar nada, ha entrado en el un nuevo pecado original que lo invalida para siempre. Mientras que no se tire al cesto de los papeles Dios seguirá dejando a su suerte a la iglesia a la deriva.

  2. ¿Y cómo van a tener, si al estar a un paso de la meta les meten zancadilla? Y eso a los pocos que hay.
    Porque dice un santo sacerdote, que la aridez vocacional, es castigo de Dios.
    Son los resultados del alejamiento de Dios de las naciones.
    Si desde las escuelas de kinder se permite que vayan personas degeneradas a dar show a los párvulos, qué se espera de ésos niños.

  3. No hay que quejarse tanto.
    Para celebrar una misa protestante y luego tirar las partículas de Dios por el suelo, no hace falta que Dios llame a nadie, ya podéis colocar a vuestros parientes bien adoctrinados desde pequeños.

  4. Hay que pedirle al Dueño que mande más obreros a la mies y que por favor detenga la mano de aquellos que impiden ordenaciones, cierran seminarios y defenestran a obispos en cuyas diócesis restauracionistas hay vocaciones. O tém`pora, o mores.

  5. Son los frutos del concilio, dice Francisco que el concilio tiene que echar mas raíces, raíces buenas ninguna, en el infierno habrá muchas y lustrosas. En el concilio ocurrió algo muy habitual en estos tiempos, como en una infidelidad conyugal, el concilio decidió echarse amantes aparte de Cristo, y le puso los cuernos a Dios nuestros Señor como en el episodio del becerro de oro cuando Moisés fue a por las tablas de la Ley. Tal fue el cambio doctrinal que incluso en el régimen de Franco hubo que modificar la legislación con respecto a las religiones diferentes a la católica, pues el concilio dejaba clausurada la Unidad Católica. En el concilio pues, se decidió que no quería que la iglesia fuera confesional en ningún estado y que por lo tanto que no se aplicara la ley de Dios en la sociedad. Hoy me acuesto con Lutero, mañana con la Pachamama, pasado con la masonería, pero eso si, que fieles somos a Cristo. Mentira

    1. ¡Qué bárbaro!: va usted dejando deposiciones en todas las noticias y artículos. Y todas ellas con adivinanzas. A ver, veamos: «Si oa hay… grados»… déjeme pensar…. Ya lo tengo: ¡la gallina!

  6. Curioso catolicismo ese, del que tanto presumís, si no admitís un concilio. Eso se llama cisma. ¿Querríais seguir con las guerras de religión y quemando herejes? ¿Si Franco no modifica la legislación y renuncia al Estado confesional, no habría sido posible la Transición y habría venido otra guerra civil? ¿Y si esta vez la hubieseis perdido, porque habríais tenido a todo el mundo en contra? De verdad, no sé cómo podéis tan insensatos.

    1. «…si no admitís un concilio. Eso se llama cisma»

      Pues ya sabe usted: admita los 20 concilios de los que usted no habla (que además, y a diferencia del último), son dogmáticos).

      «¿Querríais seguir con las guerras de religión y quemando herejes?»

      No sea usted ignorante: las guerras de religión (por ejemplo las provocadas por Lutero) y el ajusticiamiento de herejes, era cosa del poder civil. Debería usted estudiar algo de historia y no sólo leer libelos anticatólicos. Y quienes más muertos han provocado, y en tiempo récord, han sido los rojos (como usted), especialmente contra los creyentes (ya sé que usted vive en el mundo al revés, pero la realidad es muy tozuda y la historia no va a cambiar, aunque usted trate de falsearla; sin éxito, dicho sea de paso).

      «¿Si Franco no modifica la legislación y renuncia al Estado confesional…»

      ¿Perdón? El Concordato de 1953 (que establecía la confesionalidad) estuvo vigente hasta después de su muerte.

      1. «¿Y si esta vez la hubieseis perdido…?»

        Desvaría usted que es una barbaridad. Cómo le gusta la ciencia-ficción. En España se ganó la guerra, pero muchos otros países fueron sometidos por los rojos (como usted), aunque éstos no pudieron acabar con la fe, mal que les pesara (y que le pese a usted también). Pero vamos, que no sé de qué se asombra: ¿a quiénes van a apoyar las víctimas (los católicos, en el caso de España)? ¿A quienes les persiguen y matan (los rojos) o a quienes les salvan (Franco, que además también era católico)? Vamos, es de Perogrullo.

  7. Analicemos, primero, de dónde procede el celibato obligatorio y veremos lo que dicen los Padres de la Iglesia acerca del sexo y el matrimonio: Por ejemplo, S. Jerónimo: “Los casados son como ganado y viven como cerdos”. A partir de tan demencial concepción, los sacerdotes deben ser célibes para no vivir “como cerdos”. Visto esto, ¿Le puede extrañar a alguien que cada vez haya menos hombres dispuestos a aceptar la obligación del celibato y que, por tanto, haya cada vez menos vocaciones?

    1. Ya le hemos pillado a usted tropecientas veces mintiendo sobre lo que decían o dejaban de decir los Padres de la Iglesia, no sé para qué insiste. ¿Le gusta quedar por mentiroso? Porque lo logra todas las veces. Y trátese su obsesión sexual, que es muy enfermiza. Le recuerdo además el tema de la noticia: «Demetrio Fernández: ‘No hay mayor tristeza para una diócesis que no tener seminaristas'». Sus filias, fobias y disfunciones sexuales no le interesan a nadie aquí (ni le podemos ayudar).

      «…hombres dispuestos a aceptar la obligación del celibato y que, por tanto, haya cada vez menos vocaciones?»

      La falta de vocaciones no se debe al celibato, y la prueba es clara en el caso de los protestantes, que llevan varios siglos pudiendo casarse, y que están en caída libre (sin vocaciones). Su excusa no se la cree nadie, salvo los ya convencidos (incontinentes y obsesos sexuales sobre todo, a los que las razones de la Iglesia les importan un pepino).

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